Conociéndote.

177 20 2
                                    

[Hilal]
Después de lo ocurrido ayer no tengo muchas ganas de estar ahora con Helio, por ello quise cancelar la cita de estudio de hoy, pero es su actitud tan positiva no me dejó hacerlo.

Sigo de camino, no puedo dejar de pensar en el beso que me dio Raimundo, fue algo tan inesperado ya que me ha maltratado por tanto tiempo, ¿acaso le habré gustado desde ese entonces?

Despejo mi mente, según la ubicación que me ha mandado Helio debo de estar cerca, al menos ahora sé a lo que vengo por lo que traigo solo un libro y fue menos pesado caminar.

Le llamo a Helio:
— Hola, estoy cerca de tu casa, ¿puedes salir?

Responde, ¿feliz? Que chico tan raro:
— Por supuesto, no me tardo.

Cuelga la llamada, guardo el celular mirando las cosas esperando a que el lobo salga de una de ellas.

Tres casas más adelante de donde estoy logro ver a ese lobo de pelaje negro, se dirige hacia mí:
— ¡Hilal! Me da mucho gusto verte, ¿no tuviste problemas para llegar?

Solo lo miro serio:
— No hubiera tenido problemas si me hubieras acompañado para llegar.

Baja sus orejas:
— Lo siento, no pude salir y no quería retrasar la cita después de haberte animado... Perdóname...

No puedo verlo así, es irritante:
— Solo es una broma Helio, me sé ubicar muy bien, solo me hacía falta que salieras para confirmar dónde estabas.

Suelta un gran suspiro:
— Que alivio, por un momento pensé que estarías molesto. He de decir que admiro eso, yo soy muy malo para orientarme. Bueno, no esperemos más, pasa.

Entro a su casa, ahí están dos mujeres, una señora loba y una señora jaguar:
— Buenos días.

Ellas me saludan, me quedo analizando un momento, volteo a con Helio:
— ¿Qué son ellas de ti? La señora loba entiendo que sea tu madre, la otra mujer es...

La jaguar me escucha a lo que responde:
— Soy la otra madre de Helio.

Bajo mi cara apenado:
— Oh, lo siento, no sabía.

Su madre loba se acerca para tomar mi hombro:
— Descuida, sé que no es común ver a una pareja como nosotros en un hogar. Esperamos no incomodar.

Las miro:
— Nada de eso, solo que no supe asimilar su relación. Es bueno que Helio tenga dos madres, ahora que lo pienso no he visto a la mía en días y papá se enoja mucho conmigo.

Helio se sorprende:
— ¿Cómo puede ser eso? Debe ser muy triste que eso te pase en casa.

No le doy importancia:
— No debería de ser tan importante, ¿empezamos a estudiar?

[Helio]
La frialdad de Hilal me hace ver que no es un problema reciente, es algo que lleva tiempo cargando, tanto que ya es normal un asunto así:
— La mesa está hacia allá, puedes sentarte mientras voy por mis cosas, si necesitas algo me lo puedes pedir a mi o a mis madres con toda confianza. Ya vuelvo.

Él se va a sentar, mi madre jaguar me detiene un momento antes de ir por mis cosas:
— Helio, parece que ese chico necesita algo de ayuda. Apoyalo así como lo está haciendo contigo para la escuela, haré algo para ustedes para después de que estudien.

La abrazo:
— Claro que sí, lo haré. Y gracias.

Beso su mejilla para después tomar todo lo que necesito regreso con Hilal, mi madre loba está con él:
— Eres alguien muy lindo, ¿te lo habías dicho?

Veo un claro sonrojo en el pelaje blanco de Hilal, me acerco rápido para sacarlo de esa situación:
— Mamá, creo que fue mucho para él.

Da unos pasos hacia atrás:
— Sí, perdón. Voy a ver que hace...

Ambos nos quedamos viendo que la cola del husky se está moviendo llamando la atención de ambos, luego se retira sin decir nada.

Yo al verlo un poco más me da curiosidad:
— No estás acostumbrado a la atención, ¿verdad?

Se nota cuan apenado se siente de la situación:
— ¿Acaso nadie sabe cómo estudiar? Solo hay que enfocarnos a lo que he venido, a darte tutoría de la clase.

¿Nadie? Le ayuda a alguien más:
— ¿Hay otro compañero o compañera a quien asistes? ¿Es mucho peso para ti?

No me mira, solo se enfoca en su libro:
— N-no, solo eres tú. No tardemos en hacer esto, ¿quieres?

Ya que estamos aquí no quiero dejar pasar la oportunidad:
— ¿Por qué no me hablas más de ti? Quiero conocer quien es el que me ayuda, así nuestra comunicación puede ser más fluida.

Cierra sus ojos pensando, con una cara de molestia:
— Creo que no tiene caso decir que no, solo terminemos con esto rápido.

Debería de tomar la iniciativa:
— Bueno, como podrás ver tengo dos madres, jamás conocí a mi padre, pero es algo que jamás me ha preocupado. En general me la paso muy bien a donde quiera que voy, suelo ser de muchos amigos, me preocupo por los demás incluyéndote en ellos.

Me mira detenidamente:
— A pesar de que lo sucedido con tu padre te ves bastante animado y tranquilo, con madres tan amorosas no me sorprende que sea así. Por mi parte no me gusta estar rodeado de nadie, no fui creado para encajar en este mundo. No tienes porque pensar en mí.

Me pone triste que se exprese de esa forma:
— Pero todos necesitamos de alguien para no estar solos, me gustaría poder ayudarte, ¿qué puedo hacer para hacer que te sientas mejor?

Vuelve su mirada al libro:
— Podríamos empezar a estudiar para terminar con esto y volver a mi habitación.

De verdad me hace sentir mal si actitud:
— Hubo un tiempo que de niño yo era así, al ver a los demás con sus padres creí que el mío no me quería para nada y que nadie me iba a querer en su vida. No me gustaba estar con los demás porque ellos podían estar con sus papás y yo tenía dos madres sin tener alguna explicación. Sin embargo, ellas me enseñaron que el amor que me daban era el que necesitaba, papá jamás se interesó en darme lo que entre las dos me han dado. Después de eso aprendí que debo de estar agradecido con todo lo que tengo.

Sigue a su libro, pero esta vez tiene una mirada más fría:
— Yo lo aprendí al revés, era como tú, intentando encajar con los demás. Nunca pude encajar con nadie, mis padres tenían más peleas, mi hermano siempre ha estado por encima de mí, Raimundo empezó a hacer burla de mí llegando a fastidiarme, supe que la alegría no me iba a llevar a ningún lado... En mi soledad, nadie me puede lastimar, no soy menos que nadie, nadie me pueda molestar. En mi soledad existe el mundo perfecto.

Eso me hace soltar algunas lágrimas, debe de ser mucho con lo que está cargando. Sin contenerme lo abrazo:
— Lamento mucho que hayas tenido que pasar por todo eso, sí de algo te sirve, no tienes que hacer nada especial para agradarme, solo sé tú mismo y estaré para apoyarte.

[Hilal]
De verdad que es molesto, hago que me suelte:
— No es necesario que hagas esto ahora, ¿dónde estaba alguien así cuando lo necesitaba? Ya no hay nada que arreglar.

De manera fría solo empiezo con la tutoría, no le queda más que prestar atención. Tal vez sea algo duro para él, pero jamás podrá entender como me siento.

Al Revés [Furry Yaoi] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora