Despertar la ira.

51 8 1
                                    

[Helio]
Estoy emocionado, hoy le voy a revelar un par de cosas a Hilal, espero que se lo tome de la mejor manera puesto que me esforcé mucho por esto.

Estamos de camino a dejarlo a su trabajo, me mira detenidamente:
— Helio, ¿por qué vienes vestido de esa manera?

Vengo algo formal:
— No, por nada Hilal, de todos modos tengo mi maleta para cambiar de ropa, creo que iré al gimnasio en la tarde, ¿vienes?

Mira por la ventana del auto:
— Tú sabes la respuesta.

Río leve:
— Lo sé, pero ya se ha vuelto costumbre preguntarte sobre ello.

Una vez que llegamos busco estacionamiento a lo cual confunde cada vez más a Hilal:
— ¿Harás algo aquí?

Ya no lo puedo esconder, sin decir nada bajo del auto para abrir su puerta y que salga también:
— De acuerdo, tengo algo que decirte... Ahora somos compañeros de trabajo.

Se lanza sobre mí para abrazarme:
— No estás jugando, ¿verdad?

Lo recibo con mis brazos:
— Claro que no, antes de irnos de viaje había un anuncio de una vacante. Decidí aplicar pues el dinero que tenía no iba a durar toda la vida y no puedo dejarte todos los gastos de la casa, además de lo que tuve que conseguir.

He hablado de más:
— ¿Qué conseguiste?

Tomo su mano cambiando de tema:
— Será mejor que entremos, no querrás que lleguemos tarde en nuestro primer día juntos de trabajo.

[Hilal]
Helio se ha puesto sospechoso desde que fuimos al lago, quisiera saber qué le sucede o qué oculta. No soy capaz de pensar mal de Helio, solo me intriga saber lo que se tiene entre manos.

Olvido eso pues todo el día hubo bastante trabajo, de vez en cuando miro a mi lobo de lejos pues aunque por decirlo de una manera, estamos en el mismo nivel, no trabajamos en el mismo departamento. Aún así me alegra que ahora podemos estar más tiempo juntos, tendré mayor motivación al trabajar.

A la hora de salida yo me voy caminando a casa, Helio va a buscar el gimnasio al cual quiero asistir, es bueno que se mantenga en condición, no tengo pericia para hacer ejercicio.

[Helio]
Una vez que llegué al gimnasio me dirijo a cambiarme, al menos tienen vestidores aquí. En verdad ha sido un excelente día iniciando trabajo junto a mi novio, las pocas veces que lo miré me motivaron a poner más empeño.

Hago mi rutina de ejercicio de manera normal, es agradable que este lugar no esté saturado pues me da la oportunidad de estar en cualquier máquina de ejercicio que quiera.

Al terminar mis ejercicios me dirijo a la salida, pueden tener vestidores, pero no regaderas por lo que es mejor que vuelva a casa con esta ropa y tomar una ducha allá.

Saliendo del gimnasio me da una gran sorpresa mirar a Eliot, ¿qué hace aquí? Nunca me avisó que vendría.

Emocionado viene a abrazarme, a decir verdad no lo recibo bien:
— Eliot, estoy sudado, no creo que deberías de abrazarme.

Me incómoda el que se ponga a olfatear mi pecho:
— Eso puedo notar, hueles a macho.

Trato de apartarlo de mí:
— Sí te vas a poner así es mejor que me dejes en paz.

Se separa sonriendo:
— Después de venir tan lejos creo que no te haría daño salir a dar una vuelta conmigo, sé un poco más amistoso conmigo.

Suspiro cansado:
— Ha sido un largo día, no tengo ánimos de mucho más que estar en casa.

Me toma de la mano:
— Perfecto, podemos ir a conversar un rato.

Me dirijo al auto, en verdad no le tengo mucha confianza al león, no solo por lo que hizo, aunque no soy mucho de intuición como Hilal siento que algo malo está pasando.

Al Revés [Furry Yaoi] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora