19.El reencuentro

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[Narra Mbappé]

Ya era de día. Sentía que me había pasado un camión por encima, estaba cansado, tenía sed, me dolía la cabeza, estaba mareado y también estaba transpirado, quizás en la noche me había pasado con la calefacción. Me levanto de golpe de la cama, entonces me mareo y se me nubla la vista, solo había una palabra para el estado en el yo estaba, y era acabado, probablemente no debí haber dormido tan tarde, pero lo hecho, hecho está.

Una vez que recupero la vista me dirijo a la cocina de mi casa a tomar un poco de agua. Allí tenía un reloj colgado en la pared, y cuando veo la hora casi me muero atragantado con el agua. Ya eran las 2:30 de la tarde, y yo apenas me había levantado, que desperdicio de mañana. Claro que no me esperaba levantarme a las 5 de la mañana cuando me había ido a dormir a las 4, pero despertarme a las 2 ya era otro tema.

Había dormido durante 10 horas y media, eso era mucho, significaba que había tenido un día improductivo, y eso sí que no lo toleraba. Probablemente estaba tan cansado que ni siquiera escuché que mis alarmas habían sonado, que desastre...

Termino de tomar mi vaso de agua, me tomo una ducha de agua fría, me pongo mi ropa deportiva y salgo a correr. Tenía que apresurarme si quería llegar a terminar mi entrenamiento matutino que ya no iba a ser tan matutino. Esto me pasaba por ser irresponsable con mi horario de sueño.

...

Luego de correr sigo con mi serie de ejercicios. Comenzar el nuevo año de esta manera no me gustaba, una cosa es permitirme comer cosas que normalmente no comería y dormir tarde por la fiesta, pero hoy ya era otro día, y estaba decidido a hacer las cosas bien. Miro la hora y ya eran las 3 de la tarde, tenía que ser más rápido.

Una vez que terminé mis series de ejercicios vuelvo corriendo a mi casa y me vuelvo a tomar una ducha, esta vez me pongo ropa más cómoda. Entonces me doy cuenta de que me había saltado tanto el desayuno, como mis refrigerios de media mañana y el almuerzo. Que desastre. Mi alimentación era un desastre.

No podía dejar de repetirme que las cosas eran un desastre, todo esto me causaba mucho estrés. Entonces me vuelvo a fijar en la hora, y veo que ya eran las 5 de la tarde, era demasiado tarde para el almuerzo y demasiado temprano para la cena. Aún así, me puse a ver que iba a cenar.

...

Me fui a comprar algo de arroz, carne, algunas verduras y frutas. No pude comer apropiadamente durante el día, pero al menos iba a cenar balanceadamente.

Puse a cocinar mi arroz, la carne en la plancha y los vegetales a hervir. Realmente era algo sencillo, no tenía mucha ciencia, al menos era nutritivo y bueno para mi alimentación.

Pero entonces escucho que el timbre de mi casa suena. Toda la concentración que tenía puesta en cocinar se desvanece en un segundo, y empiezo a sentir como mi corazón se acelera.

Sin pensarlo salgo corriendo de mi casa, ni siquiera me di cuenta de que había dejado la cocina encendida, aunque igual solo quedaban el arroz y las verduras, mucho no iba a suceder.

Y sí, al fin estaba sucediendo lo que hace ya una semana había estado esperando que sucediera. Miro hacia el portón de mi casa y ahí estaba Emiliano. Había cumplido su promesa, había vuelto a pasar el resto de su tiempo libre conmigo.

Las ganas de salir corriendo casi me estaban matando, sentía un gran frenesí, estaba más emocionado de lo que pensé que estaría. Pero aún así di un gran respiro y utilicé todo el autocontrol que tenía guardado para poder quedarme ahí parado y esperar a que él llegara hasta mí. No sé, sentí que sería extraño si simplemente yo me fuese a ir corriendo a recibirlo.

Era raro, nosotros dos no nos conocíamos desde hace mucho tiempo, de hecho, por la manera en la que nosotros nos habíamos conocido y por la naturaleza de nuestra relación, cualquiera pensaría que ni siquiera nos dirijiríamos la palabra, que nos llevaríamos mal, supongo que sería lo más lógico.

Apenas habíamos convivido un par de días y solo había sido una semana desde que se fue de mi casa, pero estaba muy feliz de volverlo a ver. Supongo que así era la cosa, a pesar del limitado tiempo libre que nosotros dos tenemos, habíamos decidido pasarlo con el otro...

Luego de que toqué el botón para que el portón de mi casa se abriera, y así Emiliano pudiese entrar, él empezó a acercarse lentamente a la puerta con esa contagiosa sonrisa suya que lo caracterizaba, y que no podía sacarme de la cabeza.

Parecía infinito el tiempo que le tomaba llegar a la puerta, hasta que finalmente estábamos frente a frente. Ambos teníamos una sonrisa cálida, felices de que volveríamos a contar con la compañia del otro.

-Volví- dice Emiliano.
-Me doy cuenta- responde Kylian.

No dicen nada más, solo se miran sonriendo. Quizás habían muchas cosas que querían decirle al otro, pero esas únicas palabras eran más que suficientes, el resto de sentimientos podían transmitirlo con la forma en la que miraban al otro.

Entonces Emiliano ve que la cocina de Kylian seguía encendida.

-¿Llegue en mal momento? ¿Estabas por comer? -pregunta Emiliano.
-Sí, pero te voy a perdonar por eso si comemos juntos- le responde Kylian.
-Pero con gusto-

Entonces Kylian termina de cocinar y ambos se sientan a comer juntos. Empiezan a hablar sobre como habían pasado las fiestas junto a sus familias y así fue como en la casa de Kylian volvía a surgir esa calidez que solo aparecía cuando alguien más iba a visitarlo.

Continuará...

la copa es tuya, igual que mi corazón ["Dibu" Emiliano Martínez x Kylian Mbappé]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora