Capítulo 3

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—Por aquí, sígueme. —Dijo Lord Tyrion.

Subiendo unas escaleras, caminaron por un largo pasillo bien iluminado. Doblaron hacia la derecha y llegaron a una habitación muy amplia, con una cama situada en el medio del lugar. Tenía un sillón con un enorme ventanal donde se podía observar un hermoso paisaje. A la izquierda había una pequeña mesa con frutas y un buen vino, y más allá había una puerta que se dirigía al baño.

—Espero que se sienta cómoda en sus habitaciones.

—Esto es mucho más de lo que me esperaba, gracias.

—Es menos de lo que se merece alguien como usted. —Lord Tyrion dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta, pero se quedo quieto en su lugar. —¿Puedo darle un consejo? —Esto sorprendió a Elizabeth.

—Claro que si, prosiga.
—Tenga cuidado con quien habla y en quien confía.
—¿Porqué lo dice?
—Ya no está en sus tierras. Una mujer tan hermosa como usted, cualquiera querría aprovecharse. Hasta la persona de rango más alto podría actuar como un salvaje teniendo en frente una mujer como usted. —Elizabeth trago en seco, lo que le dijo le puso la piel de gallina.

Le creía, debía de ser cuidadosa.

—Gracias por el consejo, Lord Tyrion, lo tendre en cuenta. —Se retiró con un leve movimiento de cabeza y Elizabeth se sentó en la cama, sola, y allí la preocupación inundó su pecho.

Estaba sola en ese lugar, no tenia a nadie en quien confiar, no conocía a nadie, no tenia amigos, y probablemente mucha gente quisiera hacerle daño. Lady Margaery le causaba un malestar cuando se acercaba.

"Debo ser fuerte, no tengo otra opción, debo salvar a mi casa" Se repitió.

Despertó casi al anochecer, no sabía en que momento se había dormido, pero si que debía bañarse y arreglarse para presentarse ante el rey. Debía convencerlo de que ayudase a su familia, no importaba el costo.

Tardo mucho tiempo en bañarse, al salir se colocó un vestido lila, cepilló su cabello y se lo recogió dejando la mitad de sus rizos sueltos.
Unos minutos después oyó que tocaban a su puerta y se dirigió a abrirla. Un hombre alto y corpulento se encontraba esperándola, le llamó la atención que tenía la mitad de su rostro quemado y lo reconoció. "El perro"

—El rey me envía a buscarla. Me pidió que la escolte, esta noche cenará con él en privado. ¿Está lista?

—De acuerdo. Sí, estoy lista, podemos irnos.

El hombre no dijo ni una palabra mientras caminaban, solo la miró de reojo un par de veces. Al llegar, llamó a la puerta y el rey apareció.

—Lady Elizabeth. Por favor, pase. —Elizabeth hizo una reverencia con la cabeza y entro en la habitación. Cuando el rey cerró la puerta se quedaron solos. —Debo decirlo, su belleza me deja sin palabras.

—Le agradezco el cumplido su alteza, y también que me haya recibido aquí esta noche.

—No hay porqué, por favor, sentémonos así podemos disfrutar de la velada. —Dijo mientras corría el asiento para que Elizabeth pudiera sentarse. -Dígame, ¿A qué ha venido hasta aquí?

—La casa Lannister esta haciendo un acecho a la casa Sarsfield, quieren nuestras tierras. Según Lord Tywin, deberíamos ceder ya que somos sus vasallos. Creo que usted sabe que mi familia ha vivido ahí por siglos ya, y mi padre ya no es lo suficientemente fuerte como para defender sus tierras, Lord Tywin lo sabe y quiere sacar ventaja de ello. Necesito su ayuda para que las tierras de mi familia sigan siéndolo.

—¿Y cómo podría yo ser de tal ayuda?—
"Quiere que ruegue" Pensó Elizabeth. "No me interesa, cueste lo que cueste salvare a la casa Sarsfield"

Don't deserve you.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora