1 A.M
La discreción tenía su precio.
El yate se había alejado un poco del puerto, preventivamente. A lo lejos podía observarse la ciudad destellar, pero en ese momento solo importaban las luces que colgaban de la proa.
La música se arriesgaba impaciente a salir por los parlantes, haciendo vibrar un poco las aguas.
Agostina ya tenía dos tragos encima. Dos tragos no tan inocentes, sino bastante intensos. Al parecer, los bartender de Qatar dejaban volar bastante las medidas... Pero ella estaba contenta. Luego de consumir lo que sea que haya consumido -no había entendido nada de los nombres cuando pidió las bebidas-, los colores a su alrededor comenzaban a parecer más vibrantes; la música parecía sintonizarse con su respiración un poco acelerada. Debía aceptar que estar sobre las aguas la revolucionaba un poco. Es decir... no es como si estuviera acostumbrada a estar montada en yates de lujo en medio oriente.
Ella observaba como Emiliano y Otamendi barrían la pista oscura del barco. Iluminados por luces que, sinceramente, lo menos que hacían era iluminar, los demás rodeaban a ambos jugadores aplaudiendo.
⎯A ver ese movimientoooo.⎯ Cristian estaba un poco... entonado. ⎯Dale Otaaaa, mové esa burra.
Pff. Las risas se escapaban solas de los labios de la fotógrafa, escondida detrás de un parlante en una esquina. De su cuello colgaba una cámara preciada, una compra reciente. En uno de sus paseos improvisados con Oriana, se escabulló en una tienda de cámaras y se vio cautiva por una especial. Fujifilm, nunca decepciona.
Entonces, su nueva cámara, un logro de ella, colgaba de su cuello un poco estresado. Había rechazado invitaciones para ir al spa con Oriana por masajes, y quizá se arrepentía un poco. La realidad era que sus vértebras lloraban, pero ella no dejaba que su dolor opacara su alegría.
Oriana, spa, salida.
Oriana. Paulo. Bailaban efusivamente, como si el tiempo estuviera detenido entre sus cuerpos.
Desde su esquina, con un Manhattan casi terminado en su mano izquierda y su cámara lista en la derecha, apuntó a ellos.
La primera foto que tomaba con esa cámara, la primera vez apuntando su lente, la primera vez haciendo zoom delicadamente para no desenfocar la imagen. Apretó disparar y no se percató del flash activado, pero eso no importó en cuanto miró a través de la mínima pantalla donde figuraba la foto y notó un beso amoroso capturado perfectamente.
agosticeniquel vía Instagram.
agosticeniquel 'mi primera experiencia con la nueva cámara es una bella postal de amor. @orianasabatini @dybalapaulo.'
2 A.M
La noche viró sin presiones, pero en el corazón de Agostina dolía la ausencia de Enzo.
Quizá dolía por el hecho de que su cuerpo se tornaba en un nudo constante sin razón alguna. Se sentía tensa, ni con un trago podía aflojar sus vértebras, y eso que ya llevaba un par más encima.
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𝗠𝗔𝗥𝗢𝗢𝗡 ⎯ julián álvarez & enzo fernández.
Fiksi Penggemar⎯ Cuando 𝗝𝘂𝗹𝗶𝗮́𝗻 Álvarez, amigo eterno de la infancia, interrumpe la vida monótona de 𝗔𝗴𝗼𝘀𝘁𝗶𝗻𝗮 𝗣𝗮𝘇 𝗖𝗲𝗻𝗶𝗾𝘂𝗲𝗹, todo cambia por completo. De pronto, se ve envuelta en un ambiente al que no estaba acostumbrada, ejerciendo fotog...