Capítulo 20

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La ceremonia daba comienzo en el Gran Septo de Baelor, Rosemary estaba hermosa con un vestido color blanco con detalles en azul oscuro y cola larga, su cabello iba suelto con un par de mechones que caían en su rostro enrulados, y una diadema adornándola. La boda norteña frente al árbol corazón ya había sido realizada, pero Lady Rosemary y los Frey creían en los dioses nuevos, por lo que Robb insistió en casarse de ambas maneras. Se veía preciosa, Lord Walder Frey la acompañaba hacia el altar donde Robb se encontraba. Lord Walder entregó a su hija y se retiró, Robb y Rosemary subieron los escalones hasta posicionarse en frente del Septón Supremo.
-Puede ahora colocarle la capa a la novia para ponerla bajo su protección.-Dijo el Septón, Robb tomó una capa gris con el lobo huargo de los Stark y se la colocó encima a Rosemary. -Su alteza, Lords y Ladys, nos encontramos aquí a la vista de los dioses y los hombres, para presenciar la unión entre este hombre y esta mujer. Un cuerpo, un corazón, un alma, hoy y siempre, y maldito sea quien se interponga entre ellos. Ya puede besar a la novia.
Robb besó a Rosemary la sala entera se convirtió en aplausos. Rosemary incluso soltó unas lágrimas de felicidad.
El festín de la boda era exquisito, pero los ojos de Elizabeth estaban posados en Jon, que se encontraba sentado en el lugar de honor, al lado de los novios. Elizabeth estaba alejada de ellos, observando a Jon. Estaba increíblemente atractivo, su corona le quedaba perfectamente, no había nada en él que a Elizabeth no le gustara. Él se veía triste, sumido en sus pensamientos.
-Ya no lo observes, es espeluznante. -Elizabeth escucho la voz de Lord Tyrion y se volteó para enfrentarlo.
-Yo no, no estaba... -Se interrumpió y suspiro. -¿Es tan evidente?
-Sólo un poco. ¿Lo extrañas?-Preguntó Tyrion.
-Si, claro que lo extraño. Lo amo. -Dijo Elizabeth con tristeza. Tyrion le dedicó una sonrisa de compasión.
-Ven, vamos a distraerte. Hay alguien que quiere conocerte. -Elizabeth siguió a Tyrion hasta que se encontraron con una niña. -Lady Elizabeth, permítame presentarle a Lady Arya Stark.
-Un placer conocerla, Lady Arya. -Dijo Elizabeth haciendo una reverencia.
-Tu eres realmente bonita. -Dijo la niña sorprendida. -Eres más bonita que cualquier Lannister o Targaryen.
-Ciertamente es más hermosa que yo, de eso no hay duda.-Dijo Lord Tyrion.
-Agradezco el cumplido, Lady Arya. Es usted muy generosa. -Dijo Elizabeth sonriéndole. -¿Es eso una espada? -Preguntó desviando sus ojos.
-No se supone que debieras traer eso aquí. -Dijo Lord Tyrion mientras la niña se la escondía bajo la capa. Arya hizo una mueca.
-Siempre quise saber usar una espada. -Dijo Elizabeth y la niña sonrió.
-Aguja, así la nombré. Mi hermano Jon me la regaló.-Dijo Arya.
-Es asombrosa. -Respondió Elizabeth.
Continuaron hablando durante un tiempo hasta que llegó la hora de la ceremonia de encantamiento. Rosemary estaba roja de vergüenza, mientras los hombres presentes en la sala la desvestían y la llevaban hacia la habitación, ella se sujetaba con todas sus fuerzas a su ropa. Robb Stark fue llevado por las mujeres presentes en la sala, que reían y se sonrojaban a la vez que le quitaban sus prendas. Él simplemente reía.
Elizabeth buscó con la mirada a Jon en la sala una vez hubo terminado la ceremonia y los novios estuvieran en su habitación, pero no lo halló en ningún lado. Desistió de su búsqueda al no encontrarlo, se despidió de Lord Tyrion y Lady Arya y se retiró a sus habitaciones. Al llegar allí se quitó su vestido y se colocó uno de seda para dormir. Se observó en el espejo su vientre, divagando acerca de su hijo. En ese momento, la puerta se abrió lentamente y Jon entró a sus habitaciones. Elizabeth lo observó durante un tiempo.
-Hola. - Fue la única palabra capaz de articular.
-Hola Elizabeth. - Dijo Jon mirándola.
Estuvieron así un largo tiempo, sin hablar, solo mirándose por el reflejo del espejo.
-Realmente quería bailar contigo esta noche- Dijo Elizabeth rompiendo el silencio, él sonrió.
-Podríamos hacerlo ahora. -Dijo Jon acercándose lentamente para tomar su mano, haciéndola girar para enfrentarlo. Colocó suavemente una mano en su cintura, Elizabeth apoyó la suya sobre su hombro y entrelazaron sus manos. Se movieron lentamente, siempre mirándose, pudiendo sentir sus respiraciones por la proximidad. No se podría decir si era un baile o una mera excusa para estar abrazados el uno al otro, pero se sentía maravillosamente bien.
- Supe lo que has hecho. -Dijo Elizabeth mirándolo, Jon la miró extrañado. -Cancelar el matrimonio con Lady Margaery.- Se aclaró. -¿Porqué?.
-Sabes bien porqué. -Dijo Jon. Ella miró hacia abajo y luego volvió sus ojos a los de él.
-Dímelo, pues aún no puedo creerlo.
-Porque te amo. Porque eres el amor de mi vida y la mujer con quien quiero pasar el resto de mis días. -Dijo mirándola. - La madre de mi hijo.
-Tu vida sería mejor sin mí en ella. Si te casaras con Lady Margaery, tendrías una fuerte aliado como Alto Jardín. -Dijo Elizabeth.
-Tú eres mi vida. Y lo único que me importa en el mundo. -Dijo Jon. - Sería el hombre más feliz de la tierra si me dejarás ser tu esposo, tu pareja, tu compañero, el padre de tus hijos. Así que, Lady Elizabeth Sarsfield. ¿Me harías el hombre más feliz de la tierra? ¿Te casarías conmigo? - Elizabeth sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas a medida que su corazón se aceleraba, y un sentimiento de felicidad se apoderaba de ella.
-Si.- Dijo asintiendo con la cabeza. -Un millón de veces, sí.
Jon levanto a Elizabeth del suelo anhelando sentir sus labios. La besó desesperadamente, recostándola sobre la cama y quitándose la ropa. Elizabeth sintió como Jon entraba en ella y la llenaba completamente. El sentimiento era eufórico, emocionante y satisfactorio, habían extrañado sentirse el uno al otro. Terminaron exhaustos y se quedaron profundamente dormidos.

Don't deserve you.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora