Ni-ki titubeó, no supo qué pasó por su mente, hacía mucho que Sunghoon había dejado de poder leer sus expresiones.
Su gatito tenía nuevas facetas, nuevos gestos, gestos que Sunghoon no conocía, gestos que Heeseung sí podía leer.
–¿No escuchas o qué, Sunghoon?– llamó de nuevo. De nuevo la tensión, el peso en los hombros que lo encogía, Sunghoon sintió un tirón en el rostro, un tic incómodo de frustración contenida. Exhaló poco a poco, concentrándose en la mecánica de su cuerpo, la forma más rápida de contenerse.
–Ni-ki, levántate; él no tiene que lidiar con tu mierda, Park– Heeseung pocas veces lo llamaba así, era impersonal, incómodo, hacía a Sunghoon sentirse menos él y más "otro", más lejano. La frase le cayó directo en la espalda, arrugó sus notas con fuerza y las tomó todas de pronto, Ni-ki pareció sorprenderse por su acción porque se alejó lento, volviendo a colocar ese maldito espacio entre ellos.
–Está bien, hyung, puedo ayudar– Un cosquilleo subió por la espina de Sunghoon.
"Su voz", siempre tuvo una debilidad con la voz baja y tímida de Riki, ese tono inocente y precavido que ponía cuando no sabía qué decir.
Debió haber mostrado alguna señal, porque Ni-ki lo miró fijamente y no contuvo una pequeña sonrisa que termino mordiendo. Sunghoon tragó la saliva que se acumuló en su boca.
–No vienes a distraerte, vienes a trabajar también, así que ocúpate de tus cosas– oh, eso no debió haber pasado. Sunghoon se sintió confundido, confundido por el vértigo que azotó su cuerpo, que lo desequilibró e hizo colocar una expresión de genuina incredulidad.
"¿Cómo estaba hablándole a Ni-ki?", sintió una extraña regresión, se sintió un chico de primer año equivocándose por inmadurez, sintió la angustia que le provocaba la fría mirada de su tutor, una mirada que nunca había sido para él, pero que ahora buscaba imponerse.
"No puedes hablarle así, no puedes hacerlo sentir así", Sunghoon apenas giró el rostro para ver a su gatito.
La mirada herida de Ni-ki golpeó el corazón de Sunghoon.
¿De eso había querido protegerlo todo ese tiempo? ¿De esa sensación? ¿De esa persona? ¿A quién estaba protegiendo en realidad?
Sin importar las respuestas, Sunghoon avanzó.
–Cuida como le hablas– su voz no salió como normalmente, fue áspera, profunda, más lenta de lo normal. El ambiente se volvió pesado cuando terminó su frase y no pudo quitar sus ojos de Heeseung que había detenido todo movimiento.
–¿Disculpa?– murmuró Heeseung. La temperatura del cuerpo de Sunghoon cambio, de repente todo era demasiado caliente, de repente se sentía al borde del peligro, pero no pudo retroceder.
–Que cuides tu maldita boca, él no tiene que lidiar con tu mierda– la satisfacción de la frase hizo a Sunghoon sonreír, cosa que no pasó desapercibida por el mayor de los tres que apretó los labios y miró a Sunghoon girando una pluma entre sus dedos.
–El que debería cuidar su puta boca es alguien más, ¿no crees?– Heeseung se levantó de la silla y dió un paso hacia Sunghoon que por inercia se colocó frente a Ni-ki para impedirle el paso al otro. Heeseung rio por la acción.
–Él ya decidió lidiar conmigo, Sunghoon; así que le hablaré como quiera y no va a ser tu problema, ¿no te había quedado claro?–
Crack.
Algo se rompió, Sunghoon no estaba seguro que fue.
"Duele"
Sabía que algo dolía, podía sentirlo, pero no lograba identificar qué.
"Mi pecho"
Sintió su corazón expandirse y contraerse.
"¿Qué pasa?"
Su cabeza daba vueltas.
Quería huir de esa sensación, quería arrancar su corazón para que dejara de latir así: fuerte, doloroso. Quería respirar.
"No puedo..."
Respiró. Un jadeo fuerte que lo mareo y confundió, apretó su mano que se aferraba a algo, pestañeo y giró su rostro para ver su puño alzado en alto, presionado con fuerza, temblando porque alguien más le impedía moverse. Pestañeo una vez más.
–Ni-ki...– murmuró entrecortado viendo la expresión aterrada del menor que se aferraba a aquel brazo en alto, lo detenía con todas sus fuerzas. Entonces Sunghoon miró al lado contrario.
Siguió el camino de su brazo hasta su muñeca, su puño estaba cubierto por tela: la camisa de Heeseung. Otro jadeo.
"Yo..."
Sintió las ganas de vomitar trepar por su estómago, la mirada incrédula y alerta de Heeseung estaba fija en él, casi gruñendole, apretando su mano para tratar de liberarse.
"¿Qué estoy haciendo?"
Había tomado a Heeseung por el cuello y estrellado contra la pared, Ni-ki estaba deteniendolo de lo que sea que había intentado hacer.
"Quería callarlo, solo quería que se callara"
.
Yo y Sunghoon no sabemos lo que estamos haciendo, estamos en modo supervivencia.
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Kitten [Sungki/Hoonki]
أدب الهواةDonde Sunghoon cuida a un "gatito" que espera pacientemente a Sunoo todos los días.