Capítulo 15

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Carajo... No hubiera hecho venir a Rodrigo, ahora tenemos que regresar para dejar todo en orden y poder pasar ésta semana con mi mamá.

La verdad me da miedo regresar... No quiero toparme con Daniel ni con Romina. Pasé casi toda la semana con Rodrigo y solo de pensar en regresar al departamento me siento desprotegida...

Nos la pasamos casi todo el viaje dormidos y cuando llegamos al depa nos volvimos a dormir unas cuantas horas más... En sí el domingo lo utilizamos para dormir todo lo que nos ha faltado. En realidad él no duerme mucho, aún tiene pesadillas y a veces prefiere quedarse despierto, pero cuando logra conciliar el sueño solo da patadas y manotazos.

A eso de las 2 nos levantamos para ir al estudio y a las oficinas de la disquera para dejar todo en orden. Avisé, dejé horarios y cronogramas hechos, y me dijeron que no había problema siempre y cuando los muchachos se presenten a todas sus sesiones. Están por grabar las acústicas de Poniente, por eso deben estar presentes en todo.

Al otro día

Hoy tengo que ir a ver a todos los demás para darles la noticia. Daniel no me ha contestado mucho desde que me fui con Rodrigo la primera vez. Está tan metido con Romina que a mí me dejó a un lado, y ni hablar de la discusión...

Cuando llegamos al estudio, para mí fortuna, no estaba él. Diego me dijo que iba a tardar un poco porque fue a dejar a Romina al aeropuerto. Genial, al fin se fue...

Diego fue el primero en recibirme con un abrazo, igual de fuerte y protector que el del otro día.

—¿Cómo te sientes?

—Bien... — Me suelta y los veo a los tres. —Todo está bien ahora...

Jota también me recibe con un abrazo, y comprendo que no todo es tan malo si los tengo a ellos a mi lado.

Les expliqué todo lo que tenían que hacer, dejé a Jota a cargo del itinerario y nadie puso peros. También me vi en la necesidad de contarles por qué me voy; al inicio ellos pensaron que lo hacía por alejarme de Daniel y de ellos también, pero cuando supieron la razón, entendieron que no tenía objeto pedir que me quedara.

Procuré no tardarme, no quiero encontrarme con Daniel, así que en cuanto termino de hablar con ellos me despido, pero un sonido en la puerta me distrae de sus abrazos.

Daniel, a quien menos quiero ver, atrás al estudio. Me mira fijamente, por unos cuantos segundos no dijo nada, y yo aproveché ese tiempo para verlo una vez más. Esos ojos... De un café tan profundo que fácilmente me pierdo en ellos, esa diminuta sonrisa que aún me deja sensaciones extrañas y que hacia que mi corazón latiera con tanta fuerza que en cualquier momento se me saldría del pecho... Mi amor por él aun existe, permanece fuerte y latente dentro de mi.

—Hola, Sof...

—Hola— Contesto, cortante. —, ya me voy. Los veré después.

—¿A dónde vas?

—Con mi mamá.

—¿Ahora si?

—Cállate, Daniel.— Lo regaña Diego.

—Yo nada más decía...— Se excusa. —¿Cuando regresas?

—Todavía no sé. Seguro el domingo. Jota te va a explicar lo que tienen que hacer.

Me le acerco, el instinto de despedirme de él se hace presente, pero cuando quiero besarle la mejilla, él se aparta de mi.

—Adiós, me saludas a mi mamá.

—¿Por qué mejor no vas tú?— Contesto lo más fuerte que me lo permite el nudo de mi garganta. —Ella sí lleva la cuenta de los días en que no has ido.

Lo rodeo y salgo del estudio. Mis pies van al ritmo de mis lágrimas, apenas y puedo ver por dónde voy, pero ya no me interesa...  Bueno, me lastima, y salí del edificio con la vaga esperanza de que saliera corriendo por mi. Incluso me detuve en la entrada por unos segundos, pero no... No salió.

****

El día que menos quería llegó al fin... Romina se va hoy y hay mucho qué hacer. Hay que ir a imprimir su boleto e ir al banco para que no se vaya sin dinero. He estado haciendo cuentas y puedo darle cinco mil pesos de mi cuenta de ahorros, además la acomodé en una buena aerolínea para que no batalle. Su vuelo sale a las 11, nos da tiempo perfecto para todo. Llevarla y regresar al estudio.

—¿Estás segura que no quieres quedarte más tiempo?— Le insisto por última vez antes cuando la veo salir del departamento con su maleta.

—No... Tienes cosas qué hacer y yo también, además no quiero causarte más problemas con Ana y la banda.

—Ana no representa un problema, lo sabes.

—No creo que sea así...— Deja salir una sonrisa triste. Me caga verla así. No sé qué le costaba a Ana intentar tratarla mejor.

Con todo y que no quiero, llevé a mi mujer al banco y luego al aeropuerto.

—¿Cuándo vas a regresar?— Le pregunto después de que su vuelo sea anunciado.

—No sé... En un mes o dos.

—Avísame para mandarte dinero y reservarte el vuelo.

—Está bien— Toma su bolsa y luego vuelve a mi a darme un beso, que... No sabría cómo controlarme si no estuviéramos en público. —, adiós, cariño.

—Adiós...

La veo perderse entre la gente y es cuando decido irme, hoy hay mucho qué hacer en el estudio... Lo único malo es que Ana y el pendejo de Smoke van a estar ahí y no quiero verlos, si no quisieron aceptar a mi chica, no tienen camino conmigo.

Por otro lado, solo me pregunto por qué Ana desde hace un tiempo solo quiere estar con él, me reemplazó de un día para otro, así, sin más, y todos la apoyaron en eso. Yo he estado con ella desde siempre, ¿qué hace con él? Nadie jamás la querrá como la quiero yo... Aunque a veces me desespere como nadie y a veces me encolero tanto que no quiero ni verla, pero la quiero... Y mucho. Aun así, sigo muy enojado con ella.

El camino de regreso al estudio se me hizo bien pinche largo, subí corriendo las escaleras y justo cuando iba a abrir la puerta, me topé con Ana. Luce cansada, desanimads, como si no hubiera dormido en días.

—Hola, Sof.

—Hola.— Responde muy bajito. —, ya me voy, los veré luego.

—¿A dónde vas?

—Con mi mamá.

Ah, cabrón, ¿Y ese milagro?

—¿Ahora si?

—Cállate, Daniel.— Oigo hablar a Diego. ¿Quién se cree para callarme?

—Yo nada más decía... ¿Cuándo regresas?

—Todavía no sé... Jota te va a explicar lo que tienen qué hacer.

Luego de eso se me acerca, intenta besarme la mejilla, pero un reflejo me aparta de ella, ¿por qué hice eso? Ah, sí, estoy enojado con ella.

—Adiós, me saludas a mi mamá.

Su mirada y voz se endurecen cuando me contesta:

—¿Por qué mejor no vas tú? Ella sí lleva la cuenta de los días que no has ido.

Y, sin más, sale del estudio, dejándome con 3 weyes que me van a comer vivo, o eso era lo que yo creía, porque ninguno de los dos dijo ni una sola palabra. Sé que en algún momento lo harán, pero por ahora debemos concentrarnos en la grabación, esta parte del álbum sale en navidad.

Terminamos a eso de las 11, que es cuando cada uno corre a su depa. Jota no dijo una palabra en todo el camino.

—¿Ya ninguno va a hablarme o qué?— Pregunto luego de un rato.

—Quién sabe.— Es lo único que me contesta y mejor se pone los audífonos.

La neta no quiero llegar al depa, sin Ana y sin Romina se va a sentir bien pinche solo.

De cualquier forma, llegamos, y solo veo a Jota encerrarse en la recámara y yo fui a la de Ana, tratando de encontrar algún indicio de mi chica para no sentirla tan lejos, pero no lo encuentro. Todo éste cuarto es Ana, incluso en el piso y las paredes y, no sé por qué, pero no puedo evitar extrañarla...

Si decido esperarte •|Daniel Gal|• SAGA WIPLASH #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora