Capítulo 6

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En los siguientes días la rutina continuó de la misma manera, Elizabeth pasaba los días enteros con Rosemary, viendo como Jon se encargaba de sus asuntos, de reuniones, juntas, cortejaba a Lady Margaery, solo para que, llegada la noche, ya sea en su habitación o en la de ella, hicieran el amor como dos amantes en su última noche juntos, antes de que él se marchara hacia la guerra.

A Elizabeth le costó semanas aceptar que, llegado el momento, disfrutaba el tiempo que pasaban juntos. Incluso había mañanas en las que extrañaba sus besos, sus caricias, la forma en que la trataba y la delicadeza con la que la tocaba. El placer que le otorgaba era indescriptible, pero eso nunca nadie lo sabría.

"Estoy siendo la puta del rey, y lo disfruto" se reprimía cada mañana, pero no importaba cuantas veces lo hiciera, siempre terminaba igual. Revolcándose en la cama de su amante.

Esa mañana desayunaría con Rosemary, como todas las mañanas. Al encontrarse con ella en los jardines, se saludaron con un beso en la mejilla.

—¿Cómo estás querida? ¿Cómo has dormido anoche? —Preguntó Rosemary.

—Muy bien, ¿Qué tal tú?

—De maravilla, esta mañana me he levantado de un muy buen humor.

—Me alegro oír eso.— En ese momento Robb Stark se acercó a la mesa en la que las jóvenes se encontraban sentadas.

—Lady Rosemary, Lady Elizabeth, muy buenos días a ambas. —Dijo dirigiéndole una sonrisa especial a Rosemary.

—Buenos días Lord Stark. ¿Cómo está usted? —Preguntó Rosemary

—Muy bien, ver a mujeres tan hermosas como ustedes me ha alegrado por completo la mañana. ¿Cómo han estado?

—Todo perfectamente.

—Me alegra se encuentren bien, lamentablemente debo atender unos asuntos, disfruten su desayuno. —Dijo, he ahí de nuevo esa sonrisa especial hacia Rosemary.

Elizabeth espero a que Robb se fuese para comenzar a hablar.

—Ya veo la causa de tu buen humor, Rosemary.

—¿Qué? No, pero que cosas dices. — Contestó sonrojada.

— Te sonrojas, por favor, tú le gustas, y es claro que él te gusta.

— ¿Lo crees en serio? Pero, un hombre de su rango no se fijaría en una mujer como yo.

—¿De qué hablas? Mírame a mi, pertenezco a una casa menor y no hace mucho tiempo el sobrino del propio Tywin Lannister pidió mi mano en matrimonio, y aún no he aceptado. Tu casa es superior a la mía Rosemary, claro que Robb Stark se fijaría en ti. Yo creo que ya lo ha hecho.

—Effy, es diferente, tu eres deseada incluso por el mismísimo rey.

—¿Qué?

¿Acaso ella sabía algo? ¿Él se lo habría dicho? No, eso era imposible, ¿Porqué lo haría? ¿Y si los había visto u oído algo? Elizabeth estaba al borde de un ataque de pánico.

—Claro que sí, se nota como te mira. Él te desea. —Falsa alarma.

—El rey esta comprometido con Lady Margaery, no me desea a mi.

—Puede estar comprometido con quien tú quieras, que seguirás siendo tú a quien él quiera.

—De todos modos, puedo ver de la forma que Robb te mira, querida tú sí le gustas. —Rosemary suspiro y dejó notar una pequeña sonrisa.

—Si tu lo dices.

Luego del desayuno, Rosemary tuvo que ir a su habitación a responder una carta de su familia, no sabría bien de quien. Elizabeth se levantó y comenzó a caminar por los jardines, oliendo las flores y admirando las aves que construían sus nidos en los árboles.

—Lady Elizabeth. —Escuchó una voz que la llamaba.

—Lord Tyrion, que sorpresa encontrarme con usted aquí.

—Me preguntaba si le importaría dar un paseo conmigo en los jardines, quisiera tener el gusto de hablar con usted.

—Por supuesto que si, será un honor.—Comenzaron a caminar tranquilamente, sin ningún tipo de apuro.

—Déjeme decirle que es usted sin duda la mujer más hermosa que he visto, ¿Cuántos años tiene?

-Le agradezco el cumplido, tengo 16 años.

—Una niña. ¿Ha recibido propuestas de matrimonio ya?

—Demasiadas para mi gusto.

—Y no ha aceptado ninguna por lo que veo.

—Es por mi padre. Él no quiere entregarme a nadie. —Lord Tyrion rió.

—Disculpe mi Lady, pero tampoco la entregaría fácilmente a cualquier hombre que no fuera digno de usted.

—Pero hay cierta arrogancia de parte de mi padre cuando se trata de mí. Pertenecemos a una casa menor, y las propuestas que hemos tenido han sido lo mejor de lo mejor para nuestra condición.

—Pero no para usted—Dijo Lord Tyrion observándola—Usted es una dama digna de riquezas, de un esposo que la cuide y le de un hogar noble, incluso de un rey.

—¿Un rey?

—Con su belleza e inteligencia, cualquiera diría que es digna de ser reina.

—No creo haber nacido para serlo

—Algunas reinas no nacen con sus coronas. Algunas coronas son forjadas del dolor y el sufrimiento, de las pérdidas. Pero esas son las coronas más fuertes, las inquebrantables. —Elizabeth había quedado sin palabras. —Debe ser un espectáculo digno de ver.

—¿De qué habla?

—La mujer más hermosa caminando al lado de un hombre enano y monstruoso.

—Yo solo veo a un hombre caminando a mi lado. No negaré que sea enano, pero no le veo lo monstruoso.

—Os agradezco, pero no puede negar que soy un monstruo. —Elizabeth negó con la cabeza.

—No lo niego, puede creer lo que usted quiera. Sólo digo que no le veo lo monstruoso en ninguna parte. Siento una gran admiración hacia usted Lord Tyrion.

—¿Hacia mi? ¿Cómo es que una mujer como usted siente admiración hacia alguien como yo?

—Es un enano, del cual la gente le divierte burlarse, inventando canciones sobre usted, llamándolo mediohombre, gnomo, o lo que sea. Y sin embargo es el hombre más inteligente que he conocido, ademas de ser audaz, utiliza el sarcasmo y la ironía cómo espadas, sin mencionar que es la mano de un rey de 18 años. Siento un profundo respeto hacia usted, Lord Tyrion. —El enano se había quedado perplejo, no comprendía como una mujer tan bella podía si quiera dirigirle la palabra sin insultarlo, mucho menos admirarlo.

—Me siento realmente alagado, Lady Elizabeth. Debo decir que la subestime. No creí que una mujer tan hermosa como usted podría entablar una conversación coherente, he aquí estamos, ha resultado ser muy inteligente. Agradezco que hayamos podido hablar, espero que lo podamos hacer nuevamente.

—Opino lo mismo, Lord Tyrion.

Don't deserve you.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora