III.

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16 de septiembre, 2022. Buenos Aires, Argentina

Agostina había dormido tan poco que sus párpados pesaban más que todas sus valijas juntas. Y créanme que se había traído hasta su departamento entero dentro de ellas.

Julián golpeó la puerta de su habitación.

-Buen día dormilona- la saludó con una sonrisa de oreja a oreja.- ¡Epa, qué carucha! Tenés cara de que dormiste para el orto.- dijo el rubio y se rió prácticamente en su cara por el rostro cansado de Agos.

-Ja. Ja. Ja.- Respondió ella con una risa irónica- ¡Sos comiquísimo!- él volvió a reír- Y para tu información, dormí poco porque me quedé bañándome, no como vos, pedazo de sucio.

-¡Sí, claro, morocha! Te re creo. Ahora vamos a desayunar así te presento a todos.- Julián tomó a Agostina por los hombros y la guio al comedor que estaba... parcialmente lleno.

Lleno. Sí. Los jugadores de la sub-20 y la mitad de los convocados extraoficialmente al mundial. Eso era muchísimo.

Agostina agradecía no ser una loca del fútbol, porque si fuera fan desaforada... ahora estaría prácticamente muerta. En un comedor estaban sentados De Paul, Messi, Paredes, Otamendi... cualquier persona con un mínimo de cultura moriría allí dentro. Julián se acercaba a la mesa donde ellos estaban sentados mientras Agostina se sentaba temerosa en una mesa vacía al lado de una ventana que daba a la cancha donde entrenaban durante las tardes.

-¿Quién es la chica que está allá?- preguntó Paredes. De Paul rio ante la pregunta.

-Es la fotógrafa del documental que van a lanzar después del mundial, boludín.- responde Rodrigo.- La presentaron ayer.

-La fui a buscar yo a Calchín, es mi mejor amiga de toda la vida.- Comentó Julián- Casi se muere cuando le di la noticia, supongo que de parte de ustedes va a ser bien recibida...- terminó de hablar Julián con un tono ridículamente amenazador.

-Obvio, pa. Ni te molestes. Acá la vamos a tener como una reina.- responde el Papu.

Agostina rio al escuchar toda la secuencia de lejos y al ver que Julián venía mordiéndose los labios para contener una sonrisa. 

-Sinceramente, supongo que no tengo que presentarte a nadie, ¿no?- dice Julián mientras se sienta en la mesa junto a Agos.

-Supones bien.- responde ella.- Va, sí. Hay alguien que no sé quien es.- Julián hace un ademán con la cabeza, dándole lugar a que siga hablando.-Ese de allá, el morocho.

Julián ve a un chico parado de espaldas sirviéndose café. Tenía una espalda enorme con un tatuaje que se asomaba por el borde de su camiseta y crecía hasta su nuca, envolviendo su cuello.

-Él es Enzo Fernández.- Apenas fue mencionado su nombre, se dio vuelta. Sin haberlo escuchado, claro. Enzo solamente se giró a buscar azúcar para su café, pero ese giro significó mucho para Agostina.

Ese Enzo. Ese chico bruto en la puerta de su habitación. Es él.

-Ah.- Contesta ella.- Pero no debutó todavía, ¿no?- vuelve a preguntar.

Mientras tanto, ambos amigos observaban cómo Enzo terminaba de preparar lo que iba a comer en su desayuno. Parecía que todo lo hacía en cámara lenta. Revolver el azúcar en su café, servir agua con gas en un vaso y seleccionar bien qué factura comería. Todo con tanta calma... al contrario de los latidos de Agostina: indomables de bronca y sensibles al recuerdo de la noche anterior.

-No, todavía no, pero parece que lo van a convocar para Qatar. Estamos todos esperando la lista de los 26, y él es candidato fijo. Jugamos algunos partidos juntos en la sub-20, es muy bueno.

𝗠𝗔𝗥𝗢𝗢𝗡 ⎯  julián álvarez & enzo fernández.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora