Sunghoon sabía que pasaría, era cuestión de probabilidad y aunque no fuera experto en esa materia podía presentir que el momento no estaba tan lejos. Así que no se sorprendió tanto como pensó cuando se topó a Ni-ki en las puertas de la estancia a punto de irse mientras él apenas llegaba.
El japonés dio un brinco al verlo, se aferró a sus cosas y su expresión pasó de sorprendida al pánico. Una sensación desagradable dio vuelco al estómago del mayor, pero al ver a su gatito atropellar las palabras, con sus ojos alarmados y las manos inquietas solo pudo rendirse.
Sonrió con ternura y tristeza, admitiendo su derrota.
–¿Tienes prisa, gatito?– dijo con voz calmada, Ni-ki se mordió el labio y bajó un poco el rostro, tratando de ocultar sus ojos tras los mechones rebeldes de su cabello.
–Yo solo... iré rápido a— fue el turno de Sunghoon para agachar su cabeza y negar con suavidad. Estaba cansado de las excusas.
–¿Tienes tiempo antes de que Heeseung llegue? Quiero hablar contigo– las mejillas de Riki se tiñeron de rosa. Sunghoon sonrió con ternura, pero su pecho se contrajo de dolor.
No iba a huir otra vez.
–¿Por qué no me dijiste?– preguntó Sunghoon abriendo una botella de jugo para dársela a Ni-ki que la miró por un largo rato antes de dar un sorbo. Estaban sentados en las bancas traseras del edificio, Sunghoon sobre la mesa y Ni-ki en el asiento.
–No sé– comentó simple, Sunghoon asintió mirando al cielo despejado.
–¿Pensaste que me enojaría contigo por no pedirme ayuda?– silencio, por primera vez no quiso mirar la expresión de Ni-ki.
–Heeseung fue mi tutor desde la preparatoria– sintió al menor moverse, así que miró por el rabillo del ojo: Ni-ki parecía sorprendido e interesado. Sunghoon sonrió temiendo que ese interés no fuera por él.
–Es bueno enseñando... quizá debió elegir ser maestro– rio a la nada, pero Ni-ki permanecía callado.
Sunghoon esperó algo: un comentario inocente, una broma, una confesión vergonzosa, lo que fuera que justificara el hecho de que Ni-ki viera a Heeseung a sus espaldas; pero Ni-ki no decía nada.
Sunghoon no sabía qué hacer.
–Heeseung tiende a hacer muchas notas, la mayoría siempre serán cortas, esas memorizalas si puedes, las largas repasalas de vez en cuando; si no entiendes algo pregúntale, nunca le mandes audios, siempre mensajes, es perezoso y no los escuchará. Te hará evaluaciones cada tres semanas, él guarda todo eso así que si las necesitas puedes pedírselas. Si ves que se empieza a frustrar dile que terminarás en casa, no es muy tolerante y terminarás peleando con él...– soltó Sunghoon sintiendo su pecho lleno, no revisó si Ni-ki prestaba atención. Si Ni-ki no quería hablar, no lo obligaría y si no quería su ayuda, buscaría otra forma de apoyarlo.
–No pelees con él, se mantendrá firme, pero cuando esté solo no dejará de pensar en las cosas que dijiste o las que te dijo, no dormirá y cuando te vuelva a ver al día siguiente no podrá verte a los ojos hasta que te rías de alguna tontería que haga; puedes confiar en él, Riki, si es él está bien– sonrió, sus ojos cosquilleaban y se sintió ligero. Soltó una risa y tomó sus cosas para levantarse.
–Vamos, él sale a esta hora– dijo acomodándose la mochila al hombro.
–Sunghoon hyung– llamó Ni-ki, Sunghoon no estaba seguro de voltear.
–Mmh– musitó sin girarse, Ni-ki no dijo nada, solo caminó pasando por su lado.
Sunghoon no entendió porqué desde aquel ángulo Ni-ki parecía molesto.
♡
Me dueles, Sunghoon. Él no necesita un empujón, ocupa que lo llevemos hasta allá.
Estos capítulos serán... ¿tensos? Sunghoon pasa por muchas emociones y no sabe reaccionar.
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Kitten [Sungki/Hoonki]
FanfictionDonde Sunghoon cuida a un "gatito" que espera pacientemente a Sunoo todos los días.