Capítulo 16

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Me quedé dormido en la recámara de Ana porque Jota no me quiso abrir la puerta anoche. No sé por qué está tan encabronado conmigo si el pedo no fue con él, pero bien que vino a despertarme para irnos al estudio. Hoy vamos a grabar A Nadie lo que Siento, así es como me siento justo ahora.

Otra vez, nadie habló, y si hablaban lo hacían entre ellos, a mí simplemente me ignoraron. Esto es lo que sucede cuando Ana no está. Bueno, no siempre... Solo cuando estamos enojados y cuando llega a pasar, Ana siempre está con nosotros, pero la neta esto ya me está desesperando.

—Oigan, no porque Ana y yo estemos enojados quiere decir que ustedes ya no van a hablarme.

—No hay nada de qué hablar, Daniel, nada más.

—Pudieron decirme eso en lugar de estarme ignorando.

—Ellos pudieron — Reclamara Smoke. —, pero yo no. Mejor de una vez te digo que no quiero que me hables.

Chale, no sé ni qué decirle... Creo que sí la cagué, y no solo con Ana, también con ellos.


Ana


Ayer en la tarde ya no pude ayudar a mi mamá a sus terapias de respiración ni la pude llevar a caminar, mi papá insistió en que me fuera a descansar un rato, y así lo hice, me quedé dormida hasta que me llamó para bajar a cenar. Cuando pasé por la sala la vi sentada junto a la ventana, ocupada en su bordado, y recordé a la abuela de Gloria...

—Ana, ayúdame a poner la mesa. —Me pide mi papá y voy a hacerlo, luego regreso por mi mamá para llevarla al comedor. El corazón se me hace cachitos cada que me ve  y reconozco su esfuerzo por recordarme. No me interesaría que la vida se me fuera a su lado, la verdad...

La cena pasa tranquila, pero no dejo de preguntarme cómo es que mis papás han logrado vivir así por tantos años, cómo mi papá logró acostumbrarse a esto... Porque yo no podría.

Mamá se despidió de nosotros luego de cenar y, en ese momento, pensé que con ella las despedidad tienen más sentido, o te amo más sinceros... Me pregunto si los que Daniel me decía alguna vez fueron reales.

Papá y yo nos encargamos de recoger todo y dejar los platos limpios. No subí al instante, pero mi papá sí. Yo me quedé en la entrada de la casa, fumando, imaginando qué estarán haciendo mis niños. Son las nueve, claro que aun no están dormidos... Deben estar haciendo cualquier otra cosa. Diego dijo que quería ayuda para echar a andar la moto otra vez, tienen grabaciones pendientes y Rodrigo iba a salir con Andrea. Espero poder conocerla cuando regrese.

Vi llegar a Verónica cuando iba a entrar, pero me detuve a saludarla. Tamara viene con ella en el coche y se bajó muy alegre a saludarme.

—¿Has hablado con mi hermano? — Me pregunta apenas terminando de abrazarme.

—No... — Suspiro y la cara le cambia con mi respuesta. Ella lo extraña mucho y el muy imbécil ni siquiera le escribe. —Lo siento...

—No importa — Alza los ombros. —, ya me acostumbré a no verlo.

Su semblante me entristece y la abrazo. —Yo también lo extraño...

—¿Crees que regrese?

—No lo sé... Ojalá que sí.

Me suelta y se limpia los ojos antes de que su mamá la vea.

—Hola, Anita. — Me saluda. —¿Todo bien?

—Sí, perfecto, mañana vamos a ir a dar un paseo al parque.

—Perfecto. — Me presta atención y se percata de las grandes ojeras bajo mis ojos. —Linda, ¿Has estado durmiendo bien?

Si decido esperarte •|Daniel Gal|• SAGA WIPLASH #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora