la familia Halstead, compuesta por tres hermanos cada uno con metas diferentes. Había un médico, un policía y una agente federal. Los dos últimos eran inseparables pero por causa del destino se separan.
Habrán riñas familiares entre nuestros mellizo...
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Todos conversaban esperando a ver que pasaría, ya llevaban dos horas sentados mientras conversaban o bueno se burlaban de los castaños.
—De verdad no entiendo desde cuánto has comenzaste a llegar tarde —Habló Morgan burlándose de su amiga.
—Es culpa de este flojo —Respondió señalando al castaño quien se llevó el dedo índice al pecho ofendido.
—Disculpa, pero no soy un flojo. Yo no fui quien ofreció la noche de peliculas y además te pusiste a ver Iron Man y las tres —habló y la chica bajó la cabeza avergonzada.
—Liz, te dije que si querías ver esas peliculas debía ser conmigo y a una hora en la que alcanzarás —habló Prentiss haciendo reír a todos hasta ser interrumpidos por Rossi bajando las escaleras y nombrando a la chica que se acercaba a ellos.
—Ashley, aspirante a agente Seaber —hablo y los agentes se levantaron para acercarse a los mayores.
—Los agentes especiales Prentiss, Morgan, Halstead y el detective Halstead —habló señalándoles.
—He oído tanto sobre ustedes —saludo a los agentes
—Espero que sean cosas buenas —habló Morgan.
—Claro que sí señor —confirmó.
—Algo en específico —la castaña rodó los ojos entendiendo a donde iba— bueno, sobre mi en particular.
—Mejor no le des cuerda porque se vuelve un egocéntrico de lo peor —señaló la castaña ganándose una mirada ofendida.
—La agente Seaber llegó como un préstamo de la academia mientras esté bajo un entrenamiento correctivo por una lesión —señaló Hotch
—Contusión —modificó la rubia— el combate se salio de control.
—¿Y tu contrincante?
—Sigue internado —respondió.
—Me paso algo similar en la academia —habló Reid asustando a la castaña quien se llevó una mano a altura del corazón mientras se daba vuelta hacia el genio.
—¿Puedes avisar que estás detrás o meter más ruido? —reclamo aun con el pulso a mil.
—Agente Seaber, el doctor Reid —hablo Rossi mientras miraba sonriente a la chica que se intentaba recuperar del mini infarto.
—¿Y tu punto débil?
—Mi punto débil es... La puntería, el entrenamiento físico, la pista de obstáculos, de hecho fue todo lo que no estaba relacionado con libros. Al final tuvieron que aceptarme en el campo —habló hacia el equipo quienes aún estaban mirándose entre sí.
—Ella nos acompañara a nuevo México —habló Hotch cambiando el tema.
