LXXV

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Sunghoon nunca supo enfrentar los problemas, siempre los evitó o de alguna forma se resolvían solos, por lo que era normal que no supiera cómo resolver uno.

Era normal no saber desde dónde debes arreglar un error.

Pero si era honesto, quizá no era cosa suya, tal vez nadie sabía desde qué punto debes arreglarlo; quizá los demás se torturaban pensando la misma pregunta una y otra vez:

¿Cómo doy el primer paso?

La diferencia es que Sunghoon se quedaba quieto, sin caminar o correr o saltar o nada; los demás se lanzaban en caída libre y picada, Sunghoon veía el vacío con miedo a estrellarse contra un suelo que ni siquiera era capaz de ver. Pero, ¿y si no había suelo ahí abajo?

Estaba divagando.

"Concéntrate, maldición", se reclamó a sí mismo mientras rayaba la hoja de papel donde había impreso su ensayo o el intento de uno. No había avanzado con su proyecto de tesis y tendría asesorías con su tutor, así que debía mostrarle algo que valiera la pena su tiempo; porque el tiempo de Heeseung era preciado.

Porque Heeseung tenía cosas más importantes que hacer, como cuidar del chico que le había quitado a Sunghoon.

"No, basta” volvió a reprimirse, esta vez mordiéndose el labio y apretando los puños hasta que comenzaron a doler; no iba a culpar a Heeseung, ni a Ni-ki, ni a nadie, porque ellos no habían hecho nada y él tampoco, ese era el maldito problema siempre: no hacia nada.

Gruñó y soltó un grito corto de exasperación, pateó la mesa y se fue hacia atrás en la silla. Miró el techo con el ceño fruncido.

Volvió al principio de sus pensamientos: ¿Cómo se da el primer paso? ¿Esa era la pregunta correcta? No, no lo era, sabía que debía hablar con alguien para empezar a arreglar, sabía que debía pedir disculpas por ser un imbécil o expresar como no tenía idea de manejar sus sentimientos y esas cosas que le agobiaban tanto, su dilema era: ¿a quién debía confesarle todo eso?

Cerró sus ojos, respiró lento y repasó en su mente en qué punto comenzó a sentirse abrumado. Encontró en sus recuerdos tres puntos de quiebre: el principio, el desarrollo y el climax; todos con diferentes personas, solo debía elegir a quién acercarse primero.

El climax era lo más cercano, la opción que calmaría su ansiedad y llevaría al desenlace de forma rápida, pero aún no podía verlo, ni siquiera sabía si al tenerlo enfrente podría hablar; porque el climax era el momento más tenso, el conflicto principal y Sunghoon aún estaba asustado de arruinarlo todo.

Podría ir hacia el desarrollo del problema, pero se negaba a iniciar ahí, porque el desarrollo podría hacerlo perder los estribos de nuevo, porque Sunghoon aún se sentía opacado por él.

Y se encontró en la respuesta más obvia e incómoda: todos volvemos al principio. Sunghoon chasqueo la lengua y pasó su mano por su cabello, suspiró pensando en el rostro serio de quién comenzó a implantarle dudas.

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Qué pena regresar y no saber qué decirles porque sí leí sus comentarios de que querían actualización

Kitten [Sungki/Hoonki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora