Si decido esperarte •|Daniel Gal|• SAGA WIPLASH #1

Capítulo 21

Ana

Hoy es el entierro. ¿De qué? ¿De mi madre, de mi antigua vida, o de lo que alguna vez sentí por Daniel? Ya no lo sé... Quizás decida enterrarme a mí misma con ella.

Los muchachos no me dejaron sola ni un momento, me ayudaron en todo. Me subí con ellos al coche de Verónica, mi papá va adelante con el ataúd y todo lo demás. ¿Cuándo fue que mi papá consiguió un lugar en el panteón? ¿Será que ya estaba previsto?

Llegamos rápido al cementerio, donde ya habían algunas personas, esperando a ver cómo se entierra a alguien. Entre ellos estaban los papás de Atenea, y para nuestra mala suerte, también los de Gloria. 

Jota tomó mi mano fuertemente cuando los vió. Claramente no son los mismos de antes. Tania perdió ese porte demandante que atemorizaba a todos... La muerte de su hija la cambió. 

Los papás de Atenea se acercaron primero a mi papá y luego a mi. Me abrazaron y me dijeron que todo estaría bien, que lamentan mucho mi pérdida y las cosas que siempre se dicen en los cementerios. 

Jota estuvo a punto de irse cuando Tania y su esposo se nos acercaron, pero aguantó y se quedó a mi lado.

—Hola, Ana...

—Hola.

—Disculpa que hayamos venido sin avisarte... Creemos que no tendremos otra oportunidad de verlos de nuevo.

—¿Por qué? Nuestras familias están aquí. 

—Sí, pero no sabíamos si podríamos decirles lo que tenemos que decir. Queremos pedirles una disculpa... 

—No es necesario — Interrumpo. —, ustedes tenían sus razones. Nosotros solamente queríamos que fuera feliz.

Se calla y los ojos se le llenan de lágrimas cuando ve a Jota. —Mi hija te amó, Josejan... Fuiste todo el mundo para ella. 

—Qué bueno que lo sepan, porque ella también lo fue para mi.

Antes de siquiera parpadear, Tania nos abrazó a ambos, algo que jamás pensamos que pasaría.

—Quisiéramos acompañarte un momento, si no te importa... — Me dice al oído.

—Claro... — Contesto, llorando.

Creo que este gesto fue un alivio muy grande para Jota, porque jamás pudo despedirse de Gloria... De hecho casi nadie pudo, Tania nunca dejó de culparnos por su muerte.

Sentí que iba a desvanecerme cuando vi la fosa , ese lugar oscuro del que mi mamá ya no podrá salir jamás. ¿Qué haré sin ella?

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Daniel

El entierro comienza a eso de las dos de la tarde. Yo la neta no quería venir por dos razones: 1, me cagan los entierros y 2, no quiero ver llorar a Ana. Podré ser un ojete y no lo dudé desde lo que hice ayer, pero no me gusta verla así. Además mi mamá me dijo que si no venía me iba a mandar a dormir al coche, y la neta, la creo capaz.

Parecía que Ana iba a desmayarse en cualquier momento, las lágrimas no dejaban de brotar de sus ojos desde que habló con los papás de Gloria. Jota va sosteniéndola para que no se caiga. La verdad a todos nos preocupa que se ponga mal aquí, y sí, todo empeoró cuando empezaron a bajar el ataúd a la fosa. Ana se tiró al suelo, al pie de las piedras; vi cómo se enterró algunas en las rodillas y corrí a levantarla junto con los chicos.

—¡Suéltame! — Grita cuando la tomo de los brazos. Balbucea cosas sin sentido por el llanto.  Me rompe el corazón... Quería desquitarme con ella, pero jamás he querido verla así de mal... Mi enojo con ella no da para tanto.