Ana
La verdad tenía muchas ganas de salir con él. Es bonito sentirse admirada, oír que te digan lo bonita que eres... Por poco olvido como se sentía.
Todo fue muy lindo. Me llevó mi restaurante favorito y luego fuimos a una biblioteca llena de libros viejos y que huele hojas gastadas... Un lugar simplemente precioso.
Hubo un libro en específico que llamó mi atención. En la portada aparecían cartas de tarot y otros elementos de las artes ocultas, algo fascinante y que me remontó a ciertas épocas...
—¿Te gusta? — Pregúnta Helián detrás de mí.
—Sí, antes solía leer el tarot y aprendí a leer las manos. Daniel me llamaba bruja. —Sonrío.
—¿La canción...?
—Sí, soy yo — Mi sonrisa se intensifica. —, fue un regalo de cumpleaños.
—Bruja, tienes mi corazón...— Tararea acerca de mi oído. Me pone nerviosa y se da cuenta de ello, así que se separa un poco y cambia de tema. —¿Sería posible que me leas la mano?
Me río. —¿Aquí?
—¿Por qué no? —Lo miro fijamente, me sonríe, y no soy nadie para resistirme esa sonrisa ni esa mirada, así que le tomo la mano y fijo la mirada en ella.
—Bueno... Tienes sueños muy grandes, has luchado mucho y por eso estás por cumplirlos... — Sigo las líneas de su palma con mis dedos —Y, por lo que veo, hay alguien en tu vida...
Sonríe nuevamente y separa sus manos para tomar las mías. Cuando subo la cara pasa una mano por mi mejilla. Me encojo ante su tacto suave y, sin más, me besa. Es un beso cálido, sin prisas. Tenemos mucho tiempo y él parece darse cuenta de eso, porque no actúa rápido. Lo hace como si nada en el mundo fuera de detenernos, y es que en este momento solo existimos él y yo.
Creo que esta es mi oportunidad... Decidí que no quiero detener mi vida por alguien que nunca estará listo para quererme y, por lo que está pasando ahora, todo parece indicar que Helián está más preparado de lo que pensaba y, todas, incluida yo, estaremos listas también para amar a un hombre como Helián, así como siempre lo estuve para amar a Daniel Gallegos.
Luego de unos segundos me suelta y junta mi frente con la suya.
—Es real, Ana... tienes mi corazón.
—Helián...
—Déjame intentar hacerte feliz, Ana, podemos hacerlo...
Si fuera cualquier otra persona le pediría tiempo, pero ya no tiene caso, sé que lo querré, porque hasta ahora me di cuenta de que sí lo hago.
Sonrío y me permito dibujar en esa sonrisa todo lo que podemos lograr juntos. —Está bien...
Me abraza y despega mis pies del suelo. —Gracias, nena. Te prometo que te haré muy feliz.
En sus brazos me obligo a mí misma a intentar ser lo más feliz que pueda. Helián na era su máximo intento, así que yo lo haré también.
El resto de la noche se fue a entre halagos, besos, mimos y palabras bonitas. Por mucho tiempo creí que yo misma y lo que sentía por Daniel siempre alejaban a todos, pero me di cuenta de que no es cierto.
Me fue a dejar al departamento como a las 12, lo invité a pasar pero dijo que ya tenía reservado una habitación en un hotel, así que, muy a mi pesar, lo dejé ir.
Subí y al salir del elevador alcancé a escuchar la música hasta donde yo estaba, ¿en qué demonios está pensando Daniel? Pobres de nuestros vecinos.
Me apresuro a entrar, Daniel está sentado en la sala con una botella de tequila en la mesa de centro y la cara escondida entre las manos.
—¿Dani? ¿Qué pasó?
levanta la cara y me busca la mirada. Tiene los ojos y las mejillas rojos, lo que delata todo lo que ha tomado.
Me acerco lo más rápido que me dejan los pies y me arrodillo frente a él luego de apagar la música. Sonríe y me acaricia una mejilla. —Tenías razón...
—¿De qué estás hablando?
—De Romina — Se enciende un cigarro con torpeza, se quema un poco los dedos pero no lo suelta. —. Todo lo que dijiste era verdad...
—No te estoy entendiendo.
—¡Que me engañó, carajo! — Grita levantándose torpemente del sillón. —Se largó con otro wey.
A pesar de haberla oído y de saber lo que quería hacer, me sorprende. ¿En verdad fue capaz de hacerlo? yo siempre supe que era una desgraciada, pero nunca imaginé que iba a dejarlo así sin más.
—Ven, Dani.
Junto todas mis fuerzas, y aunque me duelen las muñecas, lo hago levantarse el sillón y lo llevo a la recámara. Jota no está y no quiero dejar solo a Dani, así que lo llevo a la mía y lo acuesto en la cama.
Sus lágrimas me mojan la camisa y siento cómo se me tensan las heridas cuando lo dejo sobre la cama.
—Tú eres todo lo que me queda, princesa... — Suspira y me acaricia una mejilla. —Debí hacerte caso...
—Ay, Dani...
—Shhh... — Me acaricia los labios. —Déjame acabar... De haberlo sabido no te hubiera dicho cosas tan horribles...
—Ya no importa... — Las manos me tiemblan cuando le quito el cabello de la frente. —Trata de dormir.
—Quédate conmigo — Lloriquea.
—No me voy a ir, ahora regreso.
Me levanto de la cama y corro al baño. La sangre está comenzando a salir, pero no es nada grave. Me cambio los vendajes y me tomo el medicamento que me mandó el doctor, con eso será suficiente.
Luego de cambiarme las vendas, cepillarme los dientes y ponerme la pijama regreso a la recámara. No se quedó dormido, al contrario, está esperando que yo regrese. All menos regresaré a la cama, a nuestra amistad, pero no más...
Mee recuesto a su lado y él se gira para abrazarme. —¿Todavía me amas, Ana?
Su pregunta me toma por sorpresa, pero ya no me hace sentir nada. Lo amé, en verdad lo hice, tanto que estuve dispuesta a regresar si me lo pedía antes que llegase Helián, y lo amé tanto que lo dejé y acepté que tuviera una aventura con la peor mujer del mundo a costa de la profunda tristeza que yo sentía.
Siempre fue como mi hermano, pero ya no queda nada de lo que sentía por él.Aún así, le contesté que sí. Luego me pregunté qué tan en serio se lo había dicho, y me asusté por lo ciertas o inciertas que podrían ser mis respuestas.
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Si decido esperarte •|Daniel Gal|• SAGA WIPLASH #1
Fiksi PenggemarAlgunos conocemos el amor a los diez años, otros tardamos diez años en comprender que ya lo conocemos. Saga Wiplash #1 ❤️