Capítulo 21

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Me sonrojé al pensar en cuáles podrían ser esas cosas y aparté con delicadeza su mano de mi rostro con un poco de miedo de que le sentara mal que le apartara su mano y se enfadase. No quería terminar ese momento de paz y tranquilidad entre los dos.

-Venga, vete ya -le dije suavemente y le besé-. Se te va a hacer tarde.

Le impresionó ese beso, que yo fuera la que lo besara y no él. Lo hice sin pensar, me salio solo y me dio corte mirarlo a los ojos después de hacerlo. ¿Qué estaría pensando de mí?

Sonrió y me besó metiendo su lengua en mi boca. Cogió mis manos y tiré el dónut al suelo, se las llevó a su nuca para que me agarrase en ella. Sin darme cuenta había rodeado con mis piernas sus caderas y él me sostenía con las manos cogiéndome del trasero. Fui consciente de mis actos y paré. Luke me bajó al suelo al notarlo.

-No pasa nada -me dijo.

Yo tenía las mejillas encendidas y me sentía totalmente avergonzada. ¿Cómo podía haber hecho eso yo? ¿Cómo me podía haber dejado llevar hasta aquel punto? Tenía 16 años, no era ni mayor de edad y no quería sobrepasarme. Me veía demasiado pequeña como parecer ciertas cosas.

-Helena te voy a follar antes de que acabe el mes -me dijo de sopetón-. Esto no es nada, absolutamente nada comparado con lo que tengo pensado hacerte.

Bajé la mirada aún más avergonzada. Yo nunca había hecho nada parecido con un chico comparado a todo lo que había hecho ya con Luke. Nunca, jamás, solo había imaginado, leído y visto escenas parecidas, pero nada más. ¿Y a qué me iba someter? ¿A 50 posturas del kamasutra el mismo día que me quite la virginidad?

-Ya se te irá la vergüenza y esa inseguridad que tienes -me dijo y me dio un beso en la mejilla. Esperó a que se lo devolviera y se lo di, se había afeitado, se le notaba porque tenía la piel suave.

-No sé qué decirte -dije sincera. No sabía qué decirle.

-Tú ponte guapa para ir luego a comer.

-No sé cómo quieres que me maquille, aquí no hay ni un simple bote de vaselina.

-Sí hay vaselina -rió-. Se me secan los labios con el frío pero si me dieras calor...

-Vete ya, lo digo en serio vas a llegar tarde -le dije riendo.

Me cogió de la cintura y me inclinó hacia el suelo. Mi cabeza casi rozaba el mármol blanco y me impulsó hacia arriba haciendo que las ondulaciones de mi cabellos rubios se movieran hacia arriba de una manera exagerada, apretó con sus manos mis costillas y llevó mis labios a su boca. Si su intención era que me subiera la adrenalina en aquel momento lo consiguió. Pasé mis manos por su cuello y me dejé ir, era consciente de mis actos ya no me importaba, me había demostrado importarle, ¿para qué cortarme? Nuestras lenguas se acariciaban y nuestros labios se unían y separaban.

Me sentía como en una montaña rusa, estar con él no era más ni menos que eso. Una corriente de emociones. Podías odiarlo. Reírte de sus tonterías. Amarlo. Y todo a la vez. Sube y baja, sube en forma de odio y toma velocidad en las bajadas en forma de amor, cuando el recorrido del vagón en el que iba se mantenía estable en la montaña rusa "Luke Hemmings" eran todo risas, gracias y tranquilidad. Y en ese momento estaba ascendiendo a toda velocidad por una de las cuestas. Sintiéndome arder de manera placentera.

Luke paró de besarme y apoyó su frente en la mía y luego dejó un beso en mis labios.

Su lengua había salido de mi boca y todavía la notaba acariciando la mía, como si el beso no hubiese acabado.

-Voy a llegar tarde -admitió.

Pues que llegara tarde, a mí me daba igual con tal de que estuviera más tiempo conmigo, pero se tenía que ir y era consciente de ello tanto él como yo.

Sexto Sentido ~Luke Hemmings~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora