Capítulo 18

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Jueves

Ana

Hoy mi mamá ha estado fenomenal, desde que se levantó hasta ahora. Sabe perfectamente el órden de todo lo que está en la casa, comío muy bien y salió a caminar, de hecho en eso estamos, caminando los tres en el parque. Mi papá nos compro un helado y mi mamá reconoció el sabor a la perfección. Fresa de leche, es el que más le gusta.

Hoy tiene cita, lo genial es que el hospital está muy cerca y Verónica nos atiende puntual, así que no hay mucho problema. De hecho, cuando llegamos estaba atendiendo a una niña que se cayó y se cortó la rodilla.

Mientras la esperamos saco mi celular y contesto todos los mensajes que he ido dejando, sobre todo los de mis niños.  Rodrigo me mandó una foto con alguien que, luego, me doy cuenta de que es Andrea. Él tenía razón... En la foto, ella parece no querer soltarlo, además se ve que es más chica que yo... No sé, luego lo hablaré con él. Por lo mientras le respondo que lo quiero y que me encantará conocerla. No me contesta al instante, supongo que sigue con ella. 

Sigo contestando y, cuando llego al chat de Diego, me encuentro con algo que me congela la sangre. Jota me mandó la misma foto, así que lo llamo al instante.

—¿Qué es eso?— Le pregunto en cuanto me contesta. Instantáneamente sabe que me refiero a la foto.

—Pues ya ves...

—¿Cuándo pasó eso?

—Ayer. Todos vimos las fotos.

—¿Y Daniel?

—Pues se puso como loco... Ana, casi se me escapa decirle...

—Carajo...— Suspiro mientras me jalo el cabello. —No pasa nada... Voy a decírselo cuando vuelva, te lo prometo.

—¿Por qué tomaste esa decisión?

Suspiro. En realidad aun ni siquiera lo he pensado... —Porque más vale tarde que nunca...

—¿Estás segura?— Miro el reloj. Faltan 10 minutos para que mi mamá entre.

—No... Pero me va a matar más rápido su silencio que su indiferencia, y moriré tranquila si se lo digo.

—No digas eso... Nadie muere de amor.

—Quizás yo ya lo haya hecho... Por eso se lo diré. Nadie sabe qué pasará de hoy a mañana, y no quiero irme sin decírselo...

—Deja de decir que te vas a morir— Me regaña—, yo te apoyaré en lo que quieras, pero esto no va a matarte, Ana.

—Espero que no... Oye, ¿sabes si Diego salió con alguien?

—Aquí está, ¿quieres que te lo pase?

—Sí.— Sonrío y espero a escuchar el cambio de voces.

—Hola, Ana.

—¡Hola! ¿Cómo te fue?

—Pues bien... Fuimos a ver motos y de ahí a comer.

—¿Motos? ¿Le gustan?

—Sí, y bastante.

—Me alegro mucho... Quiero detalles cuando vuelva.

—Suena a amenaza.

—Lo es. — Me río. —Los veré el lunes.

—Sí, vuelve, porque Daniel está de insoportable.

—Volveré el lunes y lo arreglaré todo.

—Está bien, cuídate.

—Adiós, los quiero.

Cuelgo el teléfono y entro al consultorio con mis papás. Es una revisión de rutina, por lo que fue rápido, además es el final del turno de Verónica, así que se ofreció a llevarnos a casa.

—Espero que no les importe que me robe a Ana un rato, la invité a comer. — Les dice a mis papás cuando llegamos, ellos dicen que sí, así que voy con ella a su casa cuando llegamos.

—Tamara no debe tardar. — Dice cerrando la puerta.

—¿Le está gustando la escuela?

—Creo que sí... Lo que pasa es que no todos viven la prepa como ustedes, entre amigos y juegos.

—Fue una linda etapa. — Sonrío, poniendo los platos en la mesa. La verdad es que nunca pensé que Tamara fuera a ir a la misma escuela que nosotros. Digo, es una buena prepa, pero después de los comentarios y actos tan terribles que tomaron luego de lo de Gloria, pensé que Verónica lo pensaría dos veces.

—¿Cómo va todo con los demás? Ya tiene mucho que no veo a At...-

—Atenea murió hace un mes...

—¿Cómo?— Deja lo que está haciendo y se pone pálida. No tuve mucho tacto, pero... ¿Por qué no lo sabía?

—¿No sabías?

—No...

—Daniel ya no te cuenta nada, ¿verdad?

—No... — Contesta, limpiándose las lágrimas. —Casi no habla conmigo, ni con Tamara... ¿Qué le pasó a Atenea?

—Tuvo un accidnte... Se subió a un taxi y en el cruce se quedó sin frenos... Primero le dió un paro respiratorio y luego uno cardíaco.

—Pobre niña...

—Ya pasó. — Trato de sonreír.

—Ana, quisiera preguntarte algo, y puedes no responder si no quieres... ¿Sabes algo de mi hijo?

Lo pensé dos veces antes de contestarle. Verdaderamente no quiero hacerlo, no por tenerle consideraciones a Daniel sino porque Verónica es como mi segunda madre y no quiero que sufra por la miseria en la que se metió su hijo.

—No... Solo sé que al parecer peleó con su novia.

—Mi hijo tiene novia... ¿Puedes creer que tuve que enterarme por ti?

—Lo sé... Daniel es muy tonto a veces... Lo siento...

Sonríe y me toma una mano. —Te tenemos a ti, Anita. Si tú estás bien, sabemos que él lo está.

Lo que ella no sabe es que estoy muerta por dentro desde que Daniel y yo peleamos, desde el día que no hablamos... No sé qué me pasa pero, de no ser por eso, yo ya no sentiría nada. Mi corazón al fin está descansando... Creo que, luego de diez años, el corazón está dejando de dolerme por causa de Daniel Gallegos.

Si decido esperarte •|Daniel Gal|• SAGA WIPLASH #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora