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Maratón (1/2)

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Maratón (1/2)

2 días después

Ya faltaba menos para que Beth volviera a Quantico, sabía que extrañaría Chicago, a sus hermanos y poder visitar a su madre cada día después de no haber ido al cementerio durante dos años. Jay le hablaba sobre los casos que estaba trabajando casi todos eran sobre droga así que no me metía mucho en los casos. Cuando iba a la estación los ayudaba un poco para que no se quedarán estancados en algún tema pero necesitaba los casos del FBI.

Durante los últimos dos días había ido a la estación de bomberos a agradecer su ayuda con el caso llevándoles donas para no llegar con las manos vacías. Si bien Kelly Severide intentó seguir coqueteando con ella sólo quedaron como amigos, ella no era buena para las relaciones y el tampoco así que llegaron al acuerdo de solo ser amigos.

Los chicos de la UAC la habían llamado en un par de ocasiones preguntándole como se sentía para volver y trabajar de nuevo en el campo, cada vez respondía que se sentía bien tal vez en casos como el que pasó habría problemas si no se controlaba pero lo trabajaría con el tiempo. Ahora Liz se encontraba en la sala del departamento de Jay viendo televisión ya que el chico no llegaría hasta en dos horas más según lo que le dijo por teléfono así que pediría comida en una hora y comería con su hermano.

Narra Liz

Estaba tranquilamente viendo televisión en la sala del departamento hasta que llaman a la puerta, me levanto a abrir ya que no hay nadie más conmigo y me encuentro con Severide.

–Es en serio –preguntó riendo

–Qué? –menciona sonriendo y entrando

–No aguantaste ni siquiera un día siendo amigo de una chica –lo mire con una sonrisa.

–Sabes, si tenía una amiga mujer y la quería muchísimo –habló con nostalgia así que le señale el sofá y ambos nos sentamos en él

–Apuesto a qué no le gustaban los hombres –me miró con una sonrisa

–Como lo sabes –me miró confundido

–Soy perfiladora Kelly, se que tú mirada muestra un cariño profundo hacia ella como amiga, siempre la pusiste primero aunque hubiesen otras personas. Se nota que eran confidentes uno del otro y que cuando ella murió quedaste devastado. –Severide tenía la mirada baja mientras hablaba.– se que es raro que una persona sepa sólo lo que tú sabes que tenías con ella –él asintio– pero todo eso se nota en los gestos que tienes con ella, aún cuando ya no esta tienes su foto en tu oficina frente a todas las demás siendo la más llamativa lo que muestra que era la persona más importante para ti. La dedicatoria en la ambulancia demuestra que no sólo era importante para ti, sino que para toda la estación

–No sabía que podían saber tanto sólo con ver las pequeñas cosas. –me encogi de hombros.

–Solo vemos lo que nadie más ve, los pequeños detalles que nos dicen sobre la vida de aquella persona.

–Gracias –lo mire confundida– por hacerme recordar que no sólo soy un mujeriego sino que también puedo tener personas a quienes no tenga que meter en una cama para tenerlas cerca –le sonreí.

–Si necesitas algo, aquí me tienes apenas me conoces pero, de vez en cuando necesitas a alguien con quien hablar. –nos quedamos hablando durante un tiempo hablando de nosotros, diciendo que nos gustaba hacer, conociéndonos mejor. Se notaba que Kelly sería un buen amigo, era como Derek, pasó por cosas en su infancia que lo llevaron a ser como es ahora.

(...)

Dos horas después Jay llegó al apartamento donde escucho risas así que confundido ingresó a su hogar encontrando a su hermana y a Severide conversando mientras tomaban unas cervezas.

–Hola chicos –ambos se dieron vuelta al escuchar su voz.

–maldición, olvidé pedir la comida –mencionó la agente teniendo la mirada de los dos chicos debido a su repentino reto.

–Hola Jay como has estado –Kelly se levantó del soda para caminar hacia dónde se encontraba su abrigo para irse y dejar a los hermanos solos.

–No es necesario que te vayas Kelly, puedes quedarte a cenar si quieres pero debemos hacer la comida ya que Liz como cada vez que le toca a ella se le olvida ordenarla. –la aludida lo miró mal hasta que asintió aceptando lo que dijo su hermano.

–Está bien, su quieren yo cocino ya que me están invitando a comer y ya llevo dos horas aquí así que es lo menos que puedo hacer –comieron una carne al horno con papas y ensalada disfrutando de una velada tranquila llena de risas por parte de los chicos mientras Liz solo pensaba en que pasado mañana debía volver a Quantico y no sabía en cuanto tiempo volvería a Chicago.

𝐇𝐚𝐥𝐬𝐭𝐞𝐚𝐝 𝐅𝐚𝐦𝐢𝐥𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora