Capítulo 9

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Rosemary estaba hermosa, tenía un vestido color rosado, con incrustaciones de hilo de oro en su falda y en el borde superior del corsé, que hacía resaltar su bella figura. Su cabello lo tenía recogido con algunos mechones que caían delicadamente sobre su cara.

Elizabeth le colocó pequeñas flores blancas alrededor de su peinado, que resaltaban maravillosamente en el cabello oscuro de Rosemary.

—Estas preciosa. — Dijo Elizabeth a su amiga. Esta se miraba en el espejo como si no pudiese creer lo que veía.

—Te lo agradezco mucho Effy. Esto es más de lo que esperaba.

—¿Qué dices? Siempre eres así de hermosa. —Dijo y Rosemary le dio un abrazo. —Gracias, eso será todo por ahora. —Le dijo a las doncellas que estaban ayudando a Rosemary, estas se marcharon.

— ¿Qué? Tú aún no estás lista, debes prepararte para ir.

—No me haré la gran cosa, utilizaré algún vestido que encuentre y simplemente iré con ese. —Elizabeth estaba demasiado deprimida como para ir al baile, y tenía que hacerlo por obligación. Pero eso no significaba que tuviese que prepararse mucho para un baile del que se iría apenas tuviera tiempo.

—Querida amiga. —Dijo Rosemary con una expresión de tristeza en su rostro.

Tocaron a su puerta, ambas se encontraban en la habitación de Elizabeth así que simplemente la abrió.

—Mi Lady, esto es para usted —Era un niño pequeño, de unos 9 años, cargando una caja bastante grande.

—Se lo agradezco. —Dijo Elizabeth tomándolo. —Tenga un buen día.

—¿Qué es eso? ¿Te lo ha enviado tu padre?

—No tengo idea, no tiene nombre.

—Abrámoslo. —El paquete contenía un hermoso vestido color azul, con un corsé con incrustaciones de piedras preciosas hasta la parte superior de la falda.

—Esto es hermoso

—Aquí hay una nota. "Eres mía" —Elizabeth abrió los ojos como dos platos, "Jon" pensó. No podía ser, ¿Porqué de la nada le mandaría eso? No habían hablado en semanas, él la había olvidado. —¿Y bien? —Rosemary la quitó de sus pensamientos.

—¿Qué?

—Imagino que lo usarás.

—No lo sé, no sé quién lo ha enviado, quizás no era para mí.

—Elizabeth, ¿Estás bromeado verdad? Es obvio que fue él quien te lo envió. Tú sabes, el rey. Jon. — A Rosemary se le hacía difícil llamarlo por su nombre.

—Él me ha olvidado.

—Un amor como ese nunca muere. No te ha olvidado, y te lo esta demostrando con esto.

—Y si así fuera, ¿Qué importa? Eso no cambia nada, él va a casarse con Lady Margaery.

—Quizás. Pero nunca lo sabrás si no lo intentas. Usa el vestido.

—¿Y qué cambiará eso?

—Le demostraras que aún te importa.

—No me importa.

—Sí que te importa.

—Te digo que no.

—Entonces no te importaría usar el vestido. Vamos, no tienes que usar, y míralo, es una belleza digno de una princesa. —Elizabeth suspiró, no podía negarse, de ninguna manera demostraría debilidades.

Se colocó el vestido y se observó en el espejo. El corsé entallaba perfectamente su figura, se veía hermosa, no era nada nuevo. Su cabello simplemente lo tenia semi recogido y más de la mitad caía cómo una cascada de bucles dorados.

—Hermosa como siempre. ¿Estás lista? —Elizabeth suspiró.

—Lista para la hoguera.

—No será tan malo como crees, vamos, cabeza en alto y sonrisa brillante. —Caminaron hasta el salón, era impresionante la cantidad de invitados.

Todas las familias de las casas nobles superiores se encontraban aquí, Desembarco del Rey celebraría esta noche el cumpleaños de Jon.
Apenas entró todos los ojos se posaron en ella. Se sentía muy inferior al lado de todas esas personas, y toda la atención que le daban no ayudaba para nada a que se sintiera más cómoda.

—Lady Elizabeth— Escuchó decir a un hombre, dio media vuelta y sintió helársele la sangre.

—Lord Tywin Lannister. —Tragó saliva.

—Por fin nos conocemos, debo decir que su belleza es admirable. Sin duda es la mujer más hermosa de los siete reinos, y lo digo siendo el padre de mi hija.

—Se lo agradezco mi Lord, viniendo de usted eso significa mucho. —Cersei era una mujer hermosa, esposa de Robert Baratheon. —Lamentablemente no he tenido el placer de conocerla.

—Yo no lo llamaría placer.— Dijo una voz familiar. — Luce hermosa esta noche Lady Elizabeth.

—Gracias por el cumplido, Lord Tyrion, pero creo que toda dama presente aquí esta noche se ve hermosa.

—Tiene un buen corazón, mi Lady, pero yo no diría lo mismo. He visto doncellas que sus vestidos preferirían salir huyendo de el salón y quemarse en el infierno. —Elizabeth rió y Lord Tywin frunció el ceño hacia su hijo.

—Pues creo que toda mujer es hermosa a su manera. Solo hay que saber verlo.

—Usted es hermosa de todas las maneras. —Dijo un muchacho que Elizabeth no conocía. Sus ojos eran verdes y su cabello dorado, tenía una sonrisa atractiva. Ella solo se sonrojó.

—Lady Elizabeth, le presento a Joffrey Baratheon, mi nieto. — Dijo Lord Tywin Lannister.

Hablaron mucho tiempo, Joffrey era atractivo y algo egocéntrico, pero de todos modos era muy atento y cariñoso con ella. Además quería distraerse y concentrarse en su acompañante y no en la forma que Jon se sentaba junto a Lady Margaery, hablando y tomando su mano.

Se sentó a cenar al lado de Joffrey y Rosemary, ella la miraba de una manera extraña. Elizabeth desvió la mirada un instante y vio como Jon sonreía a su futura reina. Tragó saliva.

—¿Te sientes bien? —Preguntó Joffrey.

—Si, si. Es solo que los bailes me incomodan —Dijo ella.

—Pues no deberían de hacerlo, eres la más hermosa en todo el lugar. Eres la más hermosa en todos los lugares. —Ella lo miró fijamente. "Tiene ojos de Lannister" Pensó. —¿Bailarás conmigo una pieza?

—Por supuesto que lo haré. — Respondió con una sonrisa.

Don't deserve you.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora