57

404 42 0
                                    

Maratón (2/2)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Maratón (2/2)

—Este grupo requiere espacio y soledad, en especial si tienen múltiples víctimas —estábamos juntando información del caso.

—Ellos vivían a cientos de kilómetros pero los eligieron a ambos —aportó Seaber.

—Van de cacería al campus, al centro comercial, al club —miró a la agente en espera de más información.

—Si llevan su lista de compras, pero rara vez se llevan a más de una víctima por ciudad. —añadió la mujer.

—¿Si las víctimas son activos, porque asesinan a sus ganancias?

—Tal vez estas víctimas se escapan o los clientes se adaptan —hablé.

—¿Se adaptan? —cuestionó la rubia.

—Estos ignotos son excesivamente depravados —le explique a la rubia— cuando el sexo ya no los satisfaga habrá otra forma de descarga.

—Ese era mi temor y ellos lo comprobaron —miro las imágenes de las últimas víctimas. Recibió una llamada antes de continuar así que nos dispersamos nuevamente hasta que la agente volvió con una expresión preocupada.

—¿Qué sucede? —pregunté.

—Una encubierta faltó a los dos últimos reportes —respondió. Nos miramos preocupados, no era nada bueno.

Hotch había ido con Swan a la casa de encubierto de su agentes para ver que había sucedido así que nos quedamos buscando más pistas con Penélope.

—¿Que encontraron Morgan y Rossi? —entró Reid al área donde estábamos.

—Lodo y otras cosas —habló Penélope.

—No ha llovido aquí —respondió.

—Pero si en el sur, Morgan cree que el ignoto cargo gasolina 100 km antes de llegar a la escena del crimen.

—¿Cuántas gasolineras encontraste? —cuestione.

—42

—¿Y a cuantas las redujiste? —cuestionó Reid.

—No tenía más parámetros para reducir —se defendió la rubia.

—Eso nunca te ha detenido —hable confundida.

—Ya vuelvo —dejo los expedientes en la mesa para luego ir a su oficina.

—Que bueno que llegas —hablé mirando a Morgan cuando se acercó minutos después.

—¿Qué sucedió? —me abrazo por los hombros.

—Creo que Penélope necesita una charla contigo —suspiré y él fue a la oficina de la rubia. A los 15 minutos volvió y tomó las llaves de la camioneta.

—García encontró una posible gasolinera, ¿vamos? —camine detrás de él con Rossi.

—Ya necesitaba salir de aquí —hable y me subí a la camioneta en el asiento de atrás, claramente Rossi me gano el asiento del copiloto.

𝐇𝐚𝐥𝐬𝐭𝐞𝐚𝐝 𝐅𝐚𝐦𝐢𝐥𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora