LXXXIX

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El arrepentimiento era una emoción complicada en Heeseung, intentaba evitarla a toda costa lo que generaba una gran carga por no equivocarse.

"Tiene que salir bien", se decía a sí mismo para tratar de relajar la ansiedad; incluso si las cosas terminaban siendo catastróficas Heeseung se aferraria a sus malas decisiones. Porque admitir un error era demasiado.

Fuera de la sala de estudio Heeseung comenzó a sentir la ola de remordimiento:

"No debí hablarle así"

"No debí provocar a Sunghoon"

"No debí acercarme a Ni-ki"

"No debí involucrarme"

"No debí ser el tutor de Sunghoon"

"No debí ser tutor"

"No debí tratar de ayudar"

"No..."

–¿Heeseung hyung?– se sobresaltó, jadeó y miró a todos lados buscando la voz que le llamaba y se encontró con un par de ojos enormes y brillantes que parecían atravesar sus pensamientos.

–Taehyun– murmuró en respuesta, las palmas de sus manos comenzaron a sentirse calientes y su corazón a palpitar demasiado fuerte. Esperó que Taehyun tuviera piedad de él y aparentara no darse cuenta, pero el chico lo observó detenidamente, tan fijo que Heeseung dejó de respirar en algún punto.

–¿Pasó algo?– murmuró Taehyun dándole un vistazo a la puerta e inclinando su cuerpo hacia adelante, Heeseung instintivamente sujetó la perilla para impedirle el paso. Tartamudeo cuando los bonitos ojos del chico centellaron en su dirección.

–Su-Sunghoon, é-él es-esta...– se aclaró la garganta en voz alta ganándose otra mirada inquisitiva del chico, Heeseung sintió su rostro arder de la vergüenza. Suspiró y apretó la perilla con fuerza.

–Podrías... ¿Podrías no entrar ahí?– pidió con voz más baja y apagada, Taehyun pestañeo por fin varias veces en su dirección y luego a la puerta, llevó sus manos a su espalda y asintió provocando que su cabello se sacudiera de forma adorable, acción que hizo doler el agitado corazón de Heeseung.

–Bien, entonces deberíamos irnos, hyung– contestó simple mirando al mayor desde abajo, Heeseung asintió con la mente en blanco. Pero no era del tipo que se quedaba con dudas.

–Tyun– llamó, a lo que el chico inclinó su rostro con duda y volvió a batir sus pestañas hacia Heeseung.

–¿Heeseunggie hyung?– la pregunta que tenía en su mente se desvaneció al escuchar la voz melodiosa y tímida, era la primera vez que Taehyun le hablaba de esa manera; Heeseung recordó el rostro lloroso y agobiado de Ni-ki y soltó un suspiro entrecortado.

–Tyun, si fueras... Si fueras Ni-ki, ¿podrías perdonarme?– la mirada del chico vaciló un poco, luego se relajó y apretó sus labios en una fina línea.

–¿Quieres que él sea el que te disculpe?– Heeseung pestañeo sintiendo una sacudida en su cuerpo, miró la perilla, la puerta cerrada dónde ya no era bien recibido.

–Si fuera Sunghoon, no me perdonaría– murmuró, Taehyun dió un paso hacia él y tomó la mano aferrada a la puerta, Heeseung no pudo mirarlo.

–Es un alivio que no seas Sunghoon, ¿No crees?– Heeseung pestañeo intentando contener las lágrimas y sacudió su cabeza de un lado a otro.

No podía perdonarse a él mismo. Y por eso, no sería justo que Sunghoon lo perdonara.

°

Heeseung en esta historia es un personaje testarudo aunque no lo parezca, sus acciones están guiadas por su propia seguridad en las cosas: cuando se siente seguro avanza libremente y se atreve a empujar un poco a los demas, pero cuando se siente inseguro es impulsivo y agresivo.

¿Perdonarían a Heeseung? Entre Sunghoon y Ni-ki la respuesta es clara.

Kitten [Sungki/Hoonki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora