Si decido esperarte •|Daniel Gal|• SAGA WIPLASH #1

Capítulo 5

—¡A ver! ¡A moverse! ¡Ya es tarde!

Intento olvidar el accidente con Rodrigo y me apresuro. Por suerte ya tengo todo preparado, así que solo me di un baño y estuve lista antes que nadie. Después de todo, eso es parte de mi trabajo.

Toco frenéticamente la puerta hasta que Diego me abrió. Sin decir nada se hizo a un lado para dejarme pasar.

—¿Listos?

Capto la atención de casi todos, por lo que al instante quienes estaban en la habitación voltearon a verme. Enseguida pude notar que ya no son los mismos chicos que se reunieron en la preparatoria, y Daniel no era el niño con el que jugaba en las calles. Aquel recuerdo me llenó de nostalgia, sobre todo por aquellas personas que ya no están con nosotros.

—Te ves preciosa. — Me sonríe Jota.

—Gracias...— Siento mis mejillas arder. —¿Ya están listos? Tenemos que bajar a las fotos.

—Yo ya — Dijo Diego poniéndose el saco.

—¿Y los demás?

—¡Voy! — Oigo gritar a Daniel desde la otra habitación. No tardó en salir de su escondite a encontrarse conmigo. Se había puesto aquel atuendo.... Le dije que no me gusta porque no lo considero apropiado para el evento, pero igual, se le ve divino.

—¿Ya nos vamos? — Me pregunta y respondo que sí. Así fue como empezó el día. Era gracioso llevarlos de aquí para allá. Nadie creería que aquel grupo de jóvenes alocados tendría los nervios a flor de piel.

Después de las fotos llegamos a la alfombra, una de las previas al evento principal. Llegamos con veinte minutos de sobra, lo sufiente como para calmarnos y respirar un poco. El tiempo se pasó volando y, de un momento a otro, nuevamente preparé a aquellos jóvenes para convertirlos  en Wiplash, mientras yo sigo siendo parte del equipo. Me cuesta trabajo y al mismo tiempo me da miedo, pero dejo de pensar en eso para organizar la agenda de mañana, pero de pronto una mano se posa en mi cintura y una voz reconocida asalta mi oído.

—¿En qué otro lugar he visto a una mujer tan bella?

Al voltear confirmo mis sospechas. Esa suave voz y ese toque no podían pertenecer a nadie más que a Helián Evans.

—Qué gusto verte. — Digo mientras lo abrazo.

—Lo mismo digo. — Sin querer dejó un beso en mi cuello al abrazarme. —¿Cómo va todo?

Señalo a los muchachos en medio de los fotógrafos. —Lucen bien, ¿No?

—Claro que lo hacen. — Desde lejos se escucha  que alguien lo llamó, pero su atención siempre estuvo en mi. —Tengo que irme... Te busco después, ¿Quieres?

Sonrío. —Claro que sí.

Dio un beso más en mi mejilla y fue a atender el llamado, por lo que yo continúo trabajando.

***************

—Estuvieron maravillosos. — Aplaudo cuando están todos en la camioneta.

—La neta estuvo chingón. — Respondió Diego viendo su celular.

—Sí, exacto... ¿Ahora qué quieren hacer?

Todos comenzaron a responderme, incluso Diego y Daniel, a pesar de saber que no podrán hacer mucho.

Justo antes de responderles, siento vibrar mi celular entre mis manos. Lo enciendo y en la pantalla apareció un mensaje de un número desconocido:

"Te espero en la cafetería del hotel a las 11. Hace bastante que no conversamos."

Al ver el mensaje a simple vista no puedo adivinar de quién es, pero al abrirlo, la foto de perfil del contacto me lo dijo todo.

Aquel mensaje y mu expresión captaron la atención de Jota desde el primer momento, así que cuando lo miré, él apuntó mi celular con la cabeza discretamente y me guiñó un ojo. Así confirmé que aquella agradable travesura había sido obra del pelirrojo.

—¡Ana! — Oigo gritar a Daniel.

—¿Qué? — Lo miro con una sonrisa muy vistosa.

—¿Qué vamos a hacer nosotros? — Apunta a Diego, él y a mi.

—Eehh... — Titubeo. —De hecho... Yo voy a salir.

La cara de asombro de Dani, Diego y Smoke me hizo reír. ¿Por qué? ¿Qué de raro tiene?

—¿Por qué? ¿Con quién? — ¿Por qué me pide explicaciones?

—Porque puedo salir — Río. —, con quién quiera y a dónde yo quiera. Vean una película o algo.

—Bonita chingadera... — Reclama Daniel. —Estando en Las Vegas y viendo películas, encerrados.

—Ni modo.

—Smoke y yo vamos a ir por unas chelas. — Anuncia el mayor.

La camioneta entra al estacionamiento y reviso la hora en el reloj. Por poco no llego a mi cita.

—Yo los veré después. — Le doy un beso a cada uno, Daniel me da un abrazo antes de dejarme ir y avanzo hacia la cafetería.