1er. encuentro

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[Narra Mbappé]

Aquí estábamos, la final de la Copa del mundo, Argentina-Francia, y contrario a mi predicción, íbamos perdiendo el partido 2-0, pero esto no iba a ser todo, yo todavía tenía mucho para dar.

Lo habíamos conseguido, un penal, esta era mi oportunidad de mejorar las cosas para nosotros, no era muy difícil, yo contra el arquero. Me había entrenado por mucho tiempo, y este partido tenía que relucir eso, con toda seguridad y pateo directo al arco. Lo logre,anoté, me voy a celebrar, todo el mundo vería otra vez de lo que yo era capaz, pero había algo que no estaba bien, me estaba perturbado lo cerca que había estado ese arquero de atajar me, pero daba igual, porque el gol ya estaba dentro, estábamos más cerca de poder ganar.

...

El partido continuaba, estábamos muy cerca de su final, y no quería que esto terminara así, y sabía que podía mejorar las cosas. A 10 minutos del final del partido hacemos una jugada muy rápida,  me llega el balón y va directo al arco, lo había conseguido, había empatado el partido, estábamos demasiado cerca del premio, 2-2, el arquero se había dormido y la victoria me pertenecía.

...

Nos vamos al alargue, había demasiada tensión en la cancha y todos estábamos demasiado cansados, el capitán argentino había hecho el tercer gol para el equipo y no podía dejar así las cosas, un segundo penal era marcado para nuestro equipo, los albiceleste no estaban contentos, pero así lo había pitado el árbitro. Apunto, disparo y adentro, otra vez había logrado el empate, 3-3, los 3 goles me pertenecían, esto era argentina contra mí, por desgracia o por fortuna el tiempo al fin había terminado y todo esto dependía de la tanda de penales, era el momento para sacar a relucir nuestro arquero.

...

El azar o el destino había dictado que yo era quién comenzaba con esto, y como todos esperaban, apunto, disparo y otra vez la meto, yo siempre anoto.

Llega el turno del 10 argentino, y también anota, estábamos parejos, pero nos tocaba otra vez, y teníamos que tomar ventaja.

Para mí desgracia, mi compañero de equipo falla el penal, su arquero, que antes se había lucido con una increíble atajada que nos había hecho con las piernas, pero no mucho más, sale a celebrar. El público se vuelve loco celebrando, y él también, sale saltando haciendo gestos de "lo hice", pero esto no se había acabado, todavía teníamos oportunidad.

Sigue el turno de los argentinos, y vuelven a anotar, la situación iba de mal en peor, íbamos 1-2, y yo no podía tirar por mis compañeros ni ponerme a atajar por el arquero.

Tira nuestro 8, y falla, nuestro segundo penal errado, sentí que mi corazón se partía en mil pedazos al cada vez sentir más lejos de mí la Copa, pero otra cosa capta mi atención al mismo tiempo. Sale el arquero a celebrar, había hecho una excelente atajada a pesar de que yo había pensado que en la tanda de penales él iba a ser historia. Su manera de festejar era excéntrica, toda la atención la acaparaba él, toda la afición se dejaban la garganta por cantarle y gritar lo mucho que lo amaban, y él tiraba un pequeño baile de victoria que toda su inchada adoró, por mi parte, no podía apartar la vista, su presencia me robaba los ojos y al mismo tiempo solo quería mirar al suelo, atormentado por lo mucho que esto me dolía. Mi corazón estaba demasiado intranquilo, no podía decir si lo que sentía era cómo se partía por el dolor que me ocasionaba esta situación, o por ver la pasión que desbordaba ese arquero, que aunque me duela, era de admirar.

Tira un tal Paredes, la vuelven a meter, íbamos 1-3, esto era demasiado difícil, y el jugador que había acertado se dirige directo a su arquero, se dan una abrazo que transmite demasiada emoción.

No quería perder las esperanzas, pero esto era demasiado, otra vez era nuestro turno, nuestro 12 logró acertar la pelota, pero nuestro avance dependía demasiado de si el próximo argentino lograba acertar o no.

Apuntaba el argentino, paseaba y la acertaba, pelota dentro del arco. En ese momento, definitivamente sentí mi mundo venirse abajo, me sentía aplastado por la presión de todo un país que esperaba que yo ganara, mejor dicho, no sólo un país, muchos países, pero los había defraudado, o tal vez lo que más pesaba era yo y la presión que había puesto sobre mí mismo, ser siempre el mejor, ganar es lo primero, pero aquí estaba, cabizbajo, mirando al suelo y escuchando como mis rivales celebraban la victoria. Sentí una gran ira, el equipo no estaba a mí nivel, nuestro arquero no había atajado ningún penal, apenas uno de nuestros jugadores pudo meter un penal, y ni hablar del partido, había sido yo quién había metido los 3 goles que nos había llevado al tiempo extra, y al empate. Pero ni siquiera podía estar enojado adecuadamente, sentí la victoria escurrirse entre mis dedos, y mis palabras volviendo a mi boca.

Estaba tirada en el suelo, pensando en lo que pudo haber sido y no fue, cuando veo al arquero argentino acercarse a mí, sabía que él era un personaje, y mí primera impresión era que venía a burlarse de mí, después de todo, sabía que a él no le habían gustado mis comentarios sobre las selecciones sudamericanas, pero para mí sorpresa, se agacha y me toma la mejilla, acariciando la y me da unas palabras de aliento sobre que lo había hecho muy bien a pesar de mí corta edad, que había logrado mucho y que era de estar orgullo, palabras que ya había escuchado muchas veces, pero a la cuales le daba más importancia que a la de los demás, quizás porque venían del arquero argentino. Me toma del brazo y me levanta del suelo, me da una palmada la cuál devuelvo y se va, mí corazón seguía destrozado, pero supongo que no estaba mal tener consuelo.

Continuará...

la copa es tuya, igual que mi corazón ["Dibu" Emiliano Martínez x Kylian Mbappé]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora