la familia Halstead, compuesta por tres hermanos cada uno con metas diferentes. Había un médico, un policía y una agente federal. Los dos últimos eran inseparables pero por causa del destino se separan.
Habrán riñas familiares entre nuestros mellizo...
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–Agente Hotchner –habló Foyet en cuanto descolgó el teléfono.
–Si la tocas –comenzó la amenaza y al otro lado de la línea lo interrumpen
–Que sea suave, igual que contigo –responde burlón– ¿Por qué tardaste tanto? Ya estaba pensando que este teléfono no servía. –Hotch se quedo en silencio– ¿Por qué tan callado? Sueles gritar cuando estas frustrado –intentaba provocarlo
–No estoy frustrado, eres más predecible de, lo que crees –le dijo mientras conducía
–¿Ah si?–
–No sabias dónde estaba Haley y la hiciste ir hacia ti –provocó
–Me haces ver perezoso –Se queja burlón
–Es sólo otra forma de demostrar control –siguió hablando tranquilo.
–Ay que terrible–
–Tu madre trató de protegerte de tu padre pero no tuvo la fuerza suficiente y la odiaste por eso ¿cierto? –habló Hotch– decidiste qué todas las mujeres son débiles.
–Tú lo dijiste, no fui yo –respondió burlón sin importarle lo que dijera.
–¿Que edad tenías? ¿9 cuando los mataste?–
–Fue un accidente vial –respondió
–Y no te dieron el crédito de eso, debió dolerte. Pero el pequeño George lo hizo otra vez, al pequeño huérfano lo salvo una familia adinerada al oeste, los Foyet. La historia debió terminar ahí. –continuo
–No creo en cuentos de hadas–
–no es eso George, no es un cuento de hadas, no tienes que escribir esta historia ni hacer nada de esto. Se que estas exhausto, siempre tienes que estar alerta, siempre esperas que pase lo inevitable y aún no tienes lo que querías. –hizo una pequeña pausa– Ya te superaste de todos los que hemos enfrentado, no eres solo un famoso asesino serial, eres "LA PARKA", te estudiaremos a ti y a tus métodos por años y años –terminó
–Sabes que estoy pensando? –habló después de que quedaran en silencio– Haley luce bien con el cabello oscuro –la castaña miro asustada al agente pensando en lo tarde que iban, el ya estaba cerca de Haley y ellos no lo estaban ni por poco.– mm... perdió peso, debe ser el estrés que le causas. ¿Y el pequeño?, ah ahí esta, le gusta el capitán america por ti ¿no? –al otro lado de la linea, al lado de Foyet se oyó un timbre de celular– ay es tu esposa, espere –habló burlón hacia los agentes y respondió el otro teléfono.– Sra. Hotchner. –no se escuchaba lo de la otra línea– abra la reja y yo entraré –cortó la llamada y volvió con los agentes– Aaron, te tengo que dejar.
Ambos agentes quedaron en silencio por unos momentos mientras el mayor conducia con el teléfono en la mano en caso de que lo llamaran. Lizzie no sabía que decir, daba vueltas a la conversación con Foyet para descubrir algo hasta que decidió hablar.
