Capítulo 21

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Elizabeth se encontraba en el jardín, había salido a dar un paseo luego del desayuno. Observaba los jazmines, aunque sus preferidas fueran las rosas rojas, no se podía negar la belleza de esas flores.
Al darse vuelta se encontró con un hombre vestido de finas sedas de un color amarillo opaco, algo regordete y calvo. Estaba ahí, parado sin emitir sonido. De hecho, Elizabeth no había oído al hombre llegar.
-Lady Elizabeth. -Dijo con una voz peculiarmente suave.
-Buenos días. -Dijo Elizabeth con una pequeña sonrisa algo incómoda, no queriendo ser descortés. -Discúlpeme señor, si es que ya nos hemos conocido, pero no logro reconocerlo.
-No, mi Lady, no hemos tenido el placer de conocernos. Sin embargo, se todo sobre usted. - Dijo el extraño hombre. Elizabeth sintió un escalofrío correr por su espalda.
-¿Quién es usted? -Preguntó tratando de permanecer firme.
-Bueno, las personas me llaman de muchas maneras, pero mi nombre real es Varys. -Elizabeth tragó en seco, ¿Cómo no había podido reconocerlo? La araña, el eunuco, el consejero de los rumores. Sabía todo lo que sucedía en el castillo y más allá, tenía espías en todo Desembarco del Rey. Este hombre podía resultar en un gran problema para ella.
-Lord Varys. -Balbuceó Elizabeth intentando permanecer calmada.
-Lady Elizabeth. -Dijo esta vez la araña con una sonrisa en los labios. -O debería decir, Reina Elizabeth.
-No soy la reina.
-Aún. Pero pronto lo serás. - Varys se acercó un poco a Elizabeth. - Has escalado muy alto, mi Lady, sola y sin ayuda de nadie. Tienes al rey a tus pies, pero lo que es más importante, tienes a sus herederos en tu vientre.
-¿Qué es lo que quieres? -Preguntó Elizabeth.
- Me considero un hombre bastante humilde, si me lo preguntas. Sólo deseo paz y estabilidad en los Siete Reinos, algo en lo que Lady Margaery contribuía casándose con el rey. Pero él ha disuelto ese matrimonio, por estar enamorado de ti. La mujer más hermosa de Poniente, sin duda, incluso yo mismo me sentiría atraído si no fuera por mi condición.-Dijo Varys con una mueca.
-Lamento Lord Varys, si mi presencia fue un inconveniente en su propósito de estabilizar el reino con Lady Margaery, nunca estuvo en mis planes seducir al rey. Si tanto presume saber, estoy segura que sabrá como fueron los hechos. - Elizabeth estaba llena de ira y sus mejillas se habían enrojecido.
-Se acostó con él para salvar a su familia, lo sé. Debo confesar que al principio creí que su único atributo era la belleza, pero me equivoqué. Tiene la astucia e inteligencia necesaria para jugar al juego de tronos como pocas personas la poseen, pero si no es lo suficientemente cuidadosa, puede perder, y en éste juego, eso significa la muerte. Es por eso que estoy aquí.- Dijo Varys, ella frunció el ceño.
-No comprendo. -Dijo Elizabeth.
-Desligarse de la casa Tyrell fue un movimiento peligroso, pero por otro lado, tú podrías ser una buena reina. Y yo podría ayudarte. -Dijo Varys.
-¿Porqué querrías ayudarme? Y lo que es más importante ¿Qué ganarías tú?
- Ser la mano derecha de la reina da mucho poder.-Dijo Varys encogiéndose de hombros.
-El rey es quien toma las decisiones, no la reina. -Dijo Elizabeth.
-Un rey gobierna su reino, pero una reina gobierna a su rey. Y no hay hombre más sometido que el que esta enamorado.
-Tú no trabajarías para mí, tu solo trabajas para tu propio beneficio, me traicionarías cuando te sea conveniente. Además, yo amo a Jon más que a mi propia vida, jamás haría nada que le perjudicase. - Dijo Elizabeth.
- Lady Elizabeth, yo busco la paz en el reino, no quiero traicionar al rey. Y si lo quisiera, usted sería la última persona con quien lo hablaría si no quisiera que mi cabeza terminase en una pica. No espero que confíe ciegamente en mi, pero a ambos nos beneficiaría trabajar juntos.- Replicó Varys, Elizabeth lo consideró por unos instantes.
-De acuerdo, Lord Varys, quizás sí podríamos encontrar algún beneficio en trabajar juntos.
La araña sonrío risueñamente y tomó entre sus frías manos una de las manos de Elizabeth.
-Me alegra que así lo piense.
Decidió ir a su habitación luego de la extraña charla con Lord Varys, estaba cansada y algo mareada, así que se acostó en su cama. Cerró los ojos y se relajó un momento, pensando lo que había dicho el hombre. Realmente no lo había pensado bien, ni si quiera se había dado cuenta que, al casarse con Jon, ella se convertiría en reina. ¿Cómo podía ser eso posible? Jamás, en sus años vividos, imagino posible algo como eso. Aún no podía creerlo, se sentía como un sueño, algo fuera de lo real.
La puerta se abrió de repente y Rosemary entró de repente, haciendo que Elizabeth se exaltara.
-¡Por los dioses antiguos y los nuevos! -Exclamó Elizabeth.
-¿Puede uno morir de la felicidad? -Preguntó Rosemary mientras se sentaba sobre la cama con una inmensa sonrisa en los labios.
-Esperemos que no, no queremos que el pobre Robb Stark deba buscar otra mujer tan poco tiempo después de su boda. Por otro lado, tu casi me matas del susto.- Dijo Elizabeth.
-Oh Elizabeth, es simplemente perfecto. Es atento, cariñoso, espontáneo, y me cuida como nadie nunca jamás lo habría hecho.
-Me alegro muchísimo por ti Rosemary. -Dijo Elizabeth genuinamente feliz por su mejor amiga.
-Ojalá pudiera verte a ti igual, con un hombre que te haga tan feliz como Robb me hace a mi. Aunque pensándolo bien, si que existe ese hombre. -Dijo Rosemary con una sonrisa de complicidad. -Y está tan enamorado de ti como tu de él.
-Ay, ya calla. -Dijo Elizabeth sonrojándose, Rosemary rodó los ojos, y al hacerlo dirigió su mirada a un enorme ramo de rosas que se encontraba en la mesa de la habitación.
-Hermosas flores, ¿Quién las trajo? -Preguntó Rosemary, Elizabeth observó las rosas.
-No lo sé, no estaban aquí esta mañana. -Dijo levantándose y dirigiéndose a la mesa. Tomó el ramo y vio una nota que colgaba de este.

      "Te espero en los jardines al anochecer, te amo para toda la eternidad.            J.S."

La carta, indudablemente era de Jon, incluso había firmado con sus iniciales. Una sonrisa involuntaria se reflejó en sus labios y una sensación en el estómago la inundó. "Así que estas son las mariposas en el estómago." Pensó.

Don't deserve you.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora