Sexto Sentido ~Luke Hemmings~

Capítulo 26

-Harry dice que quiere tener un hijo -me dijo Clary cuando andábamos hacia su casa.

-¿Y tú qué opinas sobre eso?

-Tengo 17 años, todavía soy muy joven para ser mamá, pero él insiste en que tengamos uno.

-Haz lo que quieras, yo siempre apoyaré la decisión que elijas.

-Yo no quiero tener uno.

-Pues todo solucionado, no te quedes embarazada. ¿Tomas anticonceptivos?

-Sí.

-Pues no los dejes.

-Un día miré por Internet las dos posturas que casi siempre practicamos Harry y yo, resulta que son las posturas en las que más probabilidades hay de dejar a la mujer en estado. Harry quiere un hijo, está obsesionado con eso.

-Supongo que La Cúpula les meterá esas cosas en la cabeza -dije.

Paramos enfrente de su casa, de la que hay que destacar su color rosa chillón. Ya me había hablado varias veces de cambiar el color. Elegir precisamente ese fue un arrebato que le dio, me dijo la primera vez que fui a su casa.

-¿Quieres que te lleve Harry a tu casa? -me preguntó-. Él ahora mismo está aquí, no le importará.

-Vale, mejor que me lleve, me queda un buen tramo andando para llegar.

Me acordé de que se me había olvidado tomarme la pastilla, me maldije en mis adentros, me la tenía que haber tomado nada más terminar de comer, bueno por casi una hora de retraso tampoco podía ocurrir nada, supuse, Luke no me había dicho nada al respecto.

***

-Me alegro mucho de que Luke y tú estéis juntos -me dijo Harry-. ¿Por qué no te ha llevado a casa él?

-Tenía cosas que hacer.

-Si no entendí mal, me dijo que no tenía nada importante que hacer esta tarde.

-Harry, deja de hablar y mira la carretera, vamos a tener un accidente por tu culpa.

Sonrió y paró de hablar. ¿Es que no podía ser menos fisgón? ¿A él que le importaba? Luke y yo éramos diferentes a ellos. Y a Harry no le debía importar absolutamente nada lo que Luke y yo hiciéramos o dejásemos de hacer, eso estaba dentro de nuestra vida privada.

Aparcó delante de mi casa y me bajé. Me pasé la tarde estudiando hasta las 20:30 que fue cuando alguien llamó a la puerta. La abrí y me encontré con Kagetane, Calum y otro chico más con el pelo negro y lacio de unos 18 ó 19 años de edad.

Se me había olvidado que era miércoles, justo el día en el que iban a venir a por todos los componentes del ordenador. Los dejé pasar después de un cordial saludo, que solo Calum me devolvió.

Kagetane y el otro chico fueron directos al sótano sin decirme nada, Calum se quedó a mi lado y no pude evitar preguntarle:

-¿Quién es el chico que acompaña a Kagetane?

-Se llama Ansel, no me ha hablado mucho de él Kagetane, pero creo que tiene algo que ver con la tecnología que hay bajo nuestros pies -me dijo en un susurro.

Calum sacó de la mochila que llevaba colgada en la espalda un portátil y se sentó en el sillón de la sala de estar.

-Tengo que dejar congelada la imagen que transmite la cámara de ahí afuera -me informó-. Así no nos verán al sacar las cosas.

Jullian vino hacia nosotros y se subió al posabrazos del sillón. Calum le acarició la cabeza y le dejó que tocara un botón del teclado. Cogí a Jullian y lo llevé a su habitación para que no molestara cuando estuviesen sacando las piezas del ordenador.