Lo que siento.

227 21 2
                                    

[Helio]
Hilal se acaba de ir, no quiso esperarse para que pudiera comer galletas recién hechas por mis madres. Mi madre loba se me acerca a dar suaves caricias en mi espalda al verme triste:
— Te preocupa mucho ese chico, ¿verdad?

Tengo mi mirada hacia abajo:
— Sí, todos los días he podido ver lo complicada que es la situación para Hilal. Todos sus compañeros lo hacen de lado, lo insultan o tratan mal, siempre está aislado de todos a tal punto que se sienta solo y ya está acostumbrado a ello.

Siento que las dos me abrazan, mi mamá jaguar besa mi mejilla:
— Pero estoy segura de que alguien especial como tú puede ser un gran amigo para él, no es malo, solo le hace falta salir de su mundo un momento para compartir con alguien.

Sonrío al escucharla:
— Es verdad, puedo hacer que cambie un poco la vida que lleva. Gracias.

Abrazo a ambas y me dirijo después a mi habitación llevando algunas galletas conmigo. Estando ahí no puedo evitar mirar hacia el cielo pensando en Hilal, vaya que es alguien muy diferente al resto.

Muchos creen de él cosas tan negativas, pero la verdad es que yo no lo veo al igual que lo hacen los demás. De hecho, por la simple razón de verlo me hace emocionarme, justo como estaba antes de que nos viéramos, había insistido tanto porque quería verlo.

He de decir también que es un gran tutor, me enseñó mucho mientras estaba aquí, es muy directo con lo que quiere y lo que hace, eso le da un perfil muy diferente a todos.

Lo único malo es que no quiere que nadie se le acerque lo cual crea que me haya una barrera entre nosotros. Tal vez no quiera acercarse a mí a menos que sean las tutorías, pero debo de intentar de manera constante tener un poco más de tiempo a su lado.

Creo que otro problema es Fénix, no pienso que sea él alguien malo, solo que, como con el resto del salón, no se lleva bien con Hilal y la mayoría del tiempo solo quiere estar conmigo para evitarlo. Es cierto que es un gran amigo y cariñoso, pero debería de dejar que tenga más amigos.

A parte de todo eso creo que yo... Creo que empiezo a sentir algo por Hilal, es un husky demasiado lindo, es inteligente, destacado, y aun es un mundo por conocer, pero sin duda es uno en el que me quiero adentrar.

Más no creo que llegar y decirle "me gustas" se la manera en que me pueda acercar a él, tengo que empezar a entrar poco a poco en su corazón.

[A la mañana siguiente/ Hilal]
De verdad no tengo ganas de ir a la escuela, después de todo lo que supe y por lo que he pasado necesito estar en paz más tiempo, quisiera dormir para ya no despertar a esta vida tan cruel.

Una vez que llego a la escuela solo me dirijo a mi asiento de siempre, miro hacia afuera deseando poder escapar de esta realidad.

Alguien está frente a mí, para mí sorpresa es Raimundo:
— ¿Q-qué tienes? Tienes los ojos llorosos.

Solo desvío la mirada:
— Solo déjame en paz... Estoy llorando, ¿tiene algo de malo? Puedes burlarte lo que quieras, solo... Déjame ya...

Siento que me toma del brazo, a la fuerza hace que me ponga de pie, pensé que estaría a punto de golpearme por haberle respondido de esa forma. En vez de eso me está, ¿abrazando?

Puedo sentir la calidez de su cuerpo, sus brazos rodeándome, miro su rostro y está sonrojado:
— Deja de mirarme, esto no es fácil para mí. Solo quiero cambiar el rumbo de mi comportamiento para que veas que no estoy jugando contigo.

Es lindo que haga esto por mí cuando lo necesito:
— Raimundo... Gracias por...

Uno de sus amigos entra en el salón, me empuja haciéndome caer, su amigo solo se ríe:
— Ojalá lo hubiera visto desde el principio, pobre perdedor.

El león se ríe algo nervioso:
— Sí, no lo vio venir, debiste llegar antes.

Se va a sentar, bueno, era demasiado bueno para ser cierto. El lobo negro entra también apurandose a darme una mano:
— ¿Estás bien? Veo que te hicieron llorar.

Dirige su mirada hacia Raimundo:
— Deja de meterte con tus compañeros, ¿por qué no te metes con alguien de tu tamaño? ¿Acaso no ves que le haces daño?

Él no dice nada, su amigo responde:
— Por lo que haya hecho, ese perro se merece eso y más. ¿Por qué darle tanta importancia? No vale nada.

Eso me hace recordar lo sucedido, no puedo aguantar más y me levanto para correr de ahí entre lágrimas. Justo no quería venir para evitar sentirme peor, es lo primero que sucede incluso antes de comenzar las clases.

[Helio]
Son muy crueles con él, me acerco a los asientos de esos dos pesados:
— ¿Cuál es su problema? Hilal no deja de ser su compañero y miren, lo han lastimado, lo han hecho llorar.

Eduardo, el pastor belga, amigo de Raimundo responde:
— No quieras hacerte el héroe, no vale la pena por lo que es. ¿Crees que merece algo de respeto?

Me hace enojar:
— ¿Y qué les ha hecho Hilal? Nunca se mete con nadie, no veo que intente pelear con alguno de ustedes, sin embargo, en todo momento es ofendido y maltratado sobretodo por ustedes. Deberían de ser más consientes, pasa por momentos difíciles, pero lo único que les importa es la forma tan vana de divertirse a costa de herirlo, son unos imbéciles.

[Raimundo]
Creo que él se ha interesado de verdad en conocerlo y defenderlo, muy opuesto a como lo trató yo aun cuando me gusta. Él lobo negro se da la vuelta, Eduardo está a punto de levantarse para responderle, pero lo detengo:
— Tranquilo, no vale la pena meterse en problemas por tipos como ellos.

Sonríe:
— Tienes razón, solo son una basura.

Me enoja en mi interior que se exprese de esa manera de Hilal, pero al parecer me importa más mi reputación que el amor que siento por el husky, ¿por qué? Aunque de verdad quiero intentar algo con Hilal no podré lograrlo mientras me siga comportando como un idiota con él.

Tengo que cambiar mi forma de ser, cueste lo que cueste.

[Hilal]
Estoy en los baños lavando mi cara, ya estoy harto de esta situación, ojalá no hubiera nacido. Solo estoy pagando por un crimen que no cometí, no puede haber algo más injusto en la vida.

Escucho que alguien entra, por el espejo doy un rápido vistazo y es Helio, solo bajo la mirada:
— No te molestes en conversar conmigo, ellos tienen razón, no merezco nada, no valgo nada...

Se acerca para girarme y abrazarme:
— No diré nada si no lo quieres, pero antes de eso quiero que sepas que vales más de lo que piensas. No te dejes llevar por lo que te hacen o dicen, yo sé que eres alguien grandioso.

Por alguna extraña razón me aferro a él, se siente aún más cálido que con Raimundo, porque de alguna manera me da confianza, no me da miedo a que me vaya a hacer algo:
— En verdad me duele, no puedo más, todo me lastima. ¿Por qué la vida me trata de esa forma?

Siento sus caricias en el abrazo, no puedo dejar de llorar... Por primera vez en mucho tiempo, siento una comprensión sincera.

Al Revés [Furry Yaoi] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora