Capítulo 23

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Jon se encontraba sentado en una de las puntas de la mesa, y el padre de Elizabeth, en el extremo contrario, en su lugar habitual. Su madre, como siempre, se sentó a la derecha de Lord Sarsfield, y Balthasar a su izquierda.
Los mellizos se sentaron uno al lado del otro, junto a su madre, quedando así Elizabeth al lado de su hermano, lo suficientemente cerca de Jon. La comida fue abundante, no como los banquetes de Desembarco del Rey, pero no estaban nada mal.
Lord Fredderick y Balthasar hablaban animadamente con Jon, su madre a veces solía comentar algo, aunque Angelique y Sebastian eran quienes estaban más fascinados, haciendo preguntas sobre el castillo y sus obligaciones como rey. Por supuesto que Jon respondía sin problema alguno, pero Elizabeth se sentía un poco avergonzada de que sus hermanos se comportaran así.
Para su alivio, la comida por fin terminó, su padre y sus hermanos se llevaron a Jon hacia otra parte para seguir hablando, mientras que Elizabeth se quedó Lady Annabeth y su hermana, quien se quejaba por la injusticia de no poder seguir hablando con Jon, tal como su hermano Sebastian tenía permitido. Logró superarlo cuando Elizabeth le prometió que pasarían la tarde juntas cocinando pasteles de limón, porque aunque no debiera hacerlo, Elizabeth solía cocinar muy a menudo cuando se encontraba en su casa.
-Es un hombre muy apuesto- Dijo su hermana.
-¿Qué?- Preguntó Elizabeth.
-El rey. Es muy apuesto. -Repitió Angelique.
-Si, me atrevo a decir que lo es. -Dijo Elizabeth.
-Creo que le gustas. -Elizabeth rió internamente.
-¿Como dices eso? Es decir. ¿Porqué lo crees?- Preguntó mientras terminaba de cocinar el pastel.
-Sus ojos se iluminan cuando te ve. Como cuando papá mira a mamá. - Dijo Angelique, provocando una sonrisa involuntaria de Elizabeth. - ¿A ti te gusta? -Preguntó.
-Bueno... Es difícil que no. Él es encantador.
-Entonces sí. - Elizabeth sonrió y miró a Angelique.
-Eres algo atrevida, vamos, el pastel está listo.

Se sentaron junto con su madre, comiendo pasteles y tomando té.
-Has crecido mucho hija, ya luces como toda una mujer.- Dijo su madre.
-¿Es eso bueno madre?
-Claro que sí, ya estas lista para casarte y tener hijos. Si tan solo tu padre aceptara a alguno de tus pretendientes.
-Algún día madre. -Dijo Elizabeth riendo.
-Seguro aceptará al rey. - Dijo su hermana provocando que Elizabeth se ahogase con el té.
-¿De qué hablas hija? - Preguntó Lady Annabeth.
-No inventes cosas Angelique. - Dijo Elizabeth rápidamente. Para su suerte, las puertas se abrieron y su padre entró, junto con sus hermanos y Jon.
-Veo que se han divertido. -Dijo su madre al verlos entrar riendo y algo alborotados.
-Practicamos con espada madre, su alteza es impresionante con las armas. - Dijo Balthasar.
-El rey venció a Balthasar en espadas y arquería, ¡Incluso me enseñó a disparar! Es el mejor guerrero del mundo. -Gritó Sebastian emocionado.
-No fue tal cosa, Balthasar es muy bueno con la espada. - Dijo Jon con modestia.
-Amor mío, tu hija se ha tomado la molestia de cocinar pastel de limón, tu favorito. - Dijo su madre, Angelique carraspeó a propósito. -Ambas lo hicieron, por supuesto. -Continuó con una sonrisa.
-¿Ah si? -Dijo Lord Fredderick tomando una porción y llevándola a su boca. -Mmm... Mis hijas han cocinado algo tan exquisito como ellas.
-Muchas gracias padre. -Dijo Elizabeth sonriendo.
-Elizabeth ¿Porqué luego no le enseñas el lago al rey? Es una de las cosas más hermosas de esta tierra. -Dijo su padre.
-Si así él lo desea. -Dijo Elizabeth.
-Por supuesto que sí, más aún en su compañía.- Dijo Jon, haciendo que Elizabeth se sonrojase, y de nuevo, ese sentimiento de excitación que la avergonzaba, pero por otra parte le encantaba sentirlo.
-Será un placer acompañarlo. - Dijo Elizabeth sonriendo.
Luego de unas horas, cuando ya estaba anocheciendo un poco, Elizabeth y Jon se dirigieron en sus caballos hacia el lago. El lugar era hermoso, la luna se reflejaba en el agua como si se tratase de un espejo, y los árboles la rodeaban. Al llegar estaban completamente solos, Jon se bajó de su caballo y ayudó a Elizabeth a bajar de el suyo, y antes de que ella se diera cuenta, se encontraba de espaldas a un árbol con Jon sobre sus labios. Se besaron durante un largo tiempo.
-Quise hacer eso todo el día. - Dijo Jon. -Necesitaba estar contigo sin que me llames "Su alteza" o "Mi rey".
-Mi rey... Me gusta. - Dijo ella, Jon la miro con una sonrisa de confusión.
-¿Te gusta?
-Si. Es... Excitante. - Dijo Elizabeth y los ojos de Jon se cargaron de lujuria. Comenzó a besar el cuello de Elizabeth suavemente, haciendo que su respiración se agitara.
-Mi rey. -Susurró Elizabeth en su oído. Jon la atrajo con fuerza a hacia su cuerpo, y Elizabeth pudo sentir su erección. Le quitó rápidamente el vestido y Elizabeth logró también quitar su ropa. La tomó por las piernas levantándola y la llevó al lago. El agua estaba fría, pero ninguno parecía notarlo. Jon besó cada parte del cuerpo de Elizabeth, y luego se adentró a ella lentamente, besando sus labios con necesidad. Aferró sus piernas en la cintura de él, mientras las embestidas se hacían cada vez más rápidas y fuertes. Era indescriptible el placer que este hombre le hacia sentir. Gimió de placer al llegar al orgasmo, extasiada y feliz, al igual que Jon.
-Te amo. -Dijo Jon
-Te amo. - Contestó ella. -Quiero estar contigo, tener hijos contigo, y morir junto a ti. No quiero nunca separarme de ti de nuevo, jamás.
-Que suerte, porque nunca me separaré de ti. Sólo te queda aguantar a este hombre que esta loco por ti. -Dijo Jon.
-Prométeme que siempre estaremos juntos, prométeme que será para siempre. -Pidió Elizabeth con ojos suplicantes.
-Lo prometo, mi reina. Lo prometo.

Don't deserve you.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora