—¡Carajo! Me cansé. — Grita Diego al fondo de la habitación, y es que no era para menos, el vuelo había durado casi 6 horas. Su cansancio es normal.—Acabamos de llegar, relájate. — Digo mientras saco la agenda de la mochila. —A ver, esto va a estar así... — Me preparo para comenzar a organizarlos, así que abro la agenda. —La primera alfombra es a las 7, pero tienen que estar listos a las 5:30.
—¡Ah, chinga! ¿Por qué tan temprano? — Escucho quejarse a Jota.
—Por que se tardan horas y tenemos que hacerles las fotos antes de irnos. — Veo mi reloj. —Tienen tiempo por si quieren comer algo, darse un baño y comenzar a arreglarse. ¡A moverse todo el mundo! Vendrán por ustedes a las 6:15.
La organización es un don mío que me ha funcionado siempre. De este modo he logrado llegar tan lejos con ellos. Casi siempre, desde el inicio, yo me encargaba de los itinerarios, por eso me contrataron para funcionar como la organizadora de la banda.
Salgo de la habitación y me voy a la mía, pero no a la cama o al sillón, sino al balcón, a encender un cigarro, a despejarme.
No fue mucho el tiempo que pasé sola, puesto que a la mitad del cigarro tocan la puerta y Rodrigo asoma la cabeza.
Este chico me causa intriga. Para empezar, no es ni la sombra de lo que yo conocí... No tiene nada qué ver. Todo él es ahora una mezcla de oscuridad y luz. Su altura intimida a cualquiera... Es un chico guapo. Me gusta el rosa de su cabello y ni hablar de sus tatuajes, plasmados en su piel vuelta óleo. Me causa curiosidad.
—¿Estás ocupada? — Pregunta recargandose en el marco de la puerta.
—No, pasa — Sonrío. —. ¿Necesitas algo?
—No... Sólo quiero hablar con alguien.
—¿Qué tienes? — Apago el cigarro y entro a la habitación.
—Nada, tranquila. Ven aquí. — Se sienta en la cama y me invita a sentarme a su lado.
—¿Qué pasa?
Lo veo nervioso, como si estuviera a punto de contarme su más grande y oscuro secreto.
—Nunca te di las gracias por el recibimiento tan chido que me diste. Tú sola hiciste lo que esperaba de todo el fandom.
Noté la melancolía en su voz. Entendí perfectamente a lo que se refería. Nadie se había molestado en darle la bienvenida o algunas palabras de aliento. La realidad es que la salida de Roberto había acaparado todo en aquel momento, tanto que la mayor parte del fandom se concentró en eso y no en recibir a Rodrigo cómo se merecía. Los únicos que lo habían hecho habíamos sido nosotros.
—No tienes nada que agradecer — Le sonrío —, lo hago de corazón.
Él me devuelve la sonrisa, se levanta y abre los brazos para recibirme en un abrazo cálido. Nuevamente pude percibir lo alto que es. Mi cabeza apenas y toca su barbilla.
—¿Puedo decirte algo más?
—Claro... — Respondo, pero no presté mucha atención; estoy concentrada en querer recordar su perfume.
No sé exactamente qué ocurrió o cómo fue, pero de la nada recogió mi cabeza de su pecho y me dio un beso. Así, sin previo aviso. Por un momento hubiera querido decir que no lo disfruté, pero sería una mentira, claro que lo hice.
Sus labios saben a sus cigarros y, extrañamente, parece que ha tomado vino tinto. No fue brusco, pero algo en mi se movió cuando tomo mis pantalones para acercarme más a él.
Aquella sensación me paralizó por completo, llegando al punto de tomarlo de la nuca para intensificar el beso, pero fue cortado de pronto por él.
Se separó lentamente de mi, no sin antes dejar un pequeño beso más y un aliento suyo en mi mejilla.
—Perdóname, no sé qué me pasó...
—No pasa nada — Lo suelto. —, no te preocupes.
Noto sus ojos llorosos y rápidamente lo abrazo de nuevo.
—Estoy tan confundido... — Me confiesa entre lágrimas.
—Está bien... — Respondo acariciándole el cabello. Sé a lo que se refiere, pero quiero estar segura, así que lo dejo hablar:
—No he podido encontrarla...
Ahí estaba la respuesta... sufrimos una pérdida hace pocos días y tanto él como los chicos tienen cosas fuertes encima, como personas y como banda. El concierto del metropolitan tiene poco de haber pasado y él apenas pudo levantarse para ese día. La muerte de Atenea lo ha marcado tanto que ese día entró en una especie de trance y dijo haber visto a una joven idéntica a ella en el concierto. Desde ese día, la búsqueda de aquella muchacha ha resultado incansable no sólo para él y los muchachos, sino para mi y todo el equipo.
—Ya aparecerá, tranquilo...
Levanta la vista de mi hombro y veo cómo sus ojos amenazan con soltar un diluvio. Realmente me parte el alma verlo en este estado.
—No tienes que decir nada de esto si no quieres... — Suspira cerca de mi mejilla. —Yo sé que quieres a Daniel...
Aquello volvió a paralizarme. ¿Cómo lo sabe? Descarto al instante que Jota lo hubiera hecho público.
—¿Cómo...? — Intento preguntar, pero la impresión no me deja terminar.
—Hay cosas que el amor no necesita decir a viva voz, Ana...
Las preguntas para hacerle rondan incansablemente mi cabeza, pero ambos estamos en un trance tan fuerte que para mi resulta imposible pronunciar palabra alguna.
—Tu secreto está a salvo conmigo. — Sonríe y toma mi mano para besarla. —Gracias por todo...
—La encontraremos, te lo prometo.
Un beso más y un abrazo después, sale de la habitación, dejándome echa un manojo de dudas.
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Si decido esperarte •|Daniel Gal|• SAGA WIPLASH #1
FanfictionAlgunos conocemos el amor a los diez años, otros tardamos diez años en comprender que ya lo conocemos. Saga Wiplash #1 ❤️