15 de octubre, 2022. San Martín, Bsas. Argentina.
Para Enzo, no había nada mejor que casa.
Oír a su papá tocando las más bellas melodías en la guitarra. Los abrazos sanadores y reconfortantes de su mamá; sus exquisitas comidas caseras y sus charlas terapéuticas. Su abuela Norma esperándolo con los brazos extendidos, diciéndole que estaba orgullosa de hasta donde llegó. Su hermanita, ya no tan pequeña, molestándolo y viceversa. Sus perros recibiéndolo, ladrando tan fuerte que todo el barrio se enteraba de que había llegado.
Estuviera donde estuviera, con quien sea, nadie ni nada le iba a otorgar la felicidad que su familia le daba, ellos eran todo para él. Habían sido y siguen siendo el pilar de su vida. Todo lo que tenía se los debía a ellos; sí, bueno, obvio que llegó a donde está por su talento y esfuerzo, pero sin su familia nada de nada hubiera sido posible, no hubiera tenido ni una sola chance.
Este era su segundo día en casa. Ayer, su mamá y hermana lo habían recibido de la manera más cálida y emocional posible, se escabulleron algunas lágrimas de por medio. Su viejo estaba trabajando a la hora que había llegado, pero cuando regresó no dudó en arrojarse a los brazos de su tan amado hijo. Por la tarde de ese mismo día fue a visitar a su abuelita, tomaron mate y comieron galletitas caseras que ella le había preparado especialmente para él.
Su segunda mañana comenzó tarde, se levantó más o menos a las nueve y media de la mañana; debía admitir que disfrutó el hecho de perder la noción del tiempo, disfrutó estar en casa y despertarse a la hora que quería, sin ataduras ni obligaciones. Se refregó los ojos con una mano, mientras que con la otra agarraba su celular. Frunció el ceño al ver una notificación de Agostina en su bandeja de entrada de instagram.
@agosticeniquel:
-Enzo
-perdón que te moleste
-pero te juro que no puedo dejar de pensar en las cámaras
-me parece que nos mandamos una cagada@enzofernandez:
- Morocha
- tranquila no pasa nada, ya te dije que no
me molestas...
- y ntp por las cámaras, cuando me levanté
la apagué, tranquila.
- igualmente, después de que te fuiste revisé
de que no haya quedado nada grabado 😛.
- me debés una 😉Le sonrió un rato a la pantalla y después dejó su celular. Se puso a mirar a su alrededor. Le resultaba tan nostálgica su vieja habitación; los posters de River, los trofeos, las medallas, sus primeras medallas, sus primeros botines y sus primeras pelotas. Se concentró en un poster de Aimar colgado, retuvo las lágrimas de emoción en sus retinas, no podía creer lo lejos que había llegado. Estaba jugando ahora con la albiceleste, poniendo la cara por el país ante el mundo, estaba siendo dirigido por uno de sus ídolos y jugando a la par de otro. Todo parecía un sueño, uno del cual esperaba no levantarse nunca, nunca, nunca.
Luego de un rato de revolcarse y holgazanear en la cama (lujo que en la AFA no se podía permitir) bajó para desayunar. Saludó con un beso en el cachete a su mamá y le sacó la lengua a su hermana, esta se quejó y le sacó el dedo del medio, aaa la típica. Se sentó a la mesa redonda de la cocina y su mamá le ofreció mate cocido con las galletitas de Norma que habían sobrado de la tarde anterior. Él aceptó sin ninguna duda, cualquier cosa proveniente de su mamá iba a ser espectacular.
⎯ Y bueno Enzito ¿Qué tenés planeado para esta tarde?- Su mamá preguntó mientras lavaba unas sartenes.
⎯ Y capaz vaya con los pibes a la plaza, me dijeron que me querían ver.- Respondió. Sus amigos no lo veían hace verdaderamente mucho, no tenían las posibilidades económicas de visitarlo.
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𝗠𝗔𝗥𝗢𝗢𝗡 ⎯ julián álvarez & enzo fernández.
Fanfiction⎯ Cuando 𝗝𝘂𝗹𝗶𝗮́𝗻 Álvarez, amigo eterno de la infancia, interrumpe la vida monótona de 𝗔𝗴𝗼𝘀𝘁𝗶𝗻𝗮 𝗣𝗮𝘇 𝗖𝗲𝗻𝗶𝗾𝘂𝗲𝗹, todo cambia por completo. De pronto, se ve envuelta en un ambiente al que no estaba acostumbrada, ejerciendo fotog...