IV.

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17 de septiembre, 2022. Buenos Aires, Argentina

Eran las seis y media de la mañana, Agostina gruñó de frustración cuando el molesto despertador comenzó a sonar marcando el inicio de un nuevo día. Como se había quedado editando sentía que las horas envuelta en las sábanas fueron casi nulas. 

Hoy todos se despertaban más temprano ya que era día de entrenamiento pesado, claro que Agos debía seguir sus pasos y documentar en fotografías los movimientos de los jugadores; además tenía que atar un cabo suelto, EL cabo suelto también conocido como Enzo Fernández. Tenía que descubrir algo de ese chico por dios, lo necesitaba para ejecutar su trabajo como debía. 

- Ahg que tipo estresante.- Rebuznó mientras se levantaba de la cama para asearse y quedar presentable. Se vistió con un jean oxford tiro bajo, unas zapatillas converse caña alta y su remera favorita, la de Soda Stereo negra claro. La cámara  de fotos colgaba de su cuello y su cabello estaba recogido en un rodete medio irregular. 

Cuando llegó al comedor para desayunar se encontró con la mirada de Lautaro Martínez al otro lado de la habitación, Agos sonrió ligeramente y él le hizo señas para que se acercara. 

- Buen díaaaa! ¿Cómo dormimos?- Lautaro siempre parecía estar totalmente cargado de energía, y de la buena, bah eso sí, en el campo de juego mejor ni cruzárselo, intimidaba con solo esa mirada aterradora y amenazante.  -Si querés podés sentarte acá conmigo y algunos vagos más, no te haría mal socializar.- Guiño un ojo, sarcástico.

- Jaja... un tierno sos Lauta.- Agostina rodó los ojos irónicamente. - Me voy a sentar acá solo porque no hay lugar en otro lado, no porque quiera.- Lautaro soltó una carcajada. - Y respondiendo a tu pregunta, dormí para el culo... me quedé hasta tarde editando las fotos del entrenamiento de ayer y casi ni dormí.  

- Sos una tarada, hubieras buscado otro momento para editarlas, Scaloni tampoco te va a pedir que renuncies a horas de sueño.- Miró un poco preocupado. Agostina sonrió débilmente entendiendo lo que Lautaro le estaba planteando. - Bueno ahora andá y por lo menos desayuná bien, de algún lado tenés que sacar energía para el entrenamiento de hoy. 

- Sí, tenés razón Lautarito.- él alzó las cejas ante el apodo y Agos sonrió ante su reacción. - Ya vuelvo. 

Agostina escaneó con la vista las mesas y se decidió por un café negro y unas tostadas con queso crema. 

Mientras se servía el café en una taza blanca adornada con el logo de la AFA sintió dos manos en su cintura que la giraron, ella soltó un grito casi inaudible.

- Paraaa no grites tontuela.- Julián se reía ampliamente mientras veía la cara asustada y sonrojada de su amiga. - Primero que nada buen día morocha.- Sus manos seguían firmes en la cintura de Agos.

- Ejem primero que nada NO VUELVAS A HACER ESO QUE CASI ME QUEMO!!- Su amigo sonreía brillantemente mientras hablaba "que hijo de puta, ¿cómo es tan lindo?"  pensaba Agostina mientras admiraba como a Julián se le arrugaban los ojos y se le hacían unos mini oyuelos. - Segundo ahora sí, buen día.

-Perdón...- hizo pucherito. - ... para compensar mi error te voy a terminar de preparar esas tostadas.- con su dedo indicó el par de tostadas que habían saltado hace unos segundos de la tostadora. - Seguro las querés con queso crema. Vos sentate con tu café y yo ahora te las llevo.

- ¡Ay pero que chico amable!- dijo Agos mientras se ponía de puntitas de pie para depositar un beso en la mejilla de Julián, que se sonrojo ligeramente. - Estoy allá con Lautaro.- Señaló la mesa del fondo al lado de la ventana. 

- Ah. Bueno. - Julián tensó la mandíbula y su expresión feliz cayó por completo. 

Agostina se acercó con saltitos a su mesa con el café en mano. - Volví jeje. 

𝗠𝗔𝗥𝗢𝗢𝗡 ⎯  julián álvarez & enzo fernández.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora