Capítulo 25

3K 137 4
                                    

Era tiempo de volver, debían de organizar todo para la boda. Por supuesto, su madre y Angelique volvieron con ellos para ayudar con los preparativos y el vestido.
Era excesivamente agotador. La median por aquí y por allá, su altura, busto, caderas, cintura... Quería irse, no le interesaba todo lo extravagante y excesivo de aquella boda. Prefería algo simple y privado, solo con su familia y la de Jon, pero sabía que eso no sucedería.
-¡Elizabeth! -Gritó Lady Annabeth, sacándola de repente de sus pensamientos.
-¿Qué? -Preguntó Elizabeth.
-Estoy hablándote y no me respondes. ¿Te encuentras bien?
-Si, estoy bien. Solo algo nerviosa.
-Todo saldrá perfectamente, no te preocupes. ¿Llevarás el cabello recogido o suelto? -Preguntó su madre.
-No lo sé, elige tú. - Dijo Elizabeth mientras caminaba hacia la puerta de la habitación. -Iré a tomar aire, estoy agotada.
-De acuerdo, pero vuelve pronto. Tenemos muchas cosas y muy poco tiempo.
-Volveré en unos minutos. -Dijo Elizabeth mientras cerraba la puerta a sus espaldas.
Caminó hasta encontrarse en el salón del trono de hierro. No sabía si quiera como había llegado allí, pero hacia ya mucho tiempo desde que estuvo en ese lugar por primera vez. Recordaba todo, o al menos casi todo.
Se recordó entrando a aquella habitación inmensa, con el miedo que la invadía, prácticamente escondida detrás de su capa, con su cara tapada por su capucha. Recordó la mirada de odio de Lady Margaery, de quien no había oído hablar desde hacia bastante tiempo. Y también, la primera vez que vio a Jon, o más bien que él la vio. Se sintió tan pequeña e indefensa a su lado, aunque debía aparentar ser fuerte. Ahora todo había cambiado, iba a casarse con aquel hombre que había visto sentado en el trono de hierro.
Sintió como alguien la tomaba por la cintura y la atraía hacia su cuerpo.
-Buenos días hermosa. -Saludó Jon.
-Buenos días amor. - Dijo Elizabeth con una sonrisa. Jon plantó un beso en sus labios, pero Elizabeth se separó rápidamente de él, mirando hacia todas partes.
-¿Te encuentras bien? -Preguntó Jon extrañado, Elizabeth hizo una mueca al darse cuenta la estupidez que había hecho.
-Es solo... La costumbre. -Dijo riendo.- Lo siento. -Jon sonrió y se acercó nuevamente a ella.
-Ahora eso no es necesario, podemos hacer lo que sea sin temor a que nos encuentren. -Dijo Jon mientras tomaba su rostro entre sus manos y la besaba.
-¿Cómo se encuentra la feliz pareja? -Preguntó Lord Tyrion al entrar al salón. - Lady Elizabeth, su madre la está buscando para que se pruebe el vestido que usará mañana en la noche. -Se casarían primero de la forma norteña, solo con sus familia, y luego en el Gran Septo de Baelor, con todo el reino.
-Por todos los dioses, ya me cansé de tanta preparación. -Dijo Elizabeth.
-Serás la reina hermosa, deberás acostumbrarte a esto.- Dijo Jon.
-No me interesa ser la reina, yo solo quiero ser tuya. ¿No podemos casarnos simplemente frente al árbol corazón? -Preguntó ella.
-Por mí estaría bien, sabes que haría todo lo que tu quisieras, pero sería deshonrar a los dioses de tu familia.
-Sin contar que todo el reino viene en camino.-Dijo Lord Tyrion.
-De acuerdo, ambos tienen razón. -Se rindió Elizabeth. -Iré a probarme el vestido. Jon besó sus labios rápidamente y dejó que se fuera.

Era casi el anochecer, Elizabeth caminaba sola por el bosque del árbol corazón cuando sintió que alguien la agarraba del brazo, se dio la vuelta pensando que sería Jon, y se encontró con un hombre desconocido. Su cabello era largo y tenía barba, su mirada le causó escalofríos.
-¿Quién eres? -Preguntó Elizabeth.
-Ven conmigo. -Dijo el hombre tirando de su brazo, pero Elizabeth frenó en seco.
-No iré a ninguna parte hasta que no me diga quién es usted- Dijo ella, el hombre emanaba un profundo olor a alcohol.
-¿No me recuerdas a caso?- Preguntó aquel hombre mirándola fijamente. Elizabeth lo miró durante unos segundos hasta reconocerlo.
-¿Kalem? -Preguntó mirándolo fijamente. Kalem era un joven al que Elizabeth conocía de pequeño, perteneciente a sus tierras. Había estado enamorado de ella desde siempre, incluso le habría pedido su mano a su padre, la cuál Lord Fredderick había rechazado por dos razones, que era de menor rango que ellos, y que de otros pretendientes de Elizabeth, y el hecho de que ella no lo amaba. Habría desaparecido luego de ese imprevisto. -¿Qué haces aquí? -Preguntó Elizabeth.
-Te amo Elizabeth, siempre te he amado desde niños. Ven conmigo y podremos ser felices juntos. -Dijo Kalem, quien prácticamente arrastraba a Elizabeth llevándola del brazo.
-No, Kalem escúchame. -Dijo ella haciendo que este se diera media vuelta y la enfrentase. -Voy a casarme.
-Pero tu no lo amas, ¿Cierto?
-Claro que lo amo. -Respondió esta.
-¿Y a mi no me amas?
-Siempre te he tenido un profundo cariño Kalem, crecimos juntos. Pero es a él a quien amo. - Kalem frenó en seco y la miró durante unos segundos, Elizabeth sabía que lo habría herido, pero no había otra cosa para hacer.
-¿Quién es ese hombre? -Preguntó.
-Jon Stark, el rey.
-¿Vas a casarte con el rey? -Elizabeth sólo asintió. -¿Por eso es que lo amas, verdad? Porque serás la reina.
-No es así, yo no... -Iba a continuar pero la interrumpió.
-Elizabeth escúchame, yo no puedo darte castillos y coronas, pero puedo darte más amor que nadie en este mundo, ¡Escápate conmigo y seremos felices juntos! -Gritó Kalem ya exaltado.
-No Kalem, ya basta. No te amo a ti, lo amo a él, siempre va a ser él.-Dijo Elizabeth, se sintió mal al ver como sus ojos se cristalizaban, ¿Pero que más podría hacer? Ella amaba a Jon. - Quizás si las cosas hubieran sido diferentes... -Trató de calmarlo, pero no logró nada. Él sólo tiró de su brazo, del cual aún estaba agarrado.
-No puedo vivir imaginando que hubiera sido de nosotros. No me iré sin ti, vienes conmigo por las buenas o las malas.
-¡Kalem, suéltame! No iré contigo a ninguna parte. - Dijo, pero no sirvió de nada, él la seguía arrastrando. -¡Me lastimas! -Gritó Elizabeth asustada.
-No grites o nos descubrirán, hay que irnos ya. -Dijo él y apretó fuertemente el agarre de su brazo, por lo que Elizabeth grito de dolor.
-¡Basta! ¡Déjame tranquila!
-¡¿Qué está sucediendo ahí?! -Gritó una voz ronca. Kalem inmediatamente soltó su brazo y huyó corriendo. Sandor Clegane estuvo en un instante al lado de Elizabeth. -¿Se encuentra bien? -Preguntó.
-Sí, eso creo.-Dijo Elizabeth aún asustada.
-Vámonos, esto no es seguro para usted. -Dijo el perro llevándola adentro.
Al entrar, Sandor Clegane le informó todo lo sucedido a Lord Tyrion, y éste pidió que de inmediato se le informara al rey. Elizabeth no quiso hacerlo, para no preocuparlo, pero no hubo opción. No pasó mucho tiempo para que Jon entrara de pronto por la puerta, haciendo asustar a Elizabeth.
-¿Te encuentras bien? ¿Estás lastimada? -Dijo agachándose frente a Elizabeth, que se encontraba sentada.
-Sí amor estoy bien, nada pasó. -Respondió ella intentando sonar tranquila.
-Tu brazo. -Dijo Jon mirándolo con ira. Elizabeth no se dio cuenta del moretón en su brazo, el cual estaba de un color violeta muy oscuro.
-No me di cuenta. -Dijo Elizabeth intentando moverlo, pero se quejó del dolor. Jon golpeó la mesa con el puño, causando un ruido ensordecedor y logrando que varias cosas se cayeran.
-¡¿Quién mierda hizo eso?! -Gritó lleno de ira.
-No lo sabemos, nadie pudo verlo, solo Lady Elizabeth. Pero por su descripción, no parece ser nadie que conozcamos. -Dijo Lord Tyrion, Elizabeth no dijo que había sido Kalem y que ella lo conocía, sabía que lo asesinarían por lo que hizo.
-¡Encuentren a ese hombre y tráiganlo ante mi!-Gritó Jon, todos en la habitación se retiraron, menos Elizabeth. Estuvieron en silencio unos segundos, Jon miraba el fuego de la chimenea, pero no hablaba, no demostraba nada. Solo se movía para tomar el vino de su copa.
-¿Jon? -Lo llamó, pero este no contestaba. -Mi amor, respóndeme. Estoy bien, en serio, fue solo... - La interrumpió el estruendoso ruido de la copa de cristal al estrellarse contra el fuego, y como este se avivó de pronto por el alcohol.
-¡Que demonios hacías sola en el bosque a estas horas de la noche! - Gritó Jon, Elizabeth se asustó tanto que se levanto de su silla y caminó hacia atrás.
-Yo, yo solo estaba caminando, no sabía que... -Dijo Elizabeth asustada por la reacción de Jon, nunca lo había visto tan furioso, llegaba a darle miedo.
-¿No sabías qué, Elizabeth? ¿Que cualquier hijo de puta puede andar por ahí? ¿Que todo el reino quiere follarte? ¡¿Que mierda no sabías Elizabeth?! - Le gritó Jon, habían peleado otras veces, pero nunca la había maltratado así, y no pretendía soportarlo. Trató de irse antes de romper en llanto, pero Jon se puso en frente de ella, tapándole la puerta.
-Sal de mi camino. -Dijo Elizabeth con la voz quebrada.
-¿A dónde crees que vas? -Dijo Jon aún molesto.
-A donde sea menos contigo. - Dijo intentando alcanzar la puerta nuevamente, pero Jon no la dejo pasar.
-No irás a ningún lado Elizabeth. -Dijo Jon.
-¡Déjame en paz! - Gritó Elizabeth. -No sabía que habría alguien en el bosque, no lo pensé. Fue algo estúpido, pero no tienes ningún derecho a gritarme de esa manera.- Dijo furiosa, y unas lágrimas traicioneras escaparon de sus ojos. Se dio media vuelta, no quería que la viera llorar.
-¿Que tal si algo te pasaba? - Preguntó Jon.
-Nada pasó.
-¡¿Qué tal si nadie te hubiera escuchado, si ese maldito te hubiera llevado?!
-¡Pero no lo hizo! ¡No lo hizo y estoy bien! -Dijo Elizabeth mirando nuevamente a Jon con los ojos rojos y llenos de lágrimas. Jon la miró durante unos segundos en silencio antes de hablar.
-Si algo te sucedía, ¿Que habría echo yo sin ti? -Preguntó Jon. - No podría vivir sin ti Elizabeth, jamás me perdonaría si algo te sucediera.- Elizabeth se acercó a él lentamente.
-Ya estoy bien Jon. Nada pasó, fue solo un susto. -Dijo colocando la mano en su mejilla. -¿Lo ves? Estoy aquí, contigo.- Jon se tranquilizó un poco y atrajo a Elizabeth hacia sí mismo con una mano, mientras que con la otra secó las lágrimas de sus mejillas.
-Te amo demasiado Elizabeth, más de lo que puedo controlar. Me enloquece el simple echo de solo pensar que algo pudo haberte pasado, que alguien pudo haberte lastimado. - Dijo Jon.
-Lo sé, y también te amo. - Dijo Elizabeth besándolo suavemente.
-Lo siento, no quise gritarte. - Se disculpó arrepentido.
-Esta bien, solo abrázame. -Dijo apoyando sus manos y su cabeza en su pecho, mientras Jon entrelazaba sus brazos por la parte baja de su cintura.

Don't deserve you.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora