Capítulo 36

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Pasaron los días, la herida de Jon ya estaba en mejor estado, seguía un poco débil pero de todos modos ya necesitaba hacer reposo en su cama. Por otro lado, el estómago de Elizabeth había crecido considerablemente, tanto que le costaba caminar, pasaba la mayoría del tiempo sentada o acostada, ya que sufría de varios calambres. Pero lo peor de todo eran las contracciones, de vez en cuando alguna aparecía y eran insoportables.
-Descuide su alteza, ya pronto nacerá.- Dijo el maestre Pycelle. - Será un niño grande y fuerte, se lo aseguro.
-Claro que será grande, mira el tamaño de ese estómago - Dijo Sansa, quien estaba presente en la habitación.
-¿No pueden hacer nada por las contracciones?- Preguntó Elizabeth que se encontraba postrada en su cama.
-Podría traerle leche de amapola si es lo que desea. -Dijo Pycelle.
-No, he dormido todo el santo día. Déjelo ahí, iré a caminar un minuto. Gracias maestre, ya puede retirarse.-Dijo Elizabeth y con esfuerzo logró levantarse.
-¿Estás segura?- Preguntó Sansa.
-Sí que más da. Seguirá doliéndome de todos modos.
-Llamaré a las doncellas para que te ayuden a vestirte. -Dijo Sansa saliendo de la habitación detrás del maestre Pycelle.
Cuando estuvo vestida y arreglada, salió a dar un paseo por los jardines, con ambas manos sosteniendo su vientre.
-¡Elizabeth! - Llamó Jon, caminando hacia ella.
-Mi amor. -Dijo ella tomando su mano cuando estuvo lo suficientemente cerca.
-¿Te encuentras bien? -Preguntó caminando a su lado.
-Sí, ¿Porqué no lo estaría? -Dijo con una sonrisa.
-¿Tu espalda no duele? -Preguntó preocupado.
-Sí, un poco. Pero ya me acostumbré. Me gusta sentirlo, ¿Sabes? Me recuerda que en poco tiempo nuestro hijo nacerá. -Dijo Elizabeth mordiéndose el labio inferior.
-Y será el más afortunado del mundo por tener a la madre más hermosa y buena de todas.
-Y el padre más noble y fuerte de todos. - Jon tomó el mentón de Elizabeth y lo acercó a su rostro, besándola dulcemente.
-Su alteza. -Fueron interrumpidos por la voz de Tyrion.
-Buenos días. -Dijo Elizabeth dando media vuelta con una sonrisa.
-Lamento molestarlos, pero hay un asunto que debemos discutir. -Lord Tyrion estaba serio.
-¿Sobre qué? -Preguntó Jon.
-Sobre el hombre que intentó asesinarlo. -Dijo Tyrion, y la sonrisa de Elizabeth se borró.
-¿Qué hay con él?- Preguntó Jon intentando mantener la calma.
-Sigue en su celda, está en una de las subterráneas. Debemos proceder con el juicio... -Elizabeth lo interrumpió.
-No habrá juicio. -Dijo con su voz llena de ira, nunca había sentido tanto odio en su vida. -Lo quiero muerto.
-Amor, el juicio es solo un procedimiento obligatorio... -Dijo Jon intentando calmarla.
-Ese hombre intento matarte. -Dijo mirándolo duramente.- Sin mencionar que quiso secuestrarme y asesinar a mi hijo. No lo quiero con vida.
-Le aseguro mi reina que el hombre no sobrevivirá, le hemos quitado el beneficio de elegir servir al Muro uniéndose a la Guardia de la Noche. -Dijo Tyrion. -Pero de todos modos el juicio debe de hacerse.
-¿Cómo es que el hombre que intentó asesinar al rey tenga derecho a un juicio? -Preguntó Elizabeth incrédula.
-Es una mera formalidad.-Dijo Jon.-Prometo que todo saldrá bien. ¿De acuerdo?-Elizabeth soltó un suspiro.
-De acuerdo. -Dijo rendida. -Pero si se atreve a pedir un juicio por combate me encargaré de hacerlo pelear contra un maldito dragón . -Jon largó una risa al escuchar eso.
-Así será mi amor.

Don't deserve you.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora