Eres mi todo.

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[Helio]
Después de haberle dado la mordida a Hilal en la oreja lo cargo en mis brazos, eso hace que se sonroje dando algunos golpes que a penas y se sienten en mi pecho:
— Déjame en paz, bajame en este momento lobote.

Beso suave la punta de su nariz:
— No quiero, te dije que la próxima vez tendría la iniciativa, no solo eso, te voy a dominar en todos los sentidos. Si quieres que me detenga en serio solo dime "alto".

Espero una respuesta de su parte, solo se acurruca en mi pecho:
— Te odio... pero te amo más.

Al parecer le gusta la idea, y eso me parece bien:
— Que adorable eres mi perrito.

Lo llevo cargando hasta la casa en mis brazos, tapa su rostro avergonzado de estar en mis brazos de esta forma, solo hace que tenga un mayor deseo de él.

Cuando entramos a casa me dirijo directo a su habitación, solemos quedarnos a veces aquí. Lo dejo suave mientras lo pongo debajo de mí:
— Serás mi presa, perrito.

No es capaz de abrir los ojos:
— ¿En qué momento aprendiste a ser así?

Tiene un punto, ni siquiera yo lo sé:
— Tal vez solo sea mi instinto, pero ya no hay tiempo de preguntas. Quiero que sepas lo especial que eres para mí, por eso puedes decirme y confiar todo, soy tu apoyo, todo lo que quieras me esforzaré para serlo.

Empiezo besando su cuello, él me acaricia la espalda por debajo de mi camisa.

La última vez no tuve mucho tiempo para apreciar a detalle cada centímetro de su ser:
— No quiero solo tocar tu cuerpo Hilal, quiero acariciar tu alma, tocar con dulzura ese mundo que otros no ven.

Beso sus labios cerrando mis ojos, empiezo a quitar su camisa a la vez que mis manos acarician su esbelto cuerpo, me gusta como se siente al tacto su pelaje tan blanco como la nieve.

Una vez que la retiro bajo para besar suavemente desde su abdomen, subiendo al pecho, a su cuello después, y por último sus labios metiendo mi lengua en su boca sintiendo detalladamente su interior.

Al separarme ambos estamos jadeando con placer, me quito mi camisa poniendo las manos de Hilal en mi cuerpo para que me empiece a sentir también. Las muevo lentamente por todo mi torso para que sienta mis músculos.

Me quito el pantalón, también quito el de él ahora quedando los dos solo en bóxers. La primera vez no lo pude contemplar como en este momento, su delicado cuerpo que resalta la belleza que posee.

Quito su ropa interior, su pene no es muy grande, al menos puede ser comparándolo al lado del mío. Pone su cola en medio y cierra sus piernas avergonzado.

Sonrío al ver su reacción:
— Te veías muy seguro cuando lo hiciste tú mismo, ahora te pones tan tímido como un cachorro. Pero descuida, todo se sentirá muy bien, deja que te devuelva un favor.

Voy abriendo sus piernas a lo que va cediendo. Al exponerlo de nuevo le doy algunas lamidas a su miembro duro, es blanco y su punta rosada, se nota de un tono más pálido que del mío, he de imaginar por su tipo de pelaje y piel.

Lo meto a mi boca metiendolo y sacándolo, suelta algo de pre a lo que la saboreo. Paso ahora a lamer sus bolitas, también las chupo, al dejarlas doy largas lamidas en su perineo, eso lo hace gemir del placer intentando cerrar sus piernas, pero estando yo en medio se lo impido.

Al final empiezo a lamer su entrada, meto mi lengua haciendo que se aferre a la cama, cada vez sus gemidos son más incontrolables.

Me detengo ya que no quiero que termine aun, ahora bajo mi bóxer exponiendo mi duro miembro, me pongo casi sentado en su pecho poniendo mi miembro frente a su boca, lo toma con ambas manos empezando a chuparlo, me encanta la sensación a lo que me hace jadear con la lengua de fuera por el placer.

Al pasar un momento así busco en el cajón un condón y el lubricante:
— ¿Me harías el favor, perrito?

Asiente tímidamente, con cuidado me pone el preservativo y después comienza a lubricarlo. Una vez que estoy listo me muevo poniéndome de nuevo en forma que lo rodeo, hago que sus piernas rodeen mi cintura teniendo mi punta en su entrada.

Lentamente lo empiezo a introducir a la vez que beso su cuello escuchando sonidos de placer que me vuelven loco de amor. Lo meto más profundo hasta tenerlo todo, hago que sus gemidos sean ahogados al besarlo a los labios.

Se siente muy apretado en su interior, me pone frenético, empiezo a dar embestidas a Hilal sin dejar de besarlo, quiero que se sienta complacido en todos los sentidos.

Voy aumentando la velocidad sintiendo como me aprieta más y se aferra a mí arañando suavemente mi espalda, yo tomo su miembro comenzando a masturbarlo.

Entre gemidos me susurra al oído:
— Lo-lobote... si sigues así me voy a... a correr.

Eso era lo que quería escuchar, le doy embestidas más rápidas y más fuertes, eso hace que sus gemidos sean más agudos, muerdo su cuello a la vez que lo masturbo.

Sin aguantar más da un gran gemido empezando a venirse, aún cuando se siente tembloroso sigo dando mis embestidas para aprovechar su sensibilidad, eso lo descontrola, tras una última embestida me vengo también aferrandome más a su cuerpo mordiendo un poco más fuerte.

Al acabar lo dejo sacando mi miembro, veo que hay un poco de sangre en su cuello. Me quito el condón para tirarlo después buscando algo para limpiarlo.

Mientras lo hago le pregunto:
— ¿Te sientes bien? Creo que te dejé marca, lo siento mucho, no quería lastimarte.

Él se ve, ¿feliz?:
— Creo que voy a amar esto, me hiciste sentir grandioso Helio, no sabía que podías hacer eso.

Parece que no le molesta en lo absoluto:
— Eso significa que...

Me detiene con un beso:
— Solo acuéstate, acaricia mi cuerpo.

Me pongo a su lado y el queda sobre mi pecho, con la tentación acaricio sus nalgas, me encantan también, son suaves y firmes a la vez.

Después empiezo a acariciar su espalda:
— Eres mi mundo Hilal, mi vida a cambiado mucho, este tiempo a tu lado ha sido el mejor. Nunca te voy a dejar, cada día voy a mejorar para que me sigas amando.

Acaricia mi pecho en círculos:
— La vida ya no tenía sentido para mí, pero un gran lobo llegó para salvarme. Gracias por no dejarme caer a ese extremo, no tenía sentido seguir viviendo hasta tu llegada, eres lo mejor que me ha pasado.

Miro a mi alrededor, río leve:
— ¿Qué le estamos enseñando a nuestros hijos?

Me mira confundido:
— ¿De qué estás hablando?

Acerco sus peluches poniéndolos sobre nosotros:
— De ellos, por supuesto. Somos una linda familia, ¿no lo crees?

Se sonroja, pero sonríe:
— Tienen un padre maravilloso, tú.

Me gustó como suena eso, solo lo abrazo frotando la punta de mi nariz con la suya. Nos quedamos abrazamos dándonos caricias y besos, ha sido un día maravilloso. Lo mejor de todo es que ahora puedo ver a Hilal más tranquilo, amo verlo con bien.

Hilal es mi felicidad.

Al Revés [Furry Yaoi] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora