De último momento.

122 18 1
                                    

[Hilal]
He descansado un poco, ya es de noche, creo que no me queda de otra que volver a dormir. Aunque de pronto escucho que mi padre toca la puerta:
— Hilal, alguien vino a buscarte.

¿Quién podrá ser?:
— Salgo en un momento.

Ya es de noche... Pensando un poco, ¿será Helio? Ya le dije que no iba a aceptar ese peluche, si lo quiero con todas mis fuerzas, pero le corresponde a él, no a mí.

Al abrir la puerta veo que están James y Raimundo, cierro la puerta saliendo con ellos:
— ¿Qué hacen aquí?

Solo se ve que sonríen:
— ¿No te podemos visitar?

El oso agrega:
— Creí que debíamos de mejorar la forma en que nos llevamos.

No me dejo llevar por ellos:
— ¿Cómo supieron donde vivo?

James responde:
— Sucede que vivo por aquí, hace unos días te vi tomar el mismo rumbo que yo, le dije a Rai que podíamos llegar a verte en cualquier momento.

Suspiro:
— ¿No pensaron en hacerlo más temprano? No creo que pueda salir ahora.

El oso voltea los ojos:
— No eres nada divertido, la noche es cuando empieza lo bueno, ¿vienes, Rai?

El león niega suave con la cabeza:
— Si quieres puedes retirarte, me quedaré unos momentos más.

Empieza a caminar:
— Como quieras, nos vemos mañana.

Me cruzo de brazos:
— ¿Qué es lo que necesitas?

Me acorrala contra la puerta poniéndome entre sus brazos extendidos:
— Eres demasiado hostil, no vi que estuvieras así cuando fuiste a ver mi juego. Justo ahora te ves al revés, tan tímido, incapaz de decirme algo, ¿sabes algo? Me gustan esas dos personalidades en ti.

Tiene razón, me ha intimidado:
— De cualquier manera, no puedo salir.

Me sonríe:
— Eso se puede arreglar.

Se pone firme, para después tocar la puerta, aun estoy recargado, en cuanto mi padre abre la puerta yo caigo hacia atrás.

Me mira serio:
— ¿Qué haces en el suelo?

Me levanto avergonzado, Raimundo se presenta:
— Buenas noches señor, mi nombre es Raimundo, soy un amigo de su hijo, me preguntaba si le puede permitir salir solo un momento conmigo.

Mi papá está firme:
— Es demasiado tarde para que salga, mañana tiene que despertarse temprano, no le dejaré salir a ningún lado.

El león piensa un momento:
— ¿Me permitiría estar aquí entonces? Me retiro cuando usted me lo pida, de esa forma su hijo no se cansará de haber salido a algún lado.

Parece que ha convencido a papá:
— Muy bien, solo hasta que yo lo quiera, pueden estar en su habitación.

No puedo creer que Raimundo lo haya logrado, aún cuando mi padre tiene una figura intimidante.

Ambos entramos a mi habitación, de manera apresurada y sonrojado salto sobre la cama envolviendo el peluche en cobijas, eso llama su atención:
— No me dejas ser tu novio, ¿pero te apresuras a insinuarte de esa forma?

Me molesta:
— Cállate, por supuesto que no es eso.

Se acerca sentándose a un lado:
— ¿Qué es lo que escondes?

No lo quiero soltar:
— No es nada de lo que deba importarte.

Toma mis manos:
— Vamos, no puede ser algo malo, ¿o sí?

Hace que lo suelte a la fuerza, hace que el peluche caiga al suelo, me quedo paralizado, da pequeñas risas:
— ¿Aún eres un cachorro que duerme con peluches?

Le doy la espalda:
— No te burles de mí, no sabes lo que significa para mí.

[Raimundo]
Creo que no he actuado de la mejor manera, levanto su oso y se lo acerco:
— Perdona, no lo sabía, ¿qué significa para ti?

Da pequeños sollozos:
— ¿Prometes no burlarte más?

Doy suaves caricias en su espalda:
— Te lo prometo.

Toma su peluche, no me da la cara, pero tampoco la espalda, se queda sentado a un lado de mi abrazando ese oso dando pequeñas caricias:
— Nunca he tenido el cariño de uno de mis padres. Nunca sentí el amor por las noches o cuando tenía miedo, siempre me sentí solo. Este oso no era mío, era de mi hermano mayor, cuando era pequeño él quería que se lo compraran, también quería tener el propio, solo había uno y decidieron que sería para él. Sin embargo, mi hermano se aburrió con el tiempo para después dejarmelo. Este oso ha sido para mí una compañía, la que no tengo de mis padres, de él no recibo burlas o abusos.

Vaya, ha estado mucho tiempo en soledad. Le doy un abrazo viendo al oso:
— No sabía que podía ser así de importante. Lo lamento, yo soy el responsable de que te sientas peor de lo que sueles estar, cualquier lugar debe de ser un infierno para ti, menos el estar aquí. Espero mejorar de ahora en adelante.

Se recarga en mi pecho:
— De verdad me siento muy solo, por lo mismo que has mencionado me he sentido peor, por eso no me interesa encajar con los demás.

Acaricio suave su cabeza:
— Nunca imagine que terminaría enamorado de ti, ahora me arrepiento de todo lo que te hice, tal vez ahora sería menos difícil que crear mi amor por ti, o por lo menos no sería tan complicada.

Levanta la mirada, la punta de su nariz está junto a la mía, ambos nos vemos detenidamente, no puedo evitar tomarlo por la cintura, cerrando los ojos lo empiezo a besar. Me alegra que James no esté aquí, de lo contrario esto no estaría pasando.

Se está dejando llevar por el momento, hago su peluche a un lado, lo recuesto en su cama, se mira bastante tímido. Me encanta, levanto su camisa tocando un su pecho lentamente por debajo de su camisa, él se aferra a mí.

Cuando empiezo a bajar lentamente con mis manos, antes de hacer algo más se escucha que tocan la puerta, es la voz de su padre:
— Se acabó tu tiempo jovencito, es hora de que te vayas.

Me separo rápidamente de Hilal, me pone nervioso, así que me levanto tan rápido como puedo, salgo sin despedirme del husky, su padre no parece darle importancia, solo me preocupa que me vaya, escucho que cierra la puerta de su habitación.

No puedo creer lo cerca que estuve de ir las allá con Hilal, no lograr más me hace sentir que deseo cada vez más de él. Espero verlo pronto de nuevo.

[Hilal]
Ese idiota de Raimundo, me está enredando en su juego. Casi me hace caer en algo de lo que me pude haber arrepentido.

Me aferro fuerte a mi oso, me sonroja pensar en lo que hemos hecho, dejé que tocara mi cuerpo y yo me aferré a él.

No voy a permitir que llegue más lejos conmigo, no sé la razón por la cual intente meterse así en mi vida, pero lo voy a descubrir, aún cuando trata de ser amable y seductor no confío de manera plena en lo que supuestamente quiere conmigo.

Ha sido un total alivio que a papá se le haya ocurrido tocar la puerta, de normal me molestaría, pero ahora me ha alegrado que interrumpa, Raimundo ha salido asustado de aquí. Tal vez lo mantenga lejos de la casa durante un tiempo.

Aunque pensando un poco, también es bueno que no se le ocurrió entrar como si nada porque hubiera descubierto lo que hicimos siendo peor para mí.

Sin duda los sentimientos solo traen problemas.

Al Revés [Furry Yaoi] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora