XXXVI!

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26 de noviembre, 2022. Doha, Qatar.

Agostina amaneció brutalmente sacudida por el inquieto y nervioso cuerpo de Enzo. Al mirarlo a la cara, notó que el sudor caía por su rostro. Preocupada, acarició su cara con delicadeza, y sintió como las reacciones tan nerviosas iban disminuyendo bajo su propio tacto. Evidentemente, ese era el poder de Agostina en la vida de Enzo.

Ella mantuvo el contacto de su mano con el rostro de él a la vez que enderezaba su cuerpo y con su otro brazo cubría sus ojos del sol ardiente que entraba por la ventana. Sintió de pronto a Enzo removerse bajo su mano.

-Hola.-dijo él. Su voz áspera se mezclaba con el refriegue que se estaba dando en los ojos.

-¿Cómo dormiste? -preguntó ella, acariciándole el pelo, pero percatándose de que el trato que habían hecho podía pender de un hilo si seguía haciéndolo. Se separó sutilmente.

-Como un bebé.-contestó Enzo. -Menos mal que dejaste de hacerme mimos en el pelo, porque sino ibas a terminar perdiendo nuestro juego...-dijo tranquilamente sentándose en la cama y mirándola a los ojos. -Y a los perdedores se los castiga.

Ella sonrió pero tembló por dentro.

-Es muy temprano, Enzo. No podes tener la libido en nivel mil... -él la desafió con la mirada. La respuesta "¿Crees que no puedo?" se escondía tras sus labios. Amagó a levantarse de la cama, falsamente ofendido.

Ella lo tomó del brazo para frenar su ida, y él cedió fácilmente, volviendo a tirarse en la cama con la cara hundida en el colchón. Ella rio al verlo desplomarse de esa forma.

-¿Cómo estás? -preguntó Agostina. Ambos sabían a qué se referían.

-No puedo más.-respondió Enzo. -Pienso en el partido y me dan ganas de vomitar, se me revuelve todo el estómago. En serio, nunca pensé que podía sufrir así los nervios.

Ella apoyó una mano cerca de su cabeza sin llegar a tocarla, pero él sintió el calor de Agostina de todas formas.

Ambos se incorporaron en la cama y terminaron sentados en la misma pose: la cabeza sobre sus rodillas juntas y sus brazos abrazando sus propias piernas.

-Me copiás...-dijo Agos.

-¿Qué te voy a copiar a vos, morocha loca?-respondió él, frunciendo el ceño a la vez que sonreía. Ella también sonrió y se miraron a los ojos por un rato.

-No sé qué voy a hacer hoy, se me va a hacer muy largo el día hasta que llegue el partido. Encima voy a estar con ganas de cagar todo el día por los nervios.-Le comentó Agos. -¿Quién carajo me mandó a venir a cubrir un mundial? -dijo bajando la cabeza enterrándola entre sus rodillas.

-Daaaa, te quejás de llena, Agos. Podés ir a tu oficina y trabajar un ratito, o....tambiéeeen- dijo Enzo alzando las cejas -...podés hacerte la boluda y mirarte una serie en alguna de las súper computadoras de lujo que hay en tu sala.

Agostina río fuertemente. -Che, no es mala. Lo voy a pensar. ¿Vos tenés que entrenar? -preguntó.

-Sí, pero más tarde. Vamos a concentrar un rato antes del partido viste, para activarnos un poco. Pero lo más probable es que a la tarde me duerma una re siesta así estoy al 100%.

-¿Es legal dormir siesta antes de un partido del MUNDIAL?-preguntó ella, haciendo énfasis en la última palabra.

-No, pero la idea es que Scaloni no se entere...

-Ah, bueno, estoy con un bandido. -Rio ella. Enzo suavizó su mirada tras esas palabras.

-Naaa, estás con el próximo mejor jugador joven del mundial.-Le respondió él con total certeza y arrogancia.

𝗠𝗔𝗥𝗢𝗢𝗡 ⎯  julián álvarez & enzo fernández.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora