Si decido esperarte •|Daniel Gal|• SAGA WIPLASH #1

Capítulo 8

Daniel

No ma... La neta dormí bien pinche rico aunque estaba helando, pero cuando abrí los ojos me topé con la sorpresa que evitó que me muriera de frío.

Ana Sofía se quedó a dormir conmigo, como cuando estábamos más chicos. Estábamos tan abrazados que cualquiera pensaría que somos novios o algo así.

La neta no quise despertarla, pero tenía que levantarme a darme un baño para poder ir con Romina, así que solté la cintura de Ana y me levanté lo más silencioso posible, pero antes de meterme a bañar le dejé una notita en mi almohada. Qué pinche cursi era, pudiendo salirme así nada más... Pero bueno...

Me bañé como si me fueran a hacer fiesta o algo y me puse mi mejor muda de ropa. Ana me acomodó la maleta en dos partes: ropa para salir y ropa para los eventos. Eso se le agradece mucho.

Cuando terminé, Ana seguía dormida, pero decidí irme antes que sonara su alarma o no dejaría que me fuera.

Ella y yo teníamos una regla: jamás te vayas sin despedirte o sin dar las buenas noches. Nunca sabremos cuando será la última vez que nos veremos, así que me arrodillé frente a ella en la cama y le besé la frente y las mejillas. Ay, Daniel...

—Ya me voy, flaca...

En ese momento creí  que jamás le había puesto demasiada atención. Vi los lunares en su cara y las pestañas chinas y muy largas. La verdad es que siempre fue muy bonita... Lástima que le gustaran puros pendejos.

Cómo sea... Quedé en verme com Romina a las 9 y para mi buena suerte ella es puntual y ya me espera en el lobby del hotel. Se ve espectacular.

—Hola —Sonrió al verla y ella me besa las mejillas.

—Hola —Me ve de arriba a abajo y sonríe—. Te ves muy bien.

—También tú... ¿Nos vamos?

Asiente y toma mi brazo para caminar junto a mí, lo cual me encanta. Ahorita podría pasar todo el día con ella sin problema alguno.

****

Ana Sofía

Dormí muy bien. De hecho me hubiera gustado quedarme en cama con Dani más tiempo, pero la alarma estaba programada a las 9 de la mañana y, además... Daniel no está en la cama, cosa que te alarma de repente, pero dejó una nota en su almohada, como en las películas.

Antes de leerla, me levanto de la cama y recojo una camiseta de él que estaba en el piso para ponérmela. Me encanta el aroma de su perfume... Aún así procuré ser silenciosa. Si Diego se despierta podría verme.

Luego de respirar un poquito más su perfume en la camiseta, me senté en la cama y leí la nota:

"Flaquita, no me olvidé de despedirme de ti, pero no te quise despertar. Voy a salir, regreso a eso de las 11.

Daniel"

En ese momento la risa se me va de los labios. No es enojo... era que les he pedido mil veces no salir sin avisarme... eso podría estropear toda la agenda del día.

De cualquier forma el día debe iniciar, así que desperté tranquilamente a Diego para después ir a la habitación de Jota y Rodrigo.

—¿Puedo pasar? —Pregunté tocando la puerta y entré cuando respondieron que sí—. ¡Buenos días!

—Buenos días —Me responden al unísono. Si bien aún están en cama, al menos ya están despiertos.

—Oigan... ¿Saben a dónde fue Daniel?

—Ayer nos dijo que iba a salir pero no nos dijo a dónde —Me respondió Rodrigo mientras escribía algo en su libreta—. ¿Vamos a hacer algo hoy?

—Eehh... Sí... Ya levántense, los espero en el lobby a las 10, porfa...

Salgo de la habitación, pero Jota me alcanzó antes que cerrara la puerta.

—¿Cómo te fue ayer? —Me preguntó, emocionado.

—Bien — Carajo, estoy algo desorientada—. Estuvo todo muy lindo...

—No te oí llegar.

—Ya era tarde, además solo llegué a cambiarme y a darle las buenas noches a Daniel.

Jota me sonríe como diciendo te entiendo.

—Nunca va a haber otro, ¿Verdad?

—No —Sonrío—, nunca... De hecho... Dormí con él...

Mi amigo cambió su expresión por una en la que hacía una pregunta obvia sin necesidad de palabras.

—¡No! No pasó nada —Me río.

—Eso explica esto —Señala la camiseta que llevo puesta.

—Ojalá te lo pudiera explicar... — Suspiro

—Lo sé —Dice mientras me acaricia el cabello—. Tú conociste al amor de mi vida.

Sonrío y le tomas las manos, pero sé que si no nos detenemos comenzaremos a llorar en cualquier momento.

—Ve a arreglarte. A las 10 abajo —Lo apunto con mi dedo, tratando de sonar amenazadora, mientras camino a mi habitación.

Una vez dentro me apresuro a abrir la llave de la regadera con una mano mientras que con la otra sostengo mi celular llamando a Daniel, aunque no obtuve respuesta. Esperaba que me devolviera alguna llamada mientras me bañaba, pero tampoco pasó.

Fui bastante rápida. Después de todo, tengo que estar lista antes que ellos. Me abrigué bien, hace un  frío de los mil diablos ¿Cómo Daniel salió con este frío, si ni siquiera le gusta?, Pensé.

Me maquillé poquito para finalmente bajar al lobby para ver si había alguna señal de él y a esperar a los demás. Todos llegaron puntuales.

Parece increíble que Daniel no haya respondido las llamadas o los mensajes, y eso ya comienza a ponerme nerviosa.

—Ana —Rodrigo se me acercó luego de un rato —, ¿por qué no continuamos con tu plan? Ese wey se lo pierde.

Traté de sonreír ante su preocupación y revisé la hora. 10:20. Faltan 10 minutos para estar en el restaurante.

—Bien —Suspiro—. Vámonos, niños. —Salimos y abro la puerta de la camioneta que ya estaba esperándonos y todos suben. Rodrigo quedó a mi lado.

—Tengo algo que contarte —habla, emocionado.

—Cuéntame —Sonrío.

—Creo que ya la encontré...

—¿En serio? —En verdad era una gran noticia—. ¡Cuéntame! ¿Cuándo o cómo?

Su conversación me distrae. Me hace olvidar lo que Daniel esta haciendo.

—No sé, fue como por arte de magia... Solo apareció y ya. Por lo que sé, se llama Andrea...

—Andrea... Qué bonito nombre... ¿Piensas hablarle?

—No sé... Pienso decidirlo en estos días.

—Qué felicidad, enserio.

Es algo que realmente me emociona. Después de tantos días al final había señales de aquella misteriosa chica y claro que quiero conocerla. Quiero saber quién cuidará al novio de una de mis mejores amigas...

—Gracias por todo, Ana.

—Somos amigos, y yo siempre los voy a cuidar.

Él me abraza fuerte y me da un beso en la frente. Realmente me siento querida y protegida con ellos.