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Jimin estaba demasiado delgado

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Jimin estaba demasiado delgado. Se le notaba incluso con el abrigo puesto. Después de la muerte de Song-I, su apetito había desaparecido, y en los pocos días que habían estado separados ni siquiera había probado bocado.

Estaba sufriendo tanto como Jungkook.

Cuando llegó a la hilera de casitas, Jungkook apartó lejos para que Jimin no se diera cuenta de su presencia. Lo vio mientras caminaba por la arena. A lo lejos, un bulto en la arena estaba contemplando el horizonte.

Parecía perdido y diminuto. La necesidad de acercarse a él, de cogerlo en brazos y negarse a soltarlo era muy fuerte. Jungkook jamás se había con tanta emoción, una emoción inmensa. Sin embargo, se resistió, estaba conciente de que debía acercarse a él con cautela.

Cuando Jimin se había dado cuenta de su presencia. Se puso de pie, ambos mirándose. Jungkook comenzó a caminar hacia él a pasos lentos hasta quedar a escasos centímetros de su cuerpo.

De cerca parecía destrozado. Sus bonitos ojos estaban enrojecidos y lo miraban brillosos y tristes.

—Me dejaste —empezó a hablar Jungkook.

—No tenía sentido que me quedara...

—¿No tenía sentido?

—Choi canceló tu período de prueba. Mi abuela murió. Ya no me necesitabas para la fachada de nuestro matrimonio.

—¿Qué creías que iba a decirle a la gente, Jimin? ¿Cómo esperabas que explicase tu repentina desaparición?

Jimin apretó los labios y soltó un suspiro pesado. Negó con la cabeza.

—Dices que se te da muy bien improvisar, Jungkook. Supuse que les dirías que estaba abrumado con la muerte de mi abuela y que me había ido para aclarar mis ideas. Podrías haber mentido durante bastante tiempo, y después decirles que esto no iba a funcionar y que yo no regresaría.

Jungkook frunció el ceño. Tenía tanto sentimientos en ese momento.

—Así que esperabas que te culpara y te responsabilizara de todo.

—¿Importa ahora? No iba a hablar sobre el acuerdo que teníamos... —dijo casi en un susurro.

—No. No iba a importar porque no estabas allí.

—Exacto.

—Pero sí me importa. Maldita sea, me importa a mí. Me importas, Jimin.

Jungkook dio un paso hacia él, deseando estar más cerca. Necesitaba tocarlo, estaba preocupado por lo frágil que parecía.

—Dejaste cosas atrás. Cosas que creí que eran importantes para ti.

—Me iba a contactar contigo y pedirte que me las enviaras...

—No te llevaste nad, ni la tarjeta de crédito. ¿Cómo pensabas sobrevivir?

Jimin agachó la mirada, tratando de tranquilizar los latidos de su corazón. Su pecho dolía.

—Solo tomé lo que me merecía.

—No. No, Jimin. Merecías mucho más.

Jimin levantó la mirada. Sus ojos amenazaban con soltar lágrimas. Los labios le temblaban.

—¿Por qué has venido? ¿Có... Cómo me has encontrado?

—He venido hasta aquí por ti. Después de que te fueras, pensé mucho. Me envolví en mi sufrimiento, buscándote. Al final, me di cuenta de que no podía seguir así.

—¿Así cómo?

—Por fin comprendí lo que sentías. Mi vida se había convertido en una sucesión de mentiras. Era incapaz de distinguir dónde acababa la realidad y dónde empezaba la ficción. Llevaba demasiado tiempo escondiéndome y no quería seguir haciéndolo. Le conté todo a Choi.

Una lágrima resbaló por una de las mejillas de Jimin.

—Jungkook... ¿Por qué lo hiciste? Lo tenías todo. ¡Tenías todo aquello por lo que tanto habías luchado! ¿Por qué... Porqué has renunciado a todo?

Jungkook se aferró a Jimin por los brazos.

—Jimin, ¿No lo entiendes? ¿No lo ves?

—¿Qué es lo que tengo que ver? —gritó. Más lágrimas caían por sus mejillas.

—¡No lo tenía todo! ¡No sin ti! No tenía nada y, sin ti, lo que tuviera no significaba nada. Lo único real que he tenido, lo único verdadero, eres tú, mi amor. Solo tú,

Jimin abrió los ojos de par en par, negando.

—No lo dices en serio...

—Estoy hablando completamente en serio. He venido aquí por ti.

—No me necesitas —dijo con voz entrecortada.

Jungkook le pasó las manos por los brazos hasta llegar a su cuello. Le tomó la cara entre ellas. Su rostro tan precioso, pero con expresión cansado.

—Si te necesito —lo miró con decisión y dijo palabras que había pronunciado una vez en su vida—. Te amo, Jimin.

Jimin se aferró a las muñecas de Jungkook. La duda en su aterrorizado rostro.

—No... —susurró.

Ambos juntaron sus frentes.

—Sí. Te necesito. Echo de menos a mi esposo. Te echo de menos.

Un sollozo brotó. Jungkook lo estrechó entre sus brazos, renuente a permitirle que huyera. Jimin intentó alejarse, resistiéndose al consuelo que estaba dándole.

—No puedes huir. Te seguiré a donde vayas, cariño. Te seguiré a cualquier lado —dijo, dejando un beso en su frente—. No me dejes solo otra vez, Jimin. No podré soportarlo.

Y entonces rompió a llorar. Jimin llevó sus brazos alrededor del cuello de Jungkook y enterró su cara en el pecho contrario mientras sus lágrimas empapaban su camisa.

Jungkook lo levantó en brazos y caminó por la arena en dirección a la casita que estaba situada al final del resto. Lo abrazó con fuerza mientras dejaba besos en su cabeza.

Por fin estaba con Jimin. El vacío que sentía en su corazón se había esfumado. Solo necesitaban estar al lado del otro.

 Solo necesitaban estar al lado del otro

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Luv Deal | Kookmin au ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora