XXVIII.

4.6K 334 570
                                    

4 de noviembre, 2022. Calchín, Cdba. Argentina.

Las mañanas en Calchín eran agobiantes. Agostina se había levantado empapada, pero no de la buena manera. Su cuerpo repleto de sudor pegajoso no la dejaba dormir con tranquilidad, extrañaba dormir en su fresca habitación con aire acondicionado en la AFA.

Tras este receso, ella comenzó a padecer las distancias entre los dos mundos. Pasar de vivir en un predio a estar en un monoambiente, pasar de tener las tres comidas listas a horario todos los días a tener que pensar qué mierda comería por el día, pasar de estar acompañada por jugadores de élite a estar sola en Calchín, pasar de vivir con su mejor amigo a conformarse con mensajes de texto.

Pasar de escuchar un morocha todos los días a tener que leerlo por Whatsapp.

Las horas habían pasado lentamente desde la mañana. Se avecinó la hora de almorzar; era un viernes trivial con el pequeño detalle de que el Manchester City se enfrentaría al Hereford, y Agostina ansiaba verlo en la televisión de su living desde que Julián le contó que, en esta ocasión, sería titular.

Con una ensalada colorida en su mesa y un ventilador en máxima potencia dándole en la cara, Agos prendió la televisión.

Durante el primer tiempo hubieron miles de situaciones, muchas de ellas generadas por Julián, otras donde él mismo quedaba en un mano a mano con el arquero del Hereford. Álvarez se estaba comiendo la cancha, pero cargaba con la frustración de no poder anotar un gol.

Pasaron los 45 minutos, acabando en un 0-0 bastante tenso. Todos confiaban en la definición de Julián, todos. Ya le llegaría su momento.

En los 15 minutos de entretiempo, Agostina comenzó a cambiar de canal hasta encontrar algo con que matar el tenso espacio hasta el tiempo siguiente.

Un canal.

Otro canal.

Más canales.

Uno más...

Wow.

Encontró oro. Se quedó embobada al notar que se trataba de un clásico futbolístico: Porto vs. Benfica.

Buscó a Enzo entre los 11 jugadores de su equipo, no lograba encontrarlo.

Un tal Draxler contenía la pelota entre sus pies, evadiendo la marca del rival. Parecía una jugada perdida cuando un arsenal de opositores se le vino encima a intentar hacer que pierda la pelota, pero Draxler la picó desde el mediocampo hacia el centro del área, que estaba totalmente desprotegida.

El jugador que recibió la bola la tocó con el pecho y la bajó con una extrema precisión. Estaba habilitado y solo frente al arquero, era momento de cambiar el 0-0 del partido. Pateó al arco, evadiendo los brazos violentos del arquero intentando evitar que la pelota cruce el límite.

La pelota entró con fuerza. Un gol extraordinario. Agostina gritó al notar que fue Enzo quien cambiado el resultado del partido.

Su emoción se prolongó incluso hasta cuando regresó al partido del Manchester, que recién comenzaba su segundo tiempo.

Luego de veinte ardientes minutos del City comiéndose la cancha, Julián se gambeteó toda la cancha, evadiendo todas las marcas. Salió desde el área de su equipo hacia el área contraria, parecía que tenía la pelota atada a sus pies con un hilo de oro. Intentaron cortar su racha de pique, pero no pudieron.

Solo bastaron de unos segundos más para que Julián Álvarez anote el primer gol del partido.

Salió corriendo hasta acercarse a la cámara más cercana e hizo ese gesto arácnido. Se lo dedicó a Agostina, y ella lo sabía.

𝗠𝗔𝗥𝗢𝗢𝗡 ⎯  julián álvarez & enzo fernández.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora