Capítulo 30

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-Despierta mi amor. - Elizabeth sintió pequeños besos de Jon en su rostro mientras se despertaba.
-¿Es necesario que me levante de la cama?- Preguntó Elizabeth abriendo solo un ojo, Jon rió.
-Sí, lo es. - Dijo mientras colocaba una mano en el ya bastante crecido estómago de Elizabeth. -Te hará bien caminar un poco, a ti y al bebé.
-Estoy muy cansada, mañana caminaré. - Dijo ella haciendo pucheros.
-Eso dijiste ayer. Claro que estarás cansada, este es ya el séptimo mes. - Dijo Jon besándola. Habían transcurrido ya siete meses desde que había quedado embarazada, y seis desde su boda, pero el tamaño del estómago de Elizabeth había crecido demasiado, más de lo normal. -Dentro de poco nacerá, no te preocupes.
-Por todos los dioses y que sea rápido, mi estómago es enorme.- Dijo Elizabeth mirándose algo acomplejada.
-Sigues siendo la mujer más hermosa que haya pisado esta tierra. -Dijo Jon mirándola con una sonrisa llena de ternura.
-¿Cómo es que siempre sabes qué decir? -Preguntó Elizabeth colocando una mano en su mejilla.-De acuerdo, es hora de levantarse.- Colocó sus manos a ambos lados de su cintura y, con esfuerzo, se sentó en la cama con los pies en el suelo. Soltó un quejido de dolor al sentir una punzada en su espalda.
-¿Estás bien? -Preguntó Jon.
-Si, solo que mi espalda me está matando. Mi niño es muy pesado. -Dijo ella acariciando su estómago, se dirigió a cambiarse con algo de dificultad, colocándose un vestido blanco y amplio. -Detesto estos vestidos.
-Te ves tierna. - Dijo Jon.
-Estoy más ancha que el Muro.- Dijo Elizabeth mirándose al espejo, haciendo que Jon largase una fuerte carcajada. -No es gracioso. -Replicó enojada.
-Elizabeth, eres la mujer más hermosa de los Siete Reinos, nada cambiará eso. -Dijo Jon abrazándola de atrás y colocando ambas manos en su vientre.
-Estoy gorda. -Dijo Elizabeth mirándolo, aún de espaldas a él.
-Estás embarazada.- Dijo él entre risas. Jon atrajo su rostro para besarla, aunque se interrumpió al sentir un extraño movimiento bajo su mano, en el estomago de Elizabeth. Se separó de ella, mirándola asombrado.
-Se esta moviendo. -Dijo Elizabeth con una sonrisa, dio media vuelta para enfrentarlo y tomo su mano, llevándola a su vientre. -¿Lo sientes?
Una, dos, tres patadas. Elizabeth ya había sentido a su hijo moverse dentro suyo, pero nunca de esa manera, supuso que se debía a la presencia de su padre. En cuanto a Jon, era la primera vez que podía sentirlo.
-Por todos los dioses, ¿Ese es mi hijo?- Dijo Jon atónito.
-Así es, está feliz de que estés aquí con él. ¿Escuchaste eso hijo? Tu padre está aquí con nosotros. - Dijo Elizabeth y volvieron a sentir otra patada. Los ojos de Jon se cristalizaron y Elizabeth rió emocionada. Jon tomó el rostro de Elizabeth y la besó.
-Me has hecho el hombre más feliz del mundo.
-Y tu a mí mi amor.

Pasado el mediodía, Elizabeth se encontraba con Rosemary, quien la acompañaba a caminar por el castillo. Los Maestres le habían dicho que caminar era bueno para su bebé.
-¿Cómo te sientes? -Preguntó Rosemary.
-Cansada, mi espalda me está matando. Pero feliz, excesivamente feliz. -Dijo Elizabeth.
-He visto estómagos grandes en mi vida, pero el tuyo se lleva el premio.
-Ultimamente se ha movido muchísimo. Se mueve más en presencia de Jon.- Hizo una pausa.- Pero basta de mi, cuéntame algo tú.
-Robb dice que iremos a Invernalia luego de que su sobrino haya nacido, quiere conocerlo. -Dijo Rosemary con una sonrisa. - También yo quiero conocer a mi sobrino.
-También a mi me gustaría tener un sobrino. -Dijo Elizabeth mirando a su amiga.
-¿Yo, un hijo? Es decir, se que lo tendré, algún día. -Dijo Rosemary-Pero no me siento preparada.
-¿Y eso porqué?
-Robb será un excelente padre, y es claro que quiere tener uno. Pero no sé si yo seré una buena madre.
-Rosemary por todos los dioses, ¿De qué estás hablando? Serías perfecta como madre.
-¿Tú crees? -Preguntó Rosemary.
-Claro que sí querida. - Las interrumpió el sonido de unos pasos que caminaban hacia ella.
-Su alteza, buenos días. -Dijo Robb Stark que caminaba hacia ellas y abrazaba a Rosemary por la cintura, besando su mejilla.
-Robb por favor, no me llames así. Sólo soy Elizabeth.
-De acuerdo. -Dijo él con una sonrisa.
-¿Qué estás haciendo por aquí? -Preguntó Rosemary.
-Jon tiene audiencias con el pueblo de Desembarco del Rey, debo asistir. - En el instante que terminó la oración, cayó en la cuenta de que quizás no debió haber dicho eso.
-¿Porqué no me lo dijo? -Preguntó Elizabeth. -La reina debe estar presente en ese tipo de cosas. ¿O no?
-Es algo sin importancia.-Dijo Robb intentando enmendar la situación.
-Si son las necesidades de mi pueblo, es importante. ¿Porqué Jon no me lo ha dicho? -Preguntó Elizabeth.
-No quiso hacerte trabajar así. No quería que te agotaras. -Dijo Robb
-Esa es mi decisión. -Dijo dando media vuelta, dirigiéndose al salón del trono.
Al llegar dos guardias le abrieron las puertas, solo se encontraban allí Jon y Tyrion.
-¿Elizabeth? ¿Qué haces aquí? -Preguntó Jon.
-¿Porqué no me has dicho que tendrías audiencias con el pueblo?-Jon soltó un suspiro.
-Retírense todos, necesito hablar con mi esposa. -Dicho esto todos se retiraron de la habitación.
-¿Vas a responderme? -Preguntó Elizabeth de brazos cruzados.
-Elizabeth, por favor. No quiero que estés aquí en tu condición.
-¿Mi condición? -Preguntó ella furiosa.-No soy una inútil.
-No es lo que he dicho.- Dijo Jon serio.
-Pues es lo que pareció.
-¿Esto es una broma? -Preguntó Jon con el ceño fruncido.
-¿Luzco como que estoy bromeando?
-Elizabeth, estás embarazada. No eres inútil, estas cargando a nuestro hijo. -Dijo Jon acariciando su mejilla, mientras acomodaba un cabello detrás de su oreja.
-Lo sé. -Dijo Elizabeth mirando al suelo. -Lo siento, no quería discutir. Es sólo que estoy exhausta y soy una molestia para todos que están pendientes de como me siento y no puedo hacer nada para ayudar a nadie y... -Elizabeth hablaba rápido y casi sin respirar, Jon la interrumpió.
-Amor, ya basta. No eres una molestia para nadie, las personas se preocupan por ti. Tienes el estómago enorme y estas sensible por el embarazo, es todo.
-¿Estoy siendo muy dramática, cierto?
-Si, pero tú eres la madre, así que tienes derecho de serlo.
-Te amo. -Dijo Elizabeth.
-Te amo aún más. -Dijo Jon besando sus labios.
-Pero aún quiero quedarme.
-No es necesario que lo hagas.
-¿Qué clase de reina sería si no escuchase lo que mi pueblo tiene para decir? -Preguntó Elizabeth.
-Eres perfecta. -Dijo y besó sus labios. - De acuerdo, pero si sientes un dolor o molestia alguna te irás a recostar. Y debes usar la corona.
-Trato hecho. -Dijo Elizabeth sonriendo.

Don't deserve you.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora