la familia Halstead, compuesta por tres hermanos cada uno con metas diferentes. Había un médico, un policía y una agente federal. Los dos últimos eran inseparables pero por causa del destino se separan.
Habrán riñas familiares entre nuestros mellizo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
*3 días después*
Ya habían pasado 5 días desde que estaba en chicago, en una semana debía volver a Virginia para reincorporarse de las heridas, mientras tanto pasaba tiempo con su hermano Will cuando estaba en casa, iba con Jay a las terapias que le habia asignado el sargento Voight después de lo que había pasado y hoy era el día en que visitaría a mamá Morgan. La chica Halstead planeaba llevar a su hermano luego de la terapia para que subiera un poco los ánimos ya que cuando visitaba a la madre de Morgan ella le hacia sus maravillosas tartas de durazno que por coincidencia a ambos les encantaban.
–Hey, ¿como estuvo? –habló apenas lo vio salir de la consulta.
–Bien, ¿que haremos ahora?–ella sabía que no diría lo que pasaba dentro de las consultas, si bien era privado le preocupaba su hermano y como se estaba sintiendo.
–Si te parece, quiero llevarte a un lugar –la miró un momento y asintió despacio aceptando.
–Claro, vamos. De cualquier forma no tengo nada que hacer hasta que vuelva al trabajo –su hermana asintió y ambos caminaron al auto del mas alto con Liz al lado del conductor ya que ella sabía donde iban. Al llegar Jay miro raro a su hermana pero la siguió cuando bajo del auto y se quedo a su lado cuando tocó la puerta, al abrirse vio a una mujer mayor quien saludo emotivamente a su hermana.
–Pequeña Beth, ¿Cómo estas hermosa? –la abrazo fuerte recibiendo un pequeño quejido de dolor de la chica pero la mujer no se dio cuenta ya que habia sido bajito.
–Hola mamá Morgan, ¿Podemos entrar? –ella asintió y miro al joven detrás de ella asi que lo presentó– el es mi hermano Jay.
–Es un placer conocerla señora Morgan –se acercó a ella para estrecharle la mano a la mujer, pero ella negó y lo atrajo en un abrazo–
–Que gusto conocer al hermano de mi pequeña –se separó– pasen, Elizabeth haré tu postre favorito ya que estas aquí. –le tomo las manos un momento para después soltarlas e irse a la cocina para comenzar a preparar su postre dejando a los dos hermanos solos en la sala.
–¿Por qué me trajiste aquí?–
–Porque necesitas relajarte y había prometido a Morgan visitar a su madre o sino recibiría un regaño –le respondió su hermana.
–¿Hará....? –fue interrumpido.
–Tarta de durazno –miro a su hermano comprobando que eso preguntaría– si, eso hará.
–Sabías que me subiría el animo una tarta de durazno casera como la que hacia mamá –la chica asintió– gracias –lo miro confundida– por estar aún cuando fui un idiota, aún cuando queria que volvieras a Virginia porque no te quería regañándome.
–No te preocupes por eso Jay, se como eres de idiota a veces, se tratar contigo –le respondió con una pequeña sonrisa y se quedaron en silencio unos minutos.
LIZ
–¿Cómo ocurrieron tus heridas? –no esperaba que preguntara eso después de nuestros minutos de silencio.
–¿Has oído de "La Parka de Boston"? –asintio confundido y luego entendió.
–¿Te Apuñaló La Parka? –le asentí– pero según lo que leí, no ha vuelto a cometer ningún homicidio hace tiempo. ¿Cómo ocurrió?
–Según lo que nos conto Hotch, el oficial que se habia encargado del caso en los 90's firmo de cierta manera un contrato con él, no volvería a hacer nada si el no lo buscaba y hasta que el muriera. Murió después de hablar con Hotch y de cierta forma el lo sabía.–conté la historia detrás– El como ocurrió, bueno, estaba con Morgan, nos separamos un momento para buscar por diferentes puntos de las casa. Debería haber estado mas atenta pero solo pensaba en que pasaba contigo y porque no respondías las llamadas asi que estaba bastante distraída. –él agachó la mirada culpable– alguien me cubrió la boca y sentí lo peor que pude haber sentido, me apuñalo 5 veces, 3 de ellas son pequeñas como amenaza pero las otras eran mas grandes por lo que sangraban más asi que un momento después me desmaye hasta que llegaron los demas y llamaron a una ambulancia. De cierta manera tuve suerte, sus victimas terminaron con más de 30 Puñaladas.
–Lo siento, si hubiese sabido...–fue interrumpido.
–No podrías haber sabido que pasaría Jay –le tomé la mano– Morgan también se siente culpable por lo que paso pero ninguno de los dos tiene la culpa, yo estaba distraida y mientras estaba desmayada el desgraciado lo empujó por la ventana pero creo que con lo que me hizo le bastó porque solo le dejo una bala como amenaza después de noquearlo y llevarse su identificación.
–¿Ese hombre ya esta en la cárcel? –negué– ¿no lo atraparon?
–Lo atraparon, pero se liberó de las esposas en la celda y como estaba sangrando lo llevaron a la enfermería donde escapó –digo nerviosa– se que vendrá a vengarse del equipo, pero no se de que forma.
–No quiero que te pase nada, ¿Qué hubiese pasado si esas heridas eran mas profundas? Hubieras muerto y yo ni siquiera pensaba responderte las llamadas –tenía los ojos brillosos.
–Te hubiese venido a molestar desde la tumba –me burle de la situación–no paso a mayores, no tienes de que preocuparte –le susurre lo ultimo al ver a la señora Morgan acercarse a nosotros–
–Bien ya esta en el horno asi que cariño cuéntame como han estado todos allá, como esta mi bebé –me aguanté la risa por como le decía a Derek y comencé a contarle como estaban todos. Cuando salimos de la casa de mamá Morgan caminamos al auto con nuestra tarta de durazno que llevaríamos al departamento de Jay y nos la comeríamos, mientras Jay conducía le enviaba un mensaje a Will para que no se preocupara y que tal vez me quedaría con el esta noche.
–¿Te quedaras en mi departamento esta noche? –le asentí –
–Si no te molesta, claro –le respondí
–No me molesta–
Pasamos la mejor noche desde que habia vuelto a Chicago, vimos películas mientras comíamos nuestra tarta sin dejar ni siquiera un pedazo para el día siguiente y nos dormimos como a las 3 de la mañana por toda el azúcar que ingerimos. No llegamos a las habitaciones, caímos rendidos en el sofá despues de una batalla de baile como en los viejos tiempos y nos despertamos al medio día cuando recibió una llamada de su jefe, ya podía regresar al trabajo pero de forma tranquila sin involucrarse demás. Me quedé unas horas mas en su departamento para recoger lo que habíamos usado y ordenar un poco el lugar, claramente este hombre no conocía lo que era el orden.