Cayendo en el amor.

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[Fénix]
He tenido algunos conflictos personales desde lo que sucedió con Raimundo, es decir, nunca había sido alguien relevante para mí llegando amparar desapercibido en ocasiones sin tener la mínima importancia.

Las cosas han cambiado, es inevitable notarlo, y para ser honesto me está agradando su forma de ser. Es rudo, atrevido, pero a la vez es alguien alegre, que sabe cómo pasarla bien y muy relajado.

Sé que dije que no quería algo serio con él, pero cada día es más inevitable pensar en ese león. Esos lindos ojos verdes, su bien cuidada melena negra, su confección física, simplemente hermoso.

No quiero afirmar que estoy teniendo sentimientos profundos hacia él, eso solo hará más difícil lo que estamos pasando, además, puede que ya no quiera ni verme.

Solo lo hemos hecho una vez, sin embargo, su ser se quedó marcado en mi cuerpo, en ocasiones solo nos hemos juntado pasa besarnos y me gusta la manera en que maneja la situación, nunca espera a que yo haga algo siendo que toma la iniciativa de la situación.

No puedo dejar de suspirar solo pensando en él, esto es ridículo, ni siquiera sé qué puede pensar de mí. Sus sentimientos son un misterio ya que parece que se toma las cosas a la ligera.

No quiero salir lastimado de esto,.sería un golpe fuerte, lo mejor sería olvidarme de ese asunto.

Me saca de mis pensamientos el que me haya llegado un mensaje, es de Raimundo, vaya, justo cuando estaba pensando en él.

Reviso el mensaje: "Hola Fén, ¿tienes algo que hacer? Me gustaría que nos viéramos."

No quiero verlo, pero otra parte de mi no quiere negarse a poder verlo: "Claro, ¿quieres que sea ahora mismo?"

Espero no parecer un desesperado solo aceptando su invitación y proponer que sea ya. Aunque me sorprende que en realidad le agrada la idea, acepta vernos y me ha invitado a su casa, tal vez quiera pasar otro buen rato, supongo que puedo ir solo necesito arreglarme un poco.

[Raimundo]
Bueno, Fén ha aceptado venir a mi casa, me pone nervioso que sea de esa forma. Sé que soy quien lo ha invitado, pero no por eso deja de ser difícil lo que tengo en mente.

Me ha llamado la atención ese lindo lince, desde que estuvo aquí en mi casa le dio la la vuelta a mi vida para enfocarla solo a él.

De normal solía ser uno del montón, alguien que solo conocí por ser mi compañero sin llegar a tener algún significado para mí. Me daba igual si iba o no a clases, pero ahora es diferente, incluso llego más temprano a las clases solo para verlo.

El amor hace cambiar mucho a las personas, y esta vez es muy diferente en comparación a lo que fue con Hilal. Con el husky en todo tiempo era difícil para mí aceptar lo que sucedía, con Fénix se siente diferente, como si no tuviera que ocultar nada.

Después de todo puede que Hilal haya sido solo un capricho, confundiendo las cosas de manera terrible, yo mismo creí en esos sentimientos durante mucho tiempo.

Puede que me equivoque en hacer esto, pero le voy a decir a Fénix que me gusta, después de todo me encanta su estilo tan sumiso de comportarse, tan delicado que a su vez sabe como ponerle fin a alguien que se le ponga enfrente.

Aunque no he pensando, ¿qué haré si sale mal? No sabría cómo tomar otra frustración en el amor.

Tengo un ramo de rosas en mi habitación, pienso darle un detalle que le pueda gustar para ver si de alguna manera sea más fácil que acceda, espero no lo tome a mal.

Después de esperar llaman a la puerta, me pongo nervioso, yo, el gran Raimundo asustado por una propuesta de noviazgo, no lo puedo creer.

Abro la puerta y efectivamente era Fénix:
— Hola Fén, ¿cómo estás? ¿Qué haces por aquí?

Me mira confundido:
— Pero me pediste venir, ¿de qué hablas?

Que idiota soy, me pone nervioso:
— A-ah, sí, solo que siempre es bueno verte. Pasa, me gustaría hablar de algo contigo.

Ambos pasamos, nos sentamos en el sofá, se vuelve tenso el ambiente ya que ninguno de los dos se atreve a decir algo, ¿qué le estará pasando?

[Fénix]
Dijo que quería hablar conmigo, pero no ha dicho nada, de hecho parece que se está poniendo incómodo, tengo que irme si no le agrada mi compañía:
— ¿Quieres tiempo a solas? Yo me puedo ir si necesitas espacio.

Me levanto, pero me detiene tomando mi mano:
— ¡Espera! Sería ridículo hacerte venir por nada... supongo que debo de ser franco contigo, pero, ¿me puedes esperar aquí? No tardo.

En ese momento me quedo de pie esperando, cuando menos lo espero vuelve conmigo con un ramo. Me quedo sorprendido y paralizado sin tener palabras, mis ojos se llenan de lágrimas por emoción.

El león se pone frente a mí:
— No encuentro la manera adecuada de hacerlo, somo quiero que sepas que... me gustas, no puedo cambiar eso, sé que no querías nada serio, pero no lo pude evitar. ¿Quieres ser mi novio?

Me lanzo a sus brazos, él me recibe:
— Sí Raimundo, no sabía cómo decirte porque en verdad tenía miedo de que ya no quisieras hablarme o algo, pero ahora que sé que sientes lo mismo puedo decirte que te amo, me gustas. Todo este tiempo estuvimos tan cerca ignorando lo que había frente a nosotros, solo debía de mirar hacia atrás de los asientos para ver a alguien que podía ser más que un compañero, aun así, ¿no crees que vamos apresurados?

Me sonríe y me da un beso:
— ¿Crees que hay que esperar cuando ya sabes lo que quieres?

Es un buen argumento, y eso es lo que me gusta de él, verlo tan confiado, es muy seguro de si mismo a tal punto que, aunque le cueste expresar sus sentimientos, permanece en un perfil firme lleno de seguridad y confianza.

[Raimundo]
Si fuera algún perro o algo así estoy seguro que estuviera agitando la cola sin control, de verdad me siento muy feliz teniendo a Fénix entre mis brazos.

Me da un beso en el pecho:
— Tienes razón, no debería de poner en duda lo que sentimos, no hay que esperar. El futuro es muy incierto, así que no hay que perder tiempo para poder disfrutar nuestro presente, dime, ¿quieres hacer algo?

Beso su cabeza:
— Me gustaría acompañarte a casa, quisiera saber dónde vives y visitarte de vez en cuando. A menos que quieras hacer otra cosa.

Se aferra más a mí:
— Muy bien, solo déjame disfrutar de esto un poco más.

Lo abrazo aun con el ramo en las manos, después lo toma con emoción dando las gracias dándome varios besos. Lo tomo de la mano para empezar a caminar juntos.

No podía sentir esta libertad al lado de Hilal, que nunca fue su culpa, pero ya que puedo hacerlo con Fénix es lo que se vuelve más especial, que desde un principio nuestra relación no tenga ningún tipo de barrera.

Voy a estar con Fénix hasta que él lo decida, si alguna vez llega a decidir que ama a alguien más no tengo de otras más que dejarlo ir porque esa sonrisa tan linda que me regala a mí, quiero que permanezca siempre en él. Día con día me voy a esforzar para ser ese hombre que quiere y desea, más que nada, el que merece.

Al Revés [Furry Yaoi] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora