Don't deserve you. (Editando)

Capítulo 2

Llegaron a Desembarco del Rey cuatro días después de haber convencido a su padre. Elizabeth estaba cansada por el viaje, por suerte había viajado a caballo la mayor parte del tiempo, pero al anochecer la obligaban a meterse en la carroza por seguridad, y así ademas podía dormir.

Al llegar a las puertas del castillo, se bajó de la carroza y se colocó una capa con capucha, la cual le tapaba la mitad del rostro. Así llamaría menos la atención.

Le entregaron una carta de su padre con el sello de su casa al hombre que se encontraba en la puerta, los cuales los dejaron entrar sin problemas.

La escoltaron a ella y a uno de sus guardias de mayor confianza hasta la puerta del salón real, el resto llevó sus caballos a los establos o se fueron a algún burdel. Esperaron unos minutos y le abrieron la puerta donde se encontraba el impresionante trono de hierro, enorme y compuesto de espadas.

El rey se encontraba sentado sobre este, Jon Stark, con 18 años de edad, al morir su padre él fue su heredero al trono. A sus pies, su lobo huargo, blanco como la nieve, del cual el rey nunca se separaba, la observaba con curiosidad.

A su derecha se encontraba la mano del rey, Lord Tyrion Lannister, el gnomo como lo llamaban. A la izquierda se encontraba el Lord Comandante de la Guardia real, ser Jaime Lannister, y tambien Lord Robb Stark, el hermano del rey.

Todos se encontraban ahí, Lord Petyr Baelish, consejero de la moneda, la araña Varys, la prometida del rey Lady Margaery Tyrell, los hermanos del rey, Lady Sansa, Lady Arya, Bran y Rickon.

Por un momento, Elizabeth quiso huir, salir corriendo, la puerta seguía abierta así que aún podía hacerlo. "Debo ser fuerte, no tengo otra opción, debo salvar a mi casa" Siguió caminando.
Podía sentir la mirada de todos los presentes en la sala. Se detuvo frente al trono e hizo una reverencia.

—Mi rey— Fue lo único que supo decir.
—¿Quién es esta extraña y quién la dejó entrar?—Escuchó la voz de Lady Margaery. —Sáquenla, esta mujer es una bruja.
—Silencio, Lady Margaery. —Sintió como su piel se erizaba al escuchar la voz del rey. —En un futuro, cuando necesite su opinión, la pediré.

Elizabeth no lograba ver bien las caras de nadie, puesto a que se encontraba mirando hacia el suelo, pero pudo sentir la ira de Lady Margaery.

—Sácate eso de la cara, quiero verte. —Escuchó decir al rey, no podía postergarlo más, debía mostrar quién era.

Inhaló una bocanada de aire, colocó las manos a ambos lados de su capucha y la corrió hacia atrás.

Se pudo escuchar una expresión unánime de asombro en la sala proveniente de todos los presentes. El rey estaba atónito, Lady Margaery lucía una expresión entre sorpresa e ira.

—Su alteza, le presento a Lady Elizabeth Sarsfield, hija de Lord Fredderick Sarsfield y Lady Annabeth Sarsfield. Mejor conocida como la mujer más bella del mundo.—Dijo Lord Tyrion señalándola sutilmente con su mano. —En caso de que no lo hayan notado ya.

—Agradezco la presentación, Lord Tyrion Lannister. Simplemente llámeme Lady Elizabeth. —Contestó ella haciendo una sutil reverencia.

—Merecedora de su cargo, debo admitir. ¿Qué la trae por aquí, Lady Elizabeth? —El rey Jon captaba toda la atención en la sala.

—Requiero una audiencia con usted, su alteza.

—¿Y de qué asunto que perturba tan poco a su padre podrá tratarse que manda a su hija a hablarlos por él? —Interrumpió Lady Margaery, estaba claro que ella no quería a Elizabeth allí.

¿Qué clase de mujer que esta a meses de casarse, querría que la doncella más hermosa de los siete reinos apareciera para arreglar asuntos con su futuro esposo?

—Mi padre no ha podido venir personalmente y esta profundamente arrepentido, es por eso que me ha enviado a mi. Lamentablemente mi padre no es el joven que solía ser.

—Sabia decisión la de su padre. —Contestó el rey, interrumpiendo la charla entre las dos mujeres. —Tendrás una audiencia conmigo esta noche, si dices que es de suma importancia te atenderé hoy mismo. Pero ahora debes estar cansada. Lord Tyrion, asegúrate que escolten a Lady Elizabeth a sus habitaciones. —Lord Tyrion asintió, luego Elizabeth se retiró del salón.