Preocupación.

92 13 1
                                    

[Hilal]
¿Dónde estoy? Parece un lugar oscuro, de pronto solo me ilumina una luz que va directo a mí, pero no puedo ver nada más.

Una figura de un gran hombre aparece, es... ¡Es el profesor Ryan! ¿Por qué de pronto es tan grande? Se ríe con malicia y me atrapa con una sola mano:
— Eres mio y no puedes impedirlo.

Trato de escapar siendo totalmente inútil por su gran fuerza, no puedo hacer nada más que gritar.

Me despierto gritando, eso hace que Helio se despierte preocupado:
— ¿Qué pasó, Hilal? ¿Qué tienes?

Desde que lo hicimos dormimos juntos, trato de tomar aire:
— S-sí, creo que solo fue una pesadilla.

Las madres de Helio tocan la puerta:
— ¿Están bien? Escuchamos gritos.

No puedo creer que me hayan escuchado, Helio les responde:
— Hilal tuvo una pesadilla, todo bien.

Se ponen más tranquilas:
— Sí necesitan algo nos dicen, bonita noche, traten de dormir.

Me quedo en el pecho de Helio, ambos dormimos sin camisa:
— ¿Qué fue lo que soñaste mi perrito?

Siento sus brazos rodearme sintiendo su calidez, es confortable tener al fin a alguien que me comprenda cuando lo necesito:
— No te preocupes, no tiene importancia, estoy mejor a tu lado.

Sus manos acarician suavemente mi espalda:
— Me alegro que te sientas mejor, y por cierto, ya que estamos despiertos tengo algo que hablar contigo.

Eso me da curiosidad:
— ¿Qué sucede, Helio?

Se detiene en dar caricias, se escucha serio y nervioso a la vez:
— No sé cómo lo puedas tomar, créeme que me es un tanto complicado decirte la verdad, pero no te quiero ocultar nada. De nuevo Ámbar intentó besarme, no me lo dio y me quité de inmediato, solo tiene algunas ideas raras, pero no quiero nada con ella y se lo dije.

Veo que tiene problemas con ella:
— Creo que necesitas hablar con ella de manera clara, ¿quieres que te acompañe o tú lo harás por tu cuenta?

Se sorprende al escucharme:
— Pensé que lo tomarías diferente, pero gracias por darme el consejo. Me gustaría que la próxima vez estuvieras para que le quede claro que te amo solo a ti.

Eso me hace estar un tanto decaído, puede que le haya costado decirme, pero aun así lo hizo porque no quiere problemas conmigo.

Yo solo le estoy ocultando mis problemas, que no lo hago porque no confío en él, es solo que no lo quiero involucrar... además, me ha ayudado tanto que no quiero ser tanto una carga.

Me distrae sentir sus manos acarician mis mejillas:
— Hilal, ¿seguro que estás bien? Pareces un poco desconcertado.

Agito un poco la cabeza:
— Sí, mejor vamos a volver a dormir.

Besa la punta de mi nariz:
— De hecho es que ta debemos de empezar a arreglarnos, ¿quieres que tomemos una ducha juntos?

Me sorprende que quiera eso:
— ¿En serio? ¿No tienes problema con ello?

Me sonríe:
— Descuida, me gustaría intentarlo, el agua caliente y tenerte cerca debe ser aún más placentero.

Oh, no estoy acostumbrado al agua caliente:
— En verdad prefiero el agua fría.

Se queda pensando un momento:
— No soy muy fanático del agua fría, ¿quieres una ducha con agua tibia?

Supongo que es lo justo:
— Muy bien, vayamos entonces... aunque no tengo ganas de ir a clases.

Me abraza un poco fuerte:
— Perrito, me preocupa que estés decayendo, si tienes algo me lo puedes decir, no quiero verte triste.

Tengo que tomar fuerzas por él, quién diría que el amor te hace llevarte a tus extremos, pero sin peso, lo haces con gusto. No pude pedir a alguien mejor que Helio.

Mientras ajusta el agua empieza a quitar mi ropa, ambos tocamos el agua hasta encontrar un término medio para los dos. También él quita su ropa ahora los dos estamos desnudos en el agua.

Estamos muy unidos bajo el agua, frota suave mi pelaje para mojar por completo mi cuerpo y yo el de él:
— No sé si te lo dije, pero tienes un cuerpo muy lindo, también un pelaje muy suave... no te imaginas lo que siento.

Miro hacia abajo:
— No, pero lo imagino.

Tiene una erección, se avergüenza dándose la vuelta:
— L-lo siento, no pretendía...

Lo abrazo:
— Es lindo, creo que es normal de estar juntos de esta forma. Gracias por acompañarme, me haces sentir mejor.

Una vez que se siente más "tranquilo" se da la vuelta empezando a lavar ambos nuestros pelajes entre nosotros mismos. De manera ocasional me gusta besarlo, me empieza a gustar que sienta deseo por mí, espero que no sea malo.

Terminamos y nos vestimos para ir a la escuela, antes de irnos comemos algo y la madre loba de Halio nos lleva.

Estando cerca del aula veo que el profesor me hace una señal de seguirlo mientras está en una esquina:
— Helio, te alcanzo en un rato, tengo algo que resolver.

Se nota preocupado:
— No tienes que pasar solo lo que sea que esté sucediendo, puedes contar conmigo para todo.

Esta vez lo tengo que hacer por mi mismo:
— Sí creo que necesito ayuda te hablaré sin dudar Helio, por lo pronto tengo que intentar resolverlo yo.

Solo espero poder hacerlo.

Besa mi mejilla y yo voy a donde estaba el profesor, él se mira muy seguro y tranquilo:
— Veo que aceptaste muy fácil, ¿te interesa?

A este punto creo que no se merece mi respeto:
— Diga lo que quiera, solo quiero terminar con esto de una vez. Tratemos de no hacer un problema de esto.

Se detiene mirándome con una sonrisa:
— Te gusta ir rápido al parecer, pero no tendría nada de divertido si así fuera, ¿qué es tuyo ese lobo de pelaje negro?

Me altera un poco:
— Nuestra relación no es algo que le tenga que importar, si le llega hacer algo le juro que...

Me interrumpe:
— ¿Qué? ¿Me voy a arrepentir? Eres solo un niño, no puedes con la mente experimentada de un adulto. No quieras ser el héroe conmigo, eso es algo que no te va a funcionar.

Me siento acorralado a su lado, aunque me quiera imponer mantiene la calma esperando a que yo solo demuestre mis debilidades.

No puedo decir nada ante sus palabras:
— Justo imagine que podría tornarse de esta forma, bueno, ya que tienes prisa por terminar con esto, ¿qué te parece vernos este fin de semana?

Estoy seguro que Helio tendrá planes para nosotros:
— Estaré ocupado, no puedo ir.

Suspira:
— Quise ser amable. Lo que sea que tengas que hacer ya es parte de algo que no fue, ahora vas a ir conmigo, procura llegar solo a la escuela.

¿Por qué aquí?:
— No hay manera de que pueda estar, tendré cosas que hacer y...

Me toma por el cuello dejándome paralizado del miedo:
— Escucha, no quiero terminar con mi paciencia. Vas a buscar el modo o conocerás una parte de mi que no te dejará vivir tranquilo el resto de tu vida, ¿entendiste?

Sin decir nada solo asiento con la cabeza y me suelta:
— Es bueno que me empieces a entender, creí que tendría que explicarte todo con manzanas. Muy bien, nos vemos lindura.

Me suelta y se va, mi corazón se agita por la emoción que me hizo sentir, correr riesgo de manera tan inminente. ¿Cómo puedo salir de esto? ¿Cómo actuaría Helio ante esto? Ahora será inevitable exponer mi miedo cuando el profesor esté cerca, me desespero estar en esta situación.

Al Revés [Furry Yaoi] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora