Lejos de ti.

125 21 2
                                    

[Hilal]
Voy de regreso a casa junto con Helio, se nota un poco incómodo:
— ¿Sucede algo?

Me mira sonrojado:
— Bueno, sé que aún no somos novios porque no te lo he pedido, es solo que... me gustaría... tomarte de la mano. Claro, si es que no te incómoda.

Le sonrío, me alegra que sea diferente a lo que solía ser al lado de Raimundo incluso en estos pequeños detalles:
— Muy bien, pero debemos de soltarnos antes de llegar a casa, no me gustaría que papá me viera así.

Toma mi mano haciendo que me ponga muy rojo y agite un poco mi cola:
— Veo que te gusta, eres muy lindo, ¿lo sabías?

Me hace sentir pena:
— Sí vuelves a decirlo te pediré que sueltes mi mano.

Se disculpa:
— Perdona, no quiero causarte algún mal sentimiento, solo quería expresarme, pero tendré cuidado con lo que te digo. Por cierto, ¿tu papá tiene problemas con parejas del mismo sexo?

Suspiro relajándome:
— No lo sé, pero sé que me odia y ahora que está más irritado tengo que mantener un perfil bajo ante él.

Se interesa en saber más:
— ¿Podría saber por qué tienes una mala relación con él?

Miro abajo para recordar:
— No solo con él, también para mí madre. Es que ambos ya me han dicho que yo solo traje problemas a sus vidas, lo único que hice mal fue nacer y eso es algo que me separará de ellos toda la vida. Esa es la raíz de mi inseguridad con los demás, siento que todo está en mi contra, no tengo un lugar seguro más que en la casa y solo dentro de mi habitación.

Siento que levanta mi mano y se inclina para darle un beso lo cual me pone rojo de nuevo:
— Solo quiero que sepas que para mí fue lo mejor haberte conocido, puede que todos crean que eres alguien raro o que no les gustaría acercarse, créeme cuando digo que ese toque te hace especial. No te dejas llevar por nadie, eres inteligente, cuando me das mis clases privadas siento que puedo aprender y entender las cosas mejor que con la maestra, quiero ser parte de tu mundo y hacer a un lado las nubes que te han creado tormentas.

Me apego un poco a Helio:
— Solo tú podrías hacerlo, somos tan apuestos, que yo podría ser el día y tu la noche, ¿sabes que sucede entre ello? Un bello atardecer... ¡ay, no puedo creer que empiece a decir cosas cursis!

Se ríe un poco:
— Descuida, me gusta, si te hace sentir mejor no se lo diré a nadie.

Antes de poder decir algo me paraliza ver a papá frente a nosotros:
— ¡Hilal, ¿qué se supone que estás haciendo?! La última vez que lo supe tenía un niño y no una niña en casa.

Suelto de inmediato a Helio, él trata de acercarse a papá:
— Señor, le puedo explicar lo que sucede, solo deme un momento y...

Es obvio que con él no se puede hablar:
— No me hables tú, también eres uno de ellos, debería de darte vergüenza, ¿qué dirían tus padres de ti? Y tú, te he soportado muchas cosas, pero con esto no te dejaré pasar nada. Vete de mi casa, no voy a permitir que vivas conmigo sabiendo lo que eres.

Eso me causa tristeza, sabía que era mala idea el que nos viera, pero no iba a imaginar que no estaba en casa:
— ¿Pe-pero a dónde voy a ir?

Se he muy enojado:
— No lo sé, para ser honesto no me interesa a dónde vayas o qué te suceda. Ya no eres mi hijo. Te doy una hora para que tomes tus cosas y te vayas.

Se da la vuelta sin decir más, eso me hace caer de rodillas llorando:
— ¿Lo ves, Helio? Cosas como estas me orillan a querer terminar con mi vida y además...

Le enseño mis brazos:
— Me he cortado.

Va de inmediato frente a mí mirando las cicatrices:
— Hilal... no sabía que podías llegar a sufrir de esta forma... ¡lo tengo! Le diré a mis madres que te dejen quedar en casa, que vengan por nosotros. Te aseguro que tendrás un hogar cálido.

No tengo mucho que hacer ahora:
— Solo me quedaré un tiempo para poder buscar trabajo y no ser una carga para ustedes. Gracias Helio.

El llama a sus madres, me acompaña para empezar a tomar mis cosas, en verdad no hay mucho que tomar. Solo me aseguro de no dejar mi oso, Helio lo mira:
— Así que, ¿ese ha sido tu compañero? Se mira bien cuidado.

No esperaba que lo viera en una situación así:
— Gracias, en malos momentos ha sido un buen compañero.

Mira su celular:
— Me ha llegado un mensaje, han llegado por nosotros, ¿no olvidas nada?

Miro un momento mi habitación:
— No, no hay mala más que hacer aquí.

Salimos con mis cosas, papá se dirige a nosotros:
— Más te vale no tener el valor de regresar.

La madre jaguar sale para hacerle frente:
— De nuevo problemas con usted, sabía que sería un peligro para el pobre chico.

Se queda callado y sonrojado, después la madre loba sale del auto para ver qué sucede:
— ¿Todo bien, cariño? Te veo alterada.

Papá se queda sorprendido:
— Un momento, ¿ustedes son...?

La madre loba responde:
— Así es, somos pareja. Deje de vivir en el pasado, esto es normal y por lo visto mejor a lo que usted hace y piensa.

La madre jaguar lo mira detenidamente:
— Ahora entiendo su reacción, cuando nos vimos hizo algo parecido. Creo que le sorprende más porque yo le gusté, ¿no es así?

Se pone nervioso:
— Bu-bueno, yo no iba a saber que... No importa, váyanse de mi casa ahora, o me veré obligado a llamar a la policía.

La señora jaguar le mira enojada:
— Debería de hacerlo, pero para que se lo lleve a usted, con su permiso.

Nos subimos, abrazo mi cola decaído mientras vamos de camino:
— Perdonen causar tantas molestias, les aseguro que me iré de sus vidas en cuanto pueda, no quiero ser una carga.

Puedo escuchar la voz amable de su madre loba:
— No serás una carga, nos alegraría ayudarte en todo. Se nota que has sufrido un infierno en ese hogar, queremos darte todo nuestro apoyo, no te sientas presionado. A partir de ahora nosotros seremos tu familia, te voy a querer como si fuera mi hijo.

Su madre jaguar sin retirar su vista del camino me dice:
— Así es, tras ver la manera en que te ha tratado la última vez no estaba tranquila sabiendo que podía ser peor en casa. Ahora que me doy cuenta que es capaz de echarte sin contemplación es cuando más quiero ofrecerte lo que no has tenido. Todo lo que necesites solo dinos, tal vez nos tardemos en ganar tu confianza, pero apuesto que Helio ya se la ha ganado, también él estará feliz de ayudarte, ¿no es así?

Me mira sonriendo tomando mi mano:
— Así es, creo que ya sabes de lo que soy capaz por ti. Ya no estas solo, ¿de acuerdo? Ahora somos como una familia.

Me recargo en su hombro:
— No encontraré nunca la forma de pagar esto que hacen por mí, espero poder ser alguien digno de estar con ustedes.

Ahora papá me ha sacado de su casa, más también de su vida, espero que ya nada malo me pueda pasar. Quiero que las cosas empiecen a cambiar, aunque sea un poco.

Al Revés [Furry Yaoi] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora