Capítulo 12

3.5K 195 3
                                    

Elizabeth despertó, el sol recién comenzaba a asomarse por las montañas. Tenía su cabeza recostada sobre el pecho de Jon. Recordó todo lo que había sucedido la noche anterior y una sonrisa se dibujo en sus labios. No quería despertar, sabia que cuando despertase esto se acabaría, al menos por ahora. Quería pasar la mayor parte del tiempo posible con Jon. Pero como siempre, todo lo que comienza tiene un final, y lo bueno siempre termina más rápido.
-Buenos días. -Dijo Jon.
-Buenos día amor mío. -Dijo ella con una sonrisa. -¿Cómo dormiste anoche?
-Fue la mejor noche de mi vida. ¿Tú?
-Sin dudas, podría acostumbrarme a esto. -Respondió besando sus labios. Luego de eso se sentó en la cama.
-¿A dónde vas? -Preguntó Jon.
-Debo irme, prometí a Rosemary que desayunaríamos juntas hoy.
-¿No puedes decir que estás descompuesta? Quédate conmigo.
-Claro, ¿Se lo dices tú por mi? Mientras tanto me quedo aquí en tu habitación y nadie sospechará. -Respondió ella con sarcasmo.
-¿Acaso te burlas de tu rey? -Preguntó él con una sonrisa.
-Jamás me atrevería a semejantes atrocidades, mi rey. - Dicho esto Elizabeth hizo una exagerada reverencia.
-Ya verás- Jon tomó a Elizabeth por la cintura y la tiró de espaldas sobre la cama, colocándose sobre ella. -Serás cruelmente castigada por tu osadía. - Dijo mientras comenzaba a hacerle cosquillas, Elizabeth reía e intentaba escapar, pero le era imposible.
-No, no por favor, no. -Dijo entre risas- ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho!
-¿Cómo dices? No he escuchado bien.
-¡Me disculpo por mi conducta! -Elizabeth se retorcía sin poder parar de reír. -¡Por favor, por favor! - Jon tomo sus manos y las colocó sobre su cabeza.
-Acepto sus disculpas. -Respondió con una sonrisa burlona. -Eres fácil de quebrar.
-Te detesto.
-Que lástima, yo te amo. -Dijo besándola. Colocó sus manos en su cintura y ella, las entrelazó en su cuello y sus cabellos. Luego de un instante, Elizabeth interrumpió el beso, porque por mucho que deseara quedarse no podía hacerlo.
-Realmente debo ir, pero nos veremos luego. - Dijo ella, Jon sonrió pero sus ojos denotaban tristeza.
-De acuerdo. - Dijo dándole un corto beso. - Te amo Effy. -Elizabeth quedó sorprendida mirándolo, la había llamado Effy. -¿Sucede algo?
-Dilo de nuevo.
-Te amo Effy. -Dijo Jon con una sonrisa y Elizabeth lo besó.
-Te amo Jon.
Elizabeth llego a su habitación, tomó una ducha y se colocó un vestido color rosa pálido. Alguien llamó a su puerta, era Lady Rosemary.
-¡Querida amiga! ¿Como has estado? -Saludó con un abrazo Rosemary a Elizabeth.
-De maravilla, ¿Qué tal tú?
-Nunca había estado mejor, no sabes las cosas que tengo para contarte. Ven, primero vamos hacia los jardines.
Caminaron juntas y al llegar se sentaron en una mesa.
-Hace días que no he sabido nada de ti.-Dijo Elizabeth.
-Es porque he estado mucho tiempo con Robb, él es todo un caballero, apuesto, inteligente, dulce. Elizabeth, si supieras lo bien que me trata, y como me hace sentir.
-Suena a que estas enamorada. -Respondió Elizabeth con una sonrisa.
-Si que lo estoy, muy enamorada. Me ha besado. -Dijo con un suspiro.
-E imagino que te ha gustado.
-¡Claro que me ha gustado! Lo he besado de vuelta.
- Me alegro mucho por ti amiga mía, ese hombre por fin se ha dado cuenta lo mucho que vales. No me sorprendería que de aquí a poco tiempo ya se estuvieran casando.
-Que los dioses te escuchen, Elizabeth Sarsfield.
-Lo harán. -Dijo con una sonrisa. Continuaron hablando de temas menos importantes hasta que Elizabeth comenzó a sentir náuseas y mareos, sentía que el piso se movía bajo sus pies y se retiró a su habitación. Apenas logró llegar al baño que vomitó todo, su desayuno se fue por el retrete. No sabía porqué, pero estaba cansada y terriblemente descompuesta. Decidió recostarse en su cama, pero al intentar levantarse sus piernas flaquearon y cayó nuevamente.
-¿Que mierda?-Preguntó y vomitó nuevamente. Ahora si estaba segura que todo su desayuno se había ido. ¿Que diablos le sucedía? ¿Porqué se sentía tan horriblemente mal? No recordaba haber comido nada extraño que le hubiese podido hacer sentir de esta manera, y no había estado en ningún lugar donde hubiese podido enfermar. Se quedó tirada en el baño, pensando que podría llegar a ser lo que le sucedía, hasta que se dio cuenta de algo. Ya había pasado un mes y medio, quizá dos, pero no recordaba la última vez que había tenido su última sangre de la luna. Pero eso no era posible, porque si no tenia la sangre de la luna eso significaba que... "No, no, no, no es posible." Pensó.

Don't deserve you.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora