✧
La casita era tal cual estaban en la fotografías que había encontrado en aquel diario. Un sofá viejo frente a la chimenea. A la izquierda había una cocina con una mesa pequeña y dos sillas. Una puerta abierta que daba al único reducido dormitorio y el cuarto de baño. Eso era todo.
Jungkook dejó a Jimin en el sofá y se dirigió a la chimenea. Colocó la leña y varias ramitas para encender el fuego, aún estando en el interior, se podía sentir el frío.
Encendió una cerilla y puso en marcha el fuego. Se agachó dónde estaba Jimin para ayudarle a incorporarse, le quitó el húmedo abrigo y lo arrojó a un lado. Lo abrazó y lo estrechó con fuerza.
Lo había necesitado tanto.
Jimin soltó un largo suspiro. Sintió como su esposo tomaba su cabeza entre sus manos y le dejaba un beso en la coronilla.
El fuego iluminaba el rostro de Jimin, resaltaba sus facciones delicadas. Tan bonito.
—No puedo creer que estés aquí.
—¿De verdad pensabas que no intentaría dar contigo, Jimin?
—No... No lo sé. No lo pensé. Solo sabía que tenía que irme.
Jungkook lo instó a sentarse en el sofá y le cogió las manos.
—Jimin... ¿Por qué, cariño? ¿Por qué tenías que huir?
—Porque me enamoré de ti —dijo en un susurro—. Y estaba convencido de que tú... No lo sé, tenía tanto en la cabeza que pensé que tú no sentías lo mismo. Y yo, yo ya no podía ocultarlo más y sabía que cuando descubrieras mis sentimientos...
—¿Qué creías que iba a hacer?
—Convertirte de nuevo en el Jungkook que yo detestaba. Ya no me necesitabas y me dirías que me fuera. Pensé que sería más fácil si era yo quién de ese paso primero.
—¿Pensabas volver en algún momento?—Solo para recoger mis cosas.
—Pues te equivocaste, Jimin. Te equivocaste en todo. Te necesito. Te quiero de vuelta. Te... Te amo.
Jimin bajó la vista hasta sus manos y después lo miró a los ojos. Aún sentía que todo era irreal, que esos te amo que Jungkook le había dicho era producto de un sueño. No podía creerlo. La incredulidad se había adueñado de su mirada.
—No me crees —habló Jungkook.
—No sé qué creer.
Jungkook se acercó a él, conciente de que necesitaba encontrar manera de demostrarle que estaba siendo sincero. Le acarició una mejilla con los nudillos, su piel fue como seda en sus dedos.
—Tu forma de tratarme, tu generosidad. Siempre lo has dado todo. No había visto nada igual desde que llegaste a mi vida. —se inclinó hacia él, necesitaba que viera la sinceridad en su mirada—. No pensaba que alguien como tú pudiera formar parte de mi destino.
—¿Porque no lo merecías?
—Porque no creía en el amor.
—¿Y ahora? —susurró Jimin.
—Ahora sé que puedo amar a alguien. Ahora amo a alguien. A ti. Sé que tal vez no me creas, Jimin. Pero es verdad. Tú me has enseñado a amar. Me has demostrado que todo lo que decías era cierto. Lo que siento por ti se hace más fuerte cada día. Hace que quiera ser un mejor hombre para ti. Uno real y honesto. Por eso le conté todo a Choi. Sabía que si quería tener la oportunidad de recuperarte y de mantenerte a mi lado, debía ser sincero. Hacer que te enorgullecieras de mí.
Jimin negó con la cabeza mientras contenía sus lágrimas de nuevo.
—Dejaste el anillo de compromiso y la alianza atrás, pero llevas esto —dijo Jungkook, tocando el collar reluciente con dije de luna en su pecho.
—Porque me lo regalaste. Fue el primer regalo que me hiciste sin que tuvieras que hacerlo —habló. Su voz se le entrecortó en el transcurso—. Siempre... Siempre lo tengo puesto porque así está más cerca de mi corazón.
Jungkook lo miraba a los ojos. Eso que estaban cuajados de lágrimas.
—También te he entregado mi corazón, Jimin. ¿Lo cuidarás?
Jimin respiró hondo y se estremeció entero. Jungkook continuó hablando
—Me entregaste tu cuerpo, pero quiero tu corazón. Quiero tu amor. Lo necesito. Te necesito.
—Dilo, Jungkook... —susurró. Una lágrima resbalando por su mejilla—. Por favor...
—Te amo, Park Jimin. Quiero que vuelvas conmigo a nuestro hogar. Mi vida está completa si tú estás a mi lado. Haré lo que sea para que conseguir que creas en mí.
—Ya lo hago... Te amo, Jungkook. Te amo tanto que me asusta.
—¿Por qué te asusta?
—Porque puedes destrozarme.
Jungkook negó con cabeza.
—Eres tú quien me ha destrozado, Jimin. Soy todo tuyo.
—Yo también soy tuyo, Jungkook.
No necesitaron más. Jungkook lo atrajo hacia él y cubrió sus labios con los suyos, gimiendo por la sensación de tenerlo cerca. Sus labios se movieron y sus lenguas se acariciaron mientras se reencontraban.
Jimin pasó sus brazos por el cuello de su esposo y lo estrechó. Él lo abrazaba con todas sus fuerzas.
No pensaba volver a dejarlo ir. No otra vez.
ESTÁS LEYENDO
Luv Deal | Kookmin au ✔
FanfictionSu jefe era un tirano por el día y un playboy por la noche; y él solo era su asistente hasta que le propone un nuevo contrato. -¿Cómo su asistente personal? -No. Como mi prometido. ¿Qué puede suceder cuando ambos se detestan y tienen que actuar ena...