No le digas a nadie.

181 22 1
                                    

[Hilal]
Me dirijo a la escuela para poder encontrarme con Raimundo, no entiendo cuál es la necesidad de hacerme venir hasta acá. Lo peor es que tengo que esconderme para que nadie me pueda ver a su lado.

Mañana tendré que ver a Helio para ayudarle con lo que habíamos acordado, también intenté de que todo fuera a distancia, así poder estar en mi casa, pero me dijo que necesita a alguien cerca que le pueda enseñar de la mejor manera y así aclarar más fácil las dudas que pueda tener.

Helio y Raimundo no son más que la misma persona, diferentes especies, pero al fin y al cabo lo mismo.

Me quedo detrás de unos árboles rápidamente al ver que los compañeros del león empiezan a salir, como esperaba él sale después de todos.

Puedo escucharlo:
— Ahora en dónde se ha metido ese pequeño...

Lo interrumpo saliendo de donde estaba:
— Ni se te ocurra terminar esa frase.

Al principio se asusta, pero después se pone firme:
— ¿O qué? Suenas demasiado seguro aún sabiendo de lo que soy capaz. En fin, mientras más pronto mejor, vamos ahora que estaré solo en casa.

[Raimundo]
No sabía que podía tener una actitud desafiante, nada mal para un chico como él. No esperaba que fuera a reaccionar de esa manera, tal vez solo estaba jugando.

Empezamos a caminar, trato de ir por los lugares menos transitados para que nadie pueda vernos, no sé cómo pienso hacer todo esto aún cuando siento pena si me llegaran a ver a su lado.

Tal vez las cosas serían diferentes si Hilal fuera diferente, si no fuera el desadaptado que es ahora podría ser un poco más fácil todo esto.

Después de un rato de caminar al fin hemos llegado a casa, miro al husky quien se mira cansado:
— ¿En serio? No puedo creer que solo una caminata te haya puesto así, eres patético.

Cierra sus ojos con un gesto de molestia:
— Tal vez a ti te parezca fácil porque estas acostumbrado al deporte, pero yo no, además, hace mucho calor.

Cada vez se vuelve más patético:
— Iré por agua, mientras tanto quiero que vayas preparando acerca de los temas de investigación, sabes a que me refiero.

Tenemos una clase que se dedica a eso, realizar investigaciones de temas la cual parece realizaremos una propia, pero en verdad me es difícil entender eso. También las matemáticas, pero ya que estará viniendo o yo yendo o tal vez no haga falta, de cualquier manera me podrá ayudar con lo que necesite.

Voy por agua para los dos, mientras tanto veo que saca algunos de sus libros, repasando algunas cosas me imagino. Al acercarme veo que tiene cosas resaltadas en el:
— Aquí está tu agua, ¿para qué haces eso? Tal vez deberías de resaltar todo ya que tanto te gusta estar estudiando.

Solo se mantiene viendo el libro:
— Mira, si te fijas solo son algunas cosas por una razón. Los profesores suelen mencionar que pongamos atención en algunas cosas, no tengo que explicarte todo. Si logras entender lo que tengo resaltado apuesto a que pasarás el examen con facilidad.

Me sorprende que haya pensando en esto;
— ¿Sabías que tenía problemas con esta materia?

Niega suave con la cabeza:
— En realidad no, esto lo hago con todos los libros, facilita la manera de estudiar sin tener que memorizar cada detalle, ¿comprendes?

Río leve:
— Aún así debes de tener tiempo de sobra para aprender todo.

Me voltea a ver:
— Creí que querías que te ayudara, no que querías burlarte de mí, siendo así termina de una vez para que me pueda retirar.

Vaya frialdad, me gusta que sea directo, eso le da un giro a su personalidad a la que yo estoy acostumbrado a ver:
— De acuerdo, no te interrumpo más.

Me agradece empezando a explicarme sobre el tema, pero en realidad no puedo prestar mucha atención, empiezo a recordar cuando lo conocí hace años.

Eramos cachorros, antes no era tan frío como ahora, de hecho solía tratar de hacer amigos. Siempre le ha resultado difícil, solo que en ese entonces no le prestaba mucha atención.

Después lo empecé a notar poco a poco, de manera irónica porque mientras crecía se alejaba de los demás, eso es algo que me hizo verlo de entre todos. Yo empecé a molestarlo debido a que a los demás parecía agradarles que lo hiciera. Al tiempo empecé a hacerlo más por gusto.

Nunca iba a imaginar que algún día terminaría de esta manera, tan diferente a lo que solíamos ser.

Me saca de mis pensamientos escuchar a Hilal:
— Raimundo, ¿me estás escuchando? Te he hecho una pregunta tres veces y no me pones atención. Lo mejor es que me vaya.

Cierra su libro y lo guarda para ponerse de pie, rápidamente me pongo de pie y lo detengo tomando sus brazos mirándolo a los ojos:
— Un momento, no te puedes ir así como si nada.

De nuevo tiene una mirada desafiante:
— ¿Por qué no? A ti no parece importarte que yo esté aquí cuando se supone que me habías pedido ayuda para...

De mero impulso lo he callado dándole un beso... No puedo creer que hice eso, ahora me separo estando más que rojo, a Hilal se le nota más por su pelaje blanco.

Se queda un momento sin reaccionar, lo suelto y después pregunta:
— ¿P-por qué hiciste eso?

No puedo verlo a los ojos ahora:
— No quiero admitirlo, me cuesta hacerlo, pero... Creo que me gustas Hilal.

Se pone molesto:
— ¿Cómo se supone que te gusto? No haces más que fastidiarme cada que tienes oportunidad o me das golpes, además, ni siquiera te gusta que te vean conmigo.

Entiendo que me odie:
— No lo sé, solo sucedió, después de tanto tiempo de conocernos pasó sin darme cuenta. No puedo evitar hacer esas cosas, podría decir que es mi manera de decirte que me gustas.

No puedo creer que me esté confesando de esta forma con este chico, en verdad quiero que me trague la tierra:
— Creo que esa no sería la forma, aunque debo decirte que tú no me gustas, después de tantos maltratos no esperes que llegue emocionado como si fuera un niño ingenuo a decirte que también me gustas. Si te hubiera dicho que si, ¿qué pensabas hacer? No toleras que me vean contigo.

No pensé bien las cosas:
— Eso no importa. Cuidado con que vayas a decirle a alguien sobre esto.

Digo lo último de manera amenazante, él no parece tener cuidado de ello:
— No te preocupes, yo no tengo a nadie en que pudiera confiar para hablar de esto. Aún así, no le diría a nadie, ¿eso es todo?

Aun con esa actitud tan fría no puedo dejar de fijarme en él:
— Puedes irte.

Él se retira, puede que tenga razón, no debo de preocuparme porque le diga a alguien sobre esto, pero, ¿podría lograr que Hilal se enamore de mí? Suena una idea bastante arriesgada tomando en cuenta lo diferente que somos y la reputación que tengo en juego.

Esto es muy complicado.

[Hilal]
No puedo evitar ir sonrojado mientras camino, no puedo creer que le guste a ese gran idiota, ¿por qué me besó? Hubiera sido mejor nunca haber ido, preferiría su esperada paliza que me hubiera dado de no haber asistido a esto.

Te odio ahora más que nunca Raimundo, no esperaba tener un primer beso, ahora tendré que lidiar sabiendo que ha sido con él, ¿qué hice para merecer esto?

Al Revés [Furry Yaoi] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora