XVI.

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9 de octubre, 2022. Buenos Aires, Argentina.

Campamento: día 2.

Los primeros rayos del alba golpearon a Agostina en la cara, al igual que la brisa fresca de la mañana, gruñó, no quería despertarse, se sentía cómoda... y calentita... y Julián...

¿JULIÁN?

Rápidamente refregó sus ojos y descubrió que se hallaba atrapada por los brazos de su amigo. Él la estaba abrazando de la cintura fuertemente y su cabeza estaba reposando en el hombro de ella. Agos palideció al darse cuenta de su situación, no solo había dormido con Julián más de lo que tenía planeado, sino que por idiotas habían dejado el cierre de la carpa abierta. Lo único que le quedaba era cruzar los dedos y rogarle a las hadas del bosque que nadie los haya visto. Las posibilidades eran minúsculas, probablemente en el campamento ya se cuchicheaba acerca de ella y el número nueve. Ay por Dios. ENCIMA probablemente ya corrían los rumores acerca de ella y Enzo entre los DTs, debido a que Aimar los había visto en un momento -comprometedor-. Esto estaba yendo muy mal.

Agostina, como no veía mucho movimiento afuera de las carpas todavía debido al horario, decidió intentar zafarse del agarre de Julián, digo intentar porque no tuvo éxito. Al sentir que la morocha se movía, él la atrajo más cerca de su cuerpo, reafirmando su agarre en su cintura. Ella no pudo evitar suspirar por el tacto, su cintura era una de sus partes más sensibles. Igualmente, enseguida chasqueó los dedos volviendo al mundo real, debía salir de esa situación de aprietos en la que estaba antes de que fuera peor.

⎯ Juli...- susurró haciendo que el se remueva un poco, aún así no fue suficiente para despertarlo, Julián era una persona de sueño pesado. - Juli.- exclamó más fuerte Agos, fuerte para que él la oyera y no las carpas vecinas.

⎯ ¿Mhm?

⎯ Me quedé dormida más tiempo del planeado, tengo que ir a mi carpa antes de que todos se despierten o nos van a llamar la atención.

Julián se se sentó y pasó una mano por su despeinado cabello, aún con la almohada pegada. Se giró y se encontró con la mirada de Agostina preocupada, él se limitó a sonreírle bobamente. - Buenos días Tula.- Agregó.

⎯ Buen día Juli.- La sonrisa de su amigo logró hacer que sus decibeles de ansiedad bajaran unos cuantos cambios. Decidió acercarse a él y plantar un beso casto en sus labios, no pudo resistirse. Fue tan natural, como si lo hubieran hecho mil veces y toda la vida. Con ese simple gesto la sonrisa embobada de Julián se iluminó llenándose de amor, la abrazó y plantó un beso en su mejilla.

⎯ Te quiero mucho.- Ella rio debido a las maripositas que se le formaron en el estómago.

⎯ Bueno, te dejo que te vayas florcita. Cuídate y gracias por dormir conmigo.

⎯ Estoy acá al lado nada más Juli y de nada, cuando quieras.

⎯ Nunca está de más decirlo.- Le guiñó un ojo.

Él morocho por fin la soltó de su agarre y la dejó que saliera de la carpa. Ya en el cierre del lado exterior, Agos se giró para tirarle un besito al aire, Julián simuló agarrarlo, cosa que hizo a ella casi estallar en risa, lo hubiera hecho de no ser que la mayoría estaba durmiendo y prefería preservar el silencio. No quería ni imaginarse lo que debían ser como treinta monos chinchudos y malhumorados porque los despertaron antes de horario. Así que emprendió camino a su carpa lenta y sigilosamente, cuidando cada uno de sus pasos. Cuando completó la misión de llegar a su destino sin emitir sonidos, se acostó envolviéndose con la bolsa de dormir para deleitarse de esa horita y media de sueño que le quedaba. Aunque no durmió del todo cómoda... empezó a plantearse como el pecho de Julián era mil veces más acolchonado que su humilde bolsa. Surgió en su mente la idea de "¿Qué tan cómodo sería dormir en el pecho de Enzo?" rápidamente sacudió su cabeza para evitar escenarios intrusivos.

𝗠𝗔𝗥𝗢𝗢𝗡 ⎯  julián álvarez & enzo fernández.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora